"En Europa continúa circulando el virus del sarampión, por lo que conviene comprobar la vacunación antes de viajar"- advierte el comunicado difundido por la Asociación Española de Pediatría (AEP). El colectivo que está en riesgo es el de los bebés de edad inferior a los doce meses ya que todavía no han comenzado con el calendario de vacunaciones. En cualquier caso, todas las personas que planeen una "estancia prolongada" deberían comprobar que están al día con sus vacunas.
La AEP precisa que "las coberturas vacunales en España son excelentes" al contrario que en los sistemas sanitarios de otros estados de la UE, que han llegado a retirar la vacuna contra el sarampión o la triple vírica de su cobertura. Por tanto, insisten los pediatras, "la inmensa mayoría de los niños y adolescentes españoles están protegidos" siempre y cuando hayan cumplido con el calendario vacunal de su comunidad de residencia.
Los países europeos en los que se han producido los brotes de sarampión son Francia, en donde la situación ha sido epidémica de de enero a mayo 2018, con 2380 casos y tres muertes, entre ellas la de Marine, una adolescente que no pudo ser vacunada al haber recibido un trasplante de corazón. Sigue Grecia con 2075 casos (una tasa de 282,2/100.000), Italia (1715 casos), Reino Unido (630 casos) y Rumanía (504 casos).
En el caso de lactantes de 6 a 11 meses de edad que vaya a pasar tiempo en estos países, precisa la AEP, debe valorarse la necesidad de recibir una dosis extra de vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) al menos 4 semanas antes del viaje. En todo caso, al cumplir los 12 meses, deberán recibir una nueva dosis, la del calendario estándar, pues la recibida antes no debe contabilizarse a efectos de calendario vacunal.
En el caso de viajes cortos, es decir, el viaje de turismo estándar, el riesgo es muy bajo y no precisaría ninguna medida especial. Para los casos de estancia prolongada, los pediatras señalan que los preparados comerciales Priorix y M-MRVAXPRO están autorizadas para su administración a partir de los 9 meses de edad, pero en casos excepcionales como este se puede emplear a partir de los 6 meses de edad, tal y como recomiendan organismos como la OMS o el CDC.