El verano más caluroso de Castle Rock, un bonachón San Bernardo llamado Cujo fue mordido en el hocico por un murciélago mientras olfateaba una madriguera. Su dueño, Joe Camber, nunca le había vacunado contra la rabia. Poco después, salió de viaje y el perro mató a su hijo y al sheriff que había ido a investigar los sucesos. Los atacó porque había adquirido la rabia, una enfermedad veterinaria infecciosa que está erradicada en España.
Todo esto es ficción y no es otra cosa que el argumento de una de las novelas más conocidas de Stephen King, Cujo. Transcurre en 1980 y nadie dudaba de que a los perros había que inmunizarlos contra esta enfermedad.
Sin embargo, la rabia es el pasado en España desde 1966, salvo el brote aparecido en Málaga a mediados de los años 70, que pudo ser controlado con relativa rapidez, aunque se saldó con 2 personas muertas y decenas de animales afectados.
Lo que sigue siendo obligatorio es inmunizar a los perros, pero no en todas las comunidades autónomas. La vacuna es opcional para los gatos, pero ha sido precisamente este animal el que ha causado el primer caso de rabia en País Vasco en 30 años.
Sin embargo, se trata de un caso importado, ya que el gato infectado no residía en esta comunidad autónoma, sino en Marruecos. Allí mordió el pasado mes de agosto a un hombre que sí residía en el País Vasco. La mordedura se produjo en el antebrazo y, según informa, el Servicio de Salud de esta comunidad, Osakidetza, el hecho de que ésta hubiera sido fuera del país y la evolución de los síntomas llevó a sospechar de la enfermedad, al tiempo que el paciente era ingresado en el Hospital Universitario de Cruces.
Lo que en principio se comunicó como una sospecha -el pasado seis de diciembre- se ha confirmado este miércoles tras las analíticas efectuadas por el Centro Nacional de Microbiología de Majadahonda, laboratorio de referencia para esta enfermedad.
El virus de la rabia se transmite a través de la saliva del animal enfermo cuando es inoculada al individuo sano a través de heridas o laceraciones de la piel, sean estas causadas por el propio animal transmisor (mordeduras) o preexistentes.
En el hombre, el período de incubación por lo general es de 2 a 8 semanas, pero puede ser muy variable (10 días hasta varios años), dependiendo de la dosis viral inoculada, tipo y lugar de la herida. Así , inoculaciones en cabeza, cuello y extremidades anteriores, tienden a desarrollar periodos más cortos que las que tienen lugar en tronco o extremidades inferiores.
La rabia en humanos cursa con graves síntomas neurológicos y puede ser mortal, además de no tener más tratamiento que la vacuna postexposición, aunque las autoridades sanitarias no han informado del estado del paciente.