Sufrir rinitis alérgica, asma u otras enfermedades con un componente alérgico relacionado -estornudos, goteo nasal, picor de ojos- no sería solo un grupo de síntomas molestos desencadenados sobre todo en la época primaveral. Según un nuevo trabajo, publicado en Frontiers in Psychiatry, este tipo de enfermedades alérgicas se habrían asociado de manera significativa a otros riesgos, como el hecho de sufrir ansiedad y depresión.
Aunque la primavera es la estación del año donde más aumentan o se intensifican los síntomas de todo este grupo de enfermedades, el contacto con muchas otras sustancias también puede desencadenar los síntomas, siendo las más destacables los ácaros del polvo o el pelo de animales como gatos o perros. Asimismo, además del goteo e inflamación nasal -rinitis-, en ocasiones algunas de estas patologías también se acompañan de manchas y picor alrededor del cuerpo, un fenómeno conocido como urticaria.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores del Hospital General de Taiwán analizaron a casi 200.000 individuos de todas las edades, algunos de los cuales sufrían las conocidas como "tres A": rinitis alérgica, asma y dermatitis atópica o eczema dérmico.
En anteriores estudios ya se habían detectado algunas conexiones casuales entre algunos tipos de alergias y trastornos de tipo emocional o psicológico más específicos, pero se trataba de relaciones difusas. En esta ocasión, las relaciones detectadas se encuentran a gran escala y de forma más significativa, por lo que los autores sugieren que sus hallazgos podrían ayudar a los profesionales médicos a prevenir complicaciones en los individuos que sufren alguno de los síntomas alérgicos mencionados.
Según su hipótesis, el mismo tipo de inflamación que da lugar a los síntomas alérgicos también sería causante de las afecciones psiquiátricas, entre las cuales destacan la ansiedad y la depresión. De hecho, en cuando a la hipótesis inflamatoria se refiere, otros estudios también han detectado que algunos fármacos antiinflamatorios usados en enfermedades reumatológicas mejoran los síntomas de la depresión, algo que apoyaría esta hipótesis. Por otro lado, también sugieren que el mismo estrés de convivir con una alergia podría ser suficiente para explicar la relación detectada.
Alergias y trastornos psiquiátricos, en números
Según los hallazgos de estos investigadores, entre todos los individuos estudiados gracias a datos de seguros de salud, había 46.647 personas con alergia y 139.941 sin ninguno de estos síntomas.
Aquellos que no sufrían ningún síntoma alérgico tenían un 6.7% de riesgo de desarrollar algún tipo de trastorno psiquiátrico en el periodo de estudio, que duró 15 años en total. Por su parte, los individuos que sí eran alérgicos, tenían un riesgo de hasta un 10.8%.
A pesar de que se trata de una diferencia porcentual escasa, los investigadores aseguran que es suficiente para que los profesionales sanitarios la tengan en cuenta y estén informados del posible riesgo que tienen los pacientes con sintomatología alérgica.
Desglosando los datos, este trabajo también reveló que los individuos con dermatitis atópica tenían un menor riesgo de trastorno psiquiátrico, mientras que aquellos que sufrían asma y rinitis alérgica sufrían un riesgo más elevado.
Aún así, cabe destacar que se trata de un estudio observacional, por lo que la correlación entre unos y otros síntomas no ha podido revelar una causa-efecto sólida. Por tanto, será necesaria más investigación al respecto.
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