Mazazo al vino de Burdeos, uno de los pilares de la gastronomía de Francia: las autoridades francesas han incautado en una redada contra el fraude alimentario 53.000 botellas de Château Giscours. Se trata del tercer crudo de Margaux, una prestigiosa clasificación otorgada en 1855 en la lista de vinos del Médoc, y se comercializa en caja de doce botellas a razón de 672 euros.
Se trata de 379 hectolitros de la añada de 2016 en los que se ha detectado una adulteración mediante la incorporación artificial de azúcar, una técnica denominada chaptalización en honor de su creador, el químico francés Jean-Antoine Chaptal. La práctica no se considera ilegal bajo determinadas condiciones climáticas en la que la uva cosechada resultase deficiente en glucosa, pero la bodega no contaba en este caso con la autorización pertinente.
Château Giscours se ha defendido asegurado que había recibido una confirmación oficiosa por parte de fuentes sindicales de que la chaptalización sería autorizada para la cosecha de uva de merlot de 2016, por lo que la realizaron sin esperar la confirmación oficial. Sin embargo, la Prefectura la aprobó finalmente únicamente para las cabernet sauvignon, que forman solo una parte de la mezcla del vino Margaux.
La bodega alega que no tenía intención de engañar al consumidor, pero el escándalo le ha costado ya 2,3 millones de euros. Es, además, la segunda gran controversia en golpear a la prestigiosa industria del vino francés. Actualmente se investiga si hasta 1.3 millones de botellas de Côtes du Rhône se etiquetaron fraudulentamente como un vino superior, el Châteauneuf du Pape.
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