Los cálculos renales o piedras en el riñón son una dolencia particularmente desagradable. Al formarse por cristalización de minerales durante el proceso de producción de la orina, estos objetos provocan dolor lumbar, sangrado y molestias al viajar por el tracto urinario, y una auténtica agonía en función de su tamaño para eliminarlos de forma natural al orinar. En los casos más graves en los que se produce obstrucción uretral e impiden la micción, la cirugía se hace necesaria.
Un amplio estudio realizado por el Departamento de Urología del Hospital Pediátrico de Filadelfia (CHOP por sus siglas en inglés) que publica el Journal of the American Society of Nephrology lanza ahora la señal de alarma: las piedras en el riñón no solo son cada vez más frecuentes, sino que que se sufren cada vez antes. Tras observar un auge preocupante de cálculos renales en pacientes de edad infantil y en la adolescencia, los especialistas han identificado el consumo de determinados antibióticos por vía oral como un factor involucrado.
El Dr. Gregory E. Tasian encabezó el estudio al detectar que el diagnóstico de piedras en el riñón había pasado de ser "muy raro" a más frecuente entre los niños a los que atiende. "La prevalencia general de cálculos renales ha crecido un 70% en los últimos treinta años, con incrementos particularmente agudos entre los adolescentes y las mujeres jóvenes" - explica el especialista. Para poner estas observaciones en perspectiva, su equipo recurrió a los datos sanitarios de 13 millones de pacientes recopilados por la Sanidad del Reino Unido de 1994 a 2015.
Los investigadores del CHOP seleccionaron 26.000 pacientes que habían padecido piedras en el riñón para determinar su historial de exposiciones a los antibióticos, frente a un grupo de control de otros 260.000 sujetos. Observaron de este modo que el diagnóstico de nefrolitiasis se relacionaba con cinco tipos de antibióticos que se consumen por vía oral, particularmente entre los niños: sulfamida oral (sulfas), cefalosporina, fluorquinolonas, nitrofurantoina y penicilina de espectro ampliado.
A continuación realizaron un cribado de los resultados para incorporar las variables de edad, sexo, raza, historial de infecciones en el tracto urinario, historial de otras enfermedades no relacionadas y las distintas medicaciones con las que fueron tratados durante el periodo observado. Comprobaron así que los pacientes a los que se prescribieron sulfas tenían más del doble de posibilidades de sufrir piedras en el riñón. En el caso de la penicilina de espectro ampliado, el incremento del riesgo fue del 27%.
Además, el incremento de riesgo de cálculos renales era superior en sujetos de edad infantil y durante la adolescencia. Las probabilidades de desarrollarlos decrecían con el tiempo, pero seguía siendo "elevada" años después de que el paciente hubiese dejado de tomar antibióticos. "Nuestros hallazgos sugieren que los antibióticos por vía oral juegan un papel, especialmente por el hecho de que a los niños se les receta antibióticos en tasas superiores a las de los adultos" - explica Michelle Denburg, nefróloga pediátrica del CHOP y coautora del estudio.
La clave, en la microbiota
La relación entre las piedras del riñón y los antibióticos tiene que ver con un hecho ya observado por los científicos desde hace tiempo: que esta forma de tratamiento altera la composición de nuestra microbiota, la comunidad de microorganismos benéficos que habita en nuestro cuerpo y cumple funciones esenciales. Por otro lado, las alteraciones en la flora bacteriana de los intestinos y el tracto urinario se han relacionado previamente con la aparición de cálculos renales.
Este estudio es el primero que relaciona ambos factores por vía de los antiobióticos que se consumen oralmente. Según apunta Tasian, otros investigadores han determinado que aproximadamente el 30% de las prescripciones de antibióticos en las consultas médicas son inapropiadas, por lo que estos hallazgos refuerzan la necesidad de extremar la precaución. "Un cambio en las prácticas y tendencias a la hora de prescribir los antibióticos pueden reducir la actual epidemia de piedras en el riñón en niños", concluye el especialista.