Estas son las técnicas para lograr el máximo placer sexual según tu edad
- Como tantas otros aspectos de nuestra vida, la sexualidad se transforma con los años y requiere de cambios para garantizar la satisfacción.
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El sexo no empeora con la edad: se trata de un mito falso y extendido hasta la saciedad. La realidad es que la sexualidad, como tantas otros aspectos de nuestra vida, va transformándose con los años. Conocer los problemas específicos que se presentan en cada etapa y cómo van cambiando los hábitos a medida que maduran las parejas son las claves para conseguir unas relaciones sexuales plenas.
Por un lado, la estadística da la razón al tópico de que cuanto más jóvenes, más fogosos. Investigadores del Instituto Kinsey para la Investigación del Sexo, la Reproducción y el Género de Rosario (Argentina) determinaron que las personas de entre 19 y 29 años tienen unos 112 encuentros sexuales al año, unas dos veces a la semana. En cambio, los que se encuentran entre los 29 y 39 años tienen sexo una media de 86 veces al año y al alcanzar entre los 39 y los 49 años, las relaciones ha descendido a una media de 69 veces al año.
Pero "más" no significa "mejor": las personas que hacían el amor una vez a la semana se declaraban igual de satisfechas que las que lo hacían cuatro, y esta proporción aumentaba entre las parejas casadas. Este dato confirmaba algo adelantado por una investigación publicada en Social Psychological and Personality Science: las uniones a largo plazo reportan un mayor placer en los encuentros sexuales, que no tienen por qué ocurrir más de una vez a la semana.
El sexo a partir de los cincuenta tiene otras ventajas más allá de mantener la pasión: ayuda, por sorprendente que parezca, a mejorar las funciones cognitivas. Por otra parte, hay motivos para la vigilancia en el caso de varones mayores sexualmente activos, ya que un trabajo publicado Journal of Health and Social Behaviour detectó que sufrían más problemas cardiovasculares. Esto venía, según la socióloga Hui Liu, de una "frustración" en los varones al tratar de mantener la intensidad de antaño. Pero también tiene que ver con los efectos sobre el corazón que causa la medicación más popular contra la disfunción eréctil, el sildenafilo (Viagra).
"El sexo no debe doler a ninguna edad"
Para las mujeres que siguen haciendo el amor pasada la primera juventud, en cambio, el mismo estudio comprobó que tenían el corazón como un roble. Pero la menopausia trae para ellas problemas específicos, entre ellos, el síndrome genitourinario. En ese sentido, la Sociedad Norteamericana para la Menopausia (NAMS por sus siglas en inglés) acaba de publicar una serie de técnicas recomendadas para garantizar el placer en las relaciones sexuales.
El principal obstáculo es uno de los síntomas de este síndrome, la atrofia vulvovaginal, que se produce por una deficiencia de estrógenos y que tiende a provocar un descenso de la lubricación, sequedad, quemazón y dolor al producirse la penetración, lo que se conoce como dispaurenia. Según había alertado la NAMS en un estudio multitudinario anterior, hasta un tercio de las mujeres posmenopáusicas podría sufrir este trastorno que impide el placer durante el sexo.
Así, la organización recomienda como primer paso las medidas no-hormonales como el uso de hidratantes vaginales y lubricantes para aliviar la fricción, así como el uso bajo prescripción médica de la lidocaína. La NAMS menciona innovaciones como el "láser terapéutico vaginal" que ha demostrado ser "prometedor" para estimular el crecimiento de colágeno, aunque advierte que se trata de una terapia "invasiva" y que requiere de comprobaciones a largo plazo.
Por otro lado, las terapias hormonales incluyen "tabletas vaginales de estrógenos, las cremas, el anillo de dosis bajas y la nueva aplicación intravaginal de la de hidroepiandrosterona". Los tratamientos de testosterona, aunque tienden a estar dirigidos en su mayor parte a los hombres, también pueden beneficiar la función sexual femenina. "Es importante que las mujeres y sus proveedores sanitarios entiendan que el sexo no debe doler a ninguna edad"- subraya la Dra. JoAnn Pinkerton, directora ejecutiva de la NAMS.