Aunque se tiende a pensar en la expresión "joven de corazón", a pesar de que los estudios sugieren que el corazón humano suele ser biológicamente más viejo que el ser humano que lo posee, el caso del cerebro es algo diferente. De hecho, difiere entre géneros, según un nuevo trabajo.
El cerebro de las mujeres sería, biológicamente hablando, sería hasta 3 años de media más joven que el de los hombres a la misma edad, según la nueva investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Para llegar a esta conclusión, Manu Goyal y sus colegas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, analizaron mediante escáneres cerebrales el cerebro de más de 200 individuos, 84 hombres y 121 mujeres, de entre 20 y 82 años, centrándose en su metabolismo cerebral, el cual cambia con la edad.
Las mujeres, cerebralmente más jóvenes
Según dichos niveles metabólicos, los cerebros de las mujeres tendrían hasta tres años menos, biológicamente hablando, respecto a los hombres de la misma edad cronológica. De la misma forma que ocurría en estudios centrados en el corazón, se produciría una discordancia con la edad: aunque cronológicamente se tengan 80 años, el cerebro puede ser algunos años más joven, o más viejo.
Aún así, los investigadores sugieren que deberían confirmarse estos resultados en estudios con mayor cantidad de individuos, o bien con seguimiento a largo plazo. Así mismo, se atreven a realizar hipótesis al respecto, dado que se vislumbró una significativa diferencia entre hombres y mujeres. Según ellos, las mujeres, al tener un cerebro "metabólicamente más joven", podrían gozar de "cierto grado de resistencia al envejecimiento cerebral". De hecho, dicha teoría podría explicar por qué las mujeres tienden a experimentar una menor pérdida de capacidades cognitivas a medida que envejecen.
Cómo funciona el metabolismo cerebral según la edad
La principal fuente de combustible cerebral es la glucosa o "azúcar", si bien hoy en día se sabe que los cuerpos cetónicos derivados de la grasa en las dietas cetogénicas también pueden ser una fuente de combustible energético cerebral, aunque para ello es necesario llevar a cabo este tipo de dieta y una keto-adaptación de al menos dos semanas. Sin embargo, a nivel de efectividad, por el momento parece que la glucosa se procesa mejor y más rápido por parte del cerebro.
Durante la juventud, existe una "glucólisis aeróbica", donde se dedica más glucosa al proceso metabólico y se cree que ayuda al desarrollo y maduración del cerebro. Pero, a medida que se envejece, el cerebro realiza cada vez menos glucólisis aeróbica, con unos niveles muy bajos cuando se llega a los 60 años.
Sin embargo, poco se sabe sobre las diferencias metabólicas cerebrales entre hombres y mujeres. Durante el estudio, se pudo encontrar una relación entre la edad cronológica de los individuos y su metabolismo cerebral, y de hecho, el algoritmo utilizado podía predecir aproximadamente la edad cronológica tan solo basándose en la "edad metabólica" del cerebro.
Posteriormente, dicho algoritmo de aprendizaje automático fue entrenado con datos de metabolismo cerebral y edades de los hombres. Más adelante, ingresaron los datos de las mujeres, y solicitaron sus edades metabólicas. Pero, según el algoritmo, las edades metabólicas cerebrales para las mujeres eran 3,8 años más jóvenes que sus edades cronológicas reales. O lo que es lo mismo, para el algoritmo, el cerebro de las mujeres era más joven que el de un hombre de la misma edad cronológica.
Dados estos resultados, los investigadores cambiaron su método: entrenaron al algoritmo con datos de mujeres y calcularon las edades cerebrales de los hombres a partir de dichos datos, justo al revés que al inicio del estudio. Y, de nuevo, el algoritmo obtuvo diferencias: los cerebros masculinos eran 2,4 años "más viejos" que sus edades cronológicas reales.
Además, esta diferencia de edades era detectable incluso en los adultos jóvenes de solo 20 años. Aún así, los investigadores no creen que el cerebro de los hombres envejezca más rápido, sino que inicia la edad adulta tres años antes, al menos a nivel cerebral, y dicho desfase perdura toda la vida.
A pesar de estos resultados, los investigadores sugieren que deberían llevarse a cabo más estudios para comprender a qué se debe esta diferencia entre edades metabólicas cerebrales, y si eso afectaría al riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer.
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