La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica recidivante de la pie. No se conoce su causa exacta, pero se cree que están involucrados factores genéticos, disfunciones del sistema inmunitario, factores ambientales y alteraciones en la permeabilidad de la piel.
Con frecuencia se comete el error de atribuirla a los nervios o al estrés. Las personas con dermatitis atópica a menudo tienen antecedentes de condiciones alérgicas como asma, fiebre del heno o eccema o presentan pruebas alérgicas cutáneas positivas, pero esta enfermedad no es causada por una alergia.
La Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA) relata 10 conceptos sobre esta enfermedad que la gente debe conocer.
La dermatitis atópica es algo más que un sarpullido
Es una enfermedad inmunitaria crónica que es sistémica, incurable y visible en la piel, con un potencial de efectos debilitantes sustanciales en la calidad de vida de los pacientes.
Prevalencia
En España, la prevalencia de pacientes adultos con dermatitis atópica grave es del 0,083%.
La aparición de la enfermedad afecta a adultos y niños
La trayectoria natural de la dermatitis atópica sigue un curso variable, con diferentes edades de aparición y gravedad. Si bien la dermatitis atópica puede desaparecer después de la pubertad, aproximadamente el 30% de los niños con dermatitis atópica continúa sufriendo la enfermedad en la edad adulta. Un 15%-30% de los adultos con dermatitis atópica experimentó la aparición de la enfermedad en la edad adulta.
Impacto en la piel
La dermatitis atópica moderada-grave se caracteriza por lesiones dolorosas en zonas extensas o sensibles del cuerpo y puede cubrir más del 50% de su superficie. Entre los síntomas se encuentran picores intensos, sequedad de la piel, agrietamiento, enrojecimiento, formación de costras y supuración. El rascado persistente de un picor puede dañar la piel y aumentar el riesgo de infección.
Impacto en la salud
Hasta un 72% de las personas con dermatitis atópica moderada-grave experimenta otras enfermedades concomitantes atópicas propiciadas por un proceso inflamatorio subyacente compartido, que incluyen: asma, pólipos nasales, rinitis alérgica, conjuntivitis alérgica, alergia alimentaria y rinosinusitis crónica.
Impacto en el bienestar
Dado que los síntomas y las lesiones visibles de la dermatitis atópica suelen aparecer en las manos y el rostro, un gran número de adultos con dermatitis atópica se siente avergonzado y cohibido, y con frecuencia evita las actividades laborales y sociales.
En un estudio publicado, alrededor del 40% de los adolescentes y una cuarta parte de los niños con dermatitis atópica sufrían acoso escolar debido a la enfermedad, y la mitad de los encuestados en ambos grupos de edad se mostraban infelices o deprimidos.
Impacto en la sociedad
Los trastornos del sueño causados por la DA se pueden traducir en cansancio y deterioro del funcionamiento diario, incluido el rendimiento laboral. Las personas que padecen dermatitis atópica notifican que el 10% de su rendimiento laboral se ve afectado durante un brote, con un promedio de 2,7 días de absentismo laboral.
El desempeño escolar también puede verse afectado en el caso de niños con dermatitis atópica como resultado de la pérdida de días escolares. Una dermatitis atópica no controlada adecuadamente representa una carga económica para los pacientes, sus familias y la sociedad en general. A medida que aumenta la gravedad de la enfermedad, también aumenta la carga económica.
Opciones terapéuticas actuales
Entre las estrategias actuales de control de la dermatitis atópica se encuentran la restauración de la barrera cutánea, la focalización en los síntomas, la minimización del número de exacerbaciones de la enfermedad y la reducción de su grado y duración, al mismo tiempo que se minimizan los efectos adversos relacionados con el tratamiento.
Cuando los tratamientos tópicos no facilitan un control adecuado, los pacientes deben recurrir a un tratamiento sistémico. Los inmunosupresores sistémicos se utilizan principalmente con indicaciones no aprobadas y proporcionan una inmunosupresión amplia. Tanto estos medicamentos como los corticoides orales se asocian con posibles efectos secundarios que pueden limitar su uso a largo plazo.
Necesidad no cubierta de opciones adicionales
Un gran número de pacientes con dermatitis atópica moderada-grave informa que sufre picores intensos y exacerbaciones de signos y síntomas, a pesar del uso de tratamientos tópicos y/o sistémicos, lo que demuestra que sigue existiendo una necesidad no cubierta de opciones de tratamiento adicionales.
Logro de un control óptimo
Las nuevas estrategias terapéuticas se proponen ofrecer un enfoque más específico y a largo plazo en el tratamiento sistémico en el caso de pacientes que padecen una dermatitis atópica no controlada.
[Más información:Las arrugas se curan desde dentro: seis cosas que no sabías sobre la piel]
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