Las relaciones sexuales se han considerado tradicionalmente como una parte importante de la vida en pareja, pero no la primordial. Según las teorías tradicionales, la conexión emocional es más importante para el bienestar de ambos. Pero, ¿y si la idea romántica estuviese equivocada? Un nuevo estudio plantea el deseo sexual como potencial inicio de una conexión emocional real y no al revés.
Según Gurit Birnbaum, psicólogo social y profesor de psicología del Centro Interdisciplinario de Herzliya (Israel), el sexo puede ser el inicio e incluso ayudar a profundizar una conexión emocional real entre dos personas desconocidas, tanto en el caso de hombres como de mujeres. Así lo afirman los resultados de su estudio, publicado recientemente en el Journal of Social & Personal Relationships.
Aunque el estudio solo se realizó en relaciones heterosexuales, Birnbaum opina que los resultados son extrapolables también a las homosexuales. De hecho, según comenta, se suele pensar que los hombres son los más propensos a iniciar relaciones cuando están excitados sexualmente. Pero las mujeres también lo hacen, y con frecuencia.
En cuatro estudios diferentes, pero relacionados entre sí, los participantes conocieron a otro individuo del sexo opuesto cara a cara, y los investigadores intentaron demostrar que el deseo sexual desencadena comportamientos que consecutivamente intentan promover un vínculo emocional durante los encuentros posteriores.
Por su parte, Harry Reis, profesor de psicología de la Universidad de Rochester y co-autor del trabajo, recuerda que los impulsos sexuales y el apego emocional son sentimientos diferentes, pero que es probable que los procesos evolutivos y sociales hayan hecho que los seres humanos sean propensos a vincularlos de manera romántica en las parejas por las cuales se sienten atraídos sexualmente.
El sexo nos ayuda a relacionarnos
En un primer estudio, los investigadores analizaron si el deseo sexual por un individuo desconocido se podría asociar con señales no verbales que indicasen el interés en una relación romántica. Estos comportamientos de inmediatez se muestran en la sincronización de los movimientos, la búsqueda de la proximidad física y el contacto visual frecuente, según un experto en lenguaje corporal que colaboró en la investigación.
Para este primer trabajo, se analizó el comportamiento de 36 mujeres y 22 hombres solteros que escucharon música mientras recibían información sobre una persona atractiva del sexo opuesto. Posteriormente, debían calificar su deseo por dicha persona. Según los resultados, cuanto mayor era el deseo del participante por el individuo visualizado, más comportamientos de inmediatez y sincronización realizaban.
En el segundo trabajo, se replicaron los hallazgos con 38 mujeres y 42 hombres a los que se les pidió que bailasen lentamente con una persona atractiva del sexo opuesto, también participantes del estudio. De nuevo, se visualizó una asociación directa entre la sincronización de los movimientos y el deseo sexual entre los individuos.
En el tercer estudio se analizó a 42 mujeres y 42 hombres, y se estableció una conexión causal entre la activación del sistema de conducta sexual y las conductas que ayudan a iniciar relaciones. Para activar el sistema sexual, los investigadores usaron una técnica de cebado subliminal en la que mostraban una imagen erótica no-pornográfica durante 30 milisegundos en la pantalla, imperceptible para los participantes.
Posteriormente, los sujetos interactuaron con otros del sexo opuesto y hablaron sobre dilemas interpersonales mientras eran grabados. Los investigadores calificaron los comportamientos de los participantes, detectando que la activación del sistema sexual también daba lugar a comportamientos que sugerían preocupación por el bienestar de las parejas potenciales, una señal que indica interés en una relación.
En el cuarto y último estudio, donde se incluyó a 50 hombres y 50 mujeres, la mitad del grupo vio una escena de un vídeo erótico no-pornográfico y la otra mitad vio un video neutral de las selvas tropicales de América del Sur. Posteriormente, a los participantes se les emparejó con un individuo atractivo del sexo opuesto y se les pidió que completaran una tarea de razonamiento verbal.
El informante fingió quedarse atascado en la tercera pregunta y pidió ayuda al participante. Se detectó que aquellos que habían visto la escena erótica eran mucho más proclives a ayudar e invirtieron más tiempo que los que habían visto el vídeo neutral.
El comportamiento sexual, clave en las relaciones
Según los investigadores, el comportamiento sexual humano evolucionó para asegurar la reproducción. La reproducción no depende de un vínculo emocional, perola indefensión de las crías humanas durante un plazo largo promovió el desarrollo de mecanismos que mantienen unidas a las parejas sexuales, para que puedan cuidar de sí mismas y de su descendencia en largo plazo.
En investigadores anteriores ya se ha demostrado que existen regiones cerebrales que se activan cuando una persona experimenta un deseo sexual o un amor romántico, como son los núcleos caudado y putamen, o la ínsula. Los investigadores sugieren que este patrón insinuaría una vía neurológica que causa la activación sexual y los procesos neuronales que subyacen al vínculo emocional.
Por tanto, la conclusión del estudio es que experimentar un deseo sexual por un individuo extraño podría facilitar los comportamientos que darían lugar a la cercanía y la unión emocional, siendo el deseo sexual un desencadenante importante en las relaciones de pareja.
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