En ocasiones, Google es un buen espejo del sentir popular. Si uno busca imágenes para ilustrar el fenómeno del ronquido, lo que predomina son mujeres tapándose los oídos resignadas a una noche de espanto protagonizada por su pareja hombre. Pero, ¿y si nos encontráramos delante de uno de los mitos más extendidos del mundo?
Así parecen indicarlo los resultados de una nueva encuesta del Royal National Throat, Nose and Hear Hospital, un centro del sistema público de salud británico especializado en otorrinolaringología, que da la vuelta a varias de las creencias más arraigadas en torno a los ronquidos.
Y la primera se refiere a la prevalencia de este hábito por géneros. Curiosamente, en el grupo de edad de entre 25 y 34 años eran las mujeres las que más frecuentemente roncaban. Mientras que lo hacía habitualmente -al menos tres veces por semana- el 31% de los varones encuestados, la cifra ascendía al 34% en las féminas.
Si esto ocurría con los más jóvenes, las cosas volvían a su ser en otros grupos de edad. En concreto, entre los que contaban entre 55 y 64 años. En ese segmento, los que más roncaban era los hombres, entre los que el 45% lo hacían al menos tres veces por semana. En mujeres, el porcentaje se reducía al 35%.
Otro dato llamativo que arroja la encuesta es que, tanto en hombres como en mujeres, la frecuencia de los ronquidos disminuye radicalmente a partir de los 75 años. Esto podría deberse a que en los ancianos los ronquidos se asocian más a una enfermedad, la apnea obstructiva del sueño, que al hábito en sí.
Los ronquidos no sólo pueden estar causados por esta dolencia, que afecta en España a entre el cuatro y el nueve por ciento de la población. La obesidad, consumir alcohol antes de acostarse o dormir boca arriba son otros factores de riesgo asociados a este molesto hábito, sobre todo para el que duerme al lado.
La ciencia no tiene demasiado claro qué hace para hacer frente a los ronquidos. Esto lleva a situaciones hilarantes como que en la propia página web del Servicio Nacional de Salud británico se recomiende a los muy roncadores que duerman con una pelota de tenis en la espalda para evitar dormir boca arriba.
También se aconseja "recomendar a la pareja utilizar tapones para los oídos" y otros consejos más lógicos, como perder peso, evitar beber antes de acostarse y visitar al médico si se tiene la sensación de que no se ha descansado por la noche a pesar de haber dormido lo suficiente, un probable síntoma de apnea del sueño.
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