2.696. 8.189. 13.798. Estas cifras que, por si solas, no dicen mucho, sí lo hacen al añadir lo que significan: son las personas que se han registrado como fallecidas por COVID-19 -aunque hay más- los últimos tres martes, que han hecho que en esta pandemia se vivan de forma consecutiva tres martes negros, ese concepto que nació con el crack de 1929 (el martes se produjo la máxima caída en las cotizaciones de la bolsa de Nueva York) y que vuelve a estar ahora de máxima actualidad.
Lo que tienen en común estas cifras que, como se ve, van aumentado cada semana que pasa -como lo hacen en general las víctimas del coronavirus-, es otro dato concreto: desde hace tres semanas, su aumento porcentual es mayor que el registrado el lunes respecto al domingo y, en dos de los tres casos, que el del domingo frente al sábado.
La diferencia numérica no es mucha y más si se tiene en cuenta que todos sabemos que los datos no son reales pero, sin duda, supone un mazazo para la población. Esta última semana quizás ha sido la más dura, ya que el Ministerio de Sanidad llevaba siete días anunciando que estaban disminuyendo el número de personas fallecidas, así como el de nuevos diagnósticos.
El Ministerio de Sanidad considera que, pese al "ligerísimo" repunte de casos, que ya superan los 140.000, y de fallecimientos, que rozan los 14.000, el avance del coronavirus mantiene la tendencia a la baja de los últimos días y comienza a apreciarse un cierto descenso en la presión de las UCIS.
Porque ese aumento de casos en las últimas 24 horas se debe "al ajuste de datos" que se viene produciendo los fines de semana ante el retraso en la notificación por parte de las comunidades autónomas, ha recordado en rueda de prensa la jefa de Área del Comité de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, María José Sierra.
Sierra también ha comentado que los datos que se hacen públicos los martes a las once y media se refieren a los notificados el lunes a última hora, por lo que es ese lunes el día de la semana que a los responsables no les da tiempo a notificar todos los casos de COVID-19 a los que se ha hecho test, vivos o fallecidos.
Pero observemos los datos de los últimos tres martes. Este 7 de abril se registraban 13.798 fallecidos frente a los 13.055 del lunes. Mientras de la rueda de prensa del domingo al lunes aumentaron los muertos por COVID-19 en 637, en la de hoy lo hicieron en 743.
El martes 31 de marzo, aunque la cifra de fallecidos era, obviamente, mucho menor, aumentaba en 849 casos frente al lunes. El día anterior el aumento había sido de 812. Por último, hace tres semanas -cuando se empezaba a notar el efecto del estado de alarma sanitaria- sucedió lo mismo, un aumento de 514 fallecidos, frente a los 462 del lunes.
Los expertos tienen claro que esto no supone un problema y siempre dicen que lo importante es la tendencia. La realidad es que detrás de estos desfases existe algo que no ha cambiado la COVID-19, al menos a nivel administrativo. Todo apunta a que las personas encargadas de notificar lo hacen menos los domingos y el lunes no da tiempo a ponerse al día. Así que habrá que seguir esperando más martes negros.