El Hospital Gregorio Marañón de Madrid ha desarrollado un sistema para quirófano que combina el uso de gafas de realidad aumentada y la impresión 3D para proyectar sobre el paciente hologramas de sus pruebas médicas, un método pionero en el mundo que ya ha demostrado su éxito con la extirpación de un tumor.
Este avance sanitario, presentado en el Pabellón de Oncología del centro hospitalario, permite mejorar los resultados de las intervenciones, minimizar los riesgos y acortar los tiempos de la operación.
El Gregorio Marañón ya ha realizado una intervención con esta tecnología para extirpar un tumor en la pierna de una paciente, operación que lo ha convertido en el primero a nivel mundial en crear esta combinación de tecnología y llevarla a una cirugía real, trabajando con esa información en el propio quirófano.
"Nos permite mejorar la cantidad de información que tenemos durante la cirugía. Cuanta más información tenemos, más preciosos podemos ser y más tiempo podemos acortar la intervención", ha explicado Pérez Mañanes sobre este avance que ha empezado en el campo de la cirugía oncológica, pero que puede trasladarse a "cualquier intervención".
El reto de los sistemas de posicionamiento, navegación quirúrgica y realidad aumentada en quirófano era, hasta ahora, el de conseguir "identificar" la posición exacta del paciente para poder proyectar de manera automática y con suficiente exactitud la información virtual previamente procesada en el ordenador.
Con este avance, ahora es posible proyectar los estudios radiológicos del paciente, como TAC, resonancias magnéticas (RM) o tomografías de emisión de positrones (PET), directamente sobre el propio paciente, con un margen de error submilimétrico.
Este salto se consiguió con la impresión en 3D de una plantilla personalizada que incluye un marcador óptico que le indica a las gafas de realidad virtual dónde proyectar los hologramas 3D previamente generados, un sistema que consigue "dotar al cirujano de rayos X" durante la intervención.
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha alabado este "salto cualitativo" de la ingeniería médica que también se podrá aplicar, más allá del quirófano, como tecnología para la formación de los profesionales.
"Es un punto importante, es una realidad. Es conseguir integrar cada vez más esa simbiosis que tiene toda la asistencia sanitaria junto a la ingeniería y las nuevas tecnologías, en el beneficio del paciente y la seguridad de los profesionales", ha añadido.
El desarrollo se ha llevado a cabo mediante el trabajo colaborativo del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón a través de un equipo interdisciplinar, en colaboración con el director del grado de Ingeniería Biomédica de la Universidad Carlos III, Javier Pascua, y junto a la empresa madrileña 6DLAB.
Además, se está trabajando para que cualquier smartphone con soporte de realidad aumentada pueda identificar el marcador integrado en la plantilla impresa en 3D y sobre ella proyectar la reconstrucción 3D en la pantalla del teléfono móvil. Esto resultará útil para universalizar la aplicación y poder emplearla en entornos de simulación o formación médica a muy bajo coste.