Hu Weifeng, uno de los médicos del Hospital Central de Wuhan que despertó con la piel oscurecida tras superar la fase crítica del COVID-19 y se volvió un fenómeno viral por lo insólito de su caso, falleció la semana pasada, según se ha sabido en las últimas horas. Al contrario que su colega Yi Fan, que ha logrado recuperarse del extraño efecto secundario y de la enfermedad, Weifeng permanecía hospitalizado desde hace cuatro meses sin que su estado mejorase.
Tanto Weinfeng como Fan estuvieron en primera línea durante los primeros meses de la pandemia, y compartieron hospital con Li Wenliang, el médico que lanzó la primera señal de alarma antes de ser represaliado por las autoridades y finalmente morir por la infección por el coronavirus SARS-CoV-2. Aunque no se explicó qué tratamiento habían recibido, más allá de que se les indujo el coma, se especula con que recibieron cloroquina, una versión más antigua de la hidroxicloquina que se usa en España, que puede causar daño hepático y, a resultas, hiperpigmentación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) alertan sobre los riesgos que suponen la toma de ambos fármacos sin prescripción médica, pues los datos clínicos son todavía "muy limitados e inconcluyentes". En lo que respecta a la hidroxicloroquina, un antipalúdico usado para tratar enfermedades autoinmunes como lupus o artritis, figuran entre sus efectos secundarios, aunque no sean muy comunes, hemorragias subcutáneas o moratones inusuales en la piel.
Su consumo en altas dosis podría provocar además trastornos en el ritmo cardíaco, sobre todo si se mezcla con la azitromicina, antibiótico para tratar infecciones como bronquitis o neumonía, según avisa la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Fuentes de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) consultadas por EFE explican que no hay constancia de que un oscurecimiento de la piel tan llamativo le haya ocurrido a algún médico con COVID-19 tratado en España, pero sí destacan que varios estudios apuntan a una relación entre la hidroxicloroquina y la hiperpigmentación.
Uno de estos informes, publicado en agosto de 2013, concluía que 22 de un total de 24 pacientes de lupus tratados con este fármaco y sometidos a evaluación presentaban alteraciones pigmentarias en la dermis, tras una media de seis años de tratamiento y con la aparición previa de hematomas en la piel.
Problemas hepáticos y hormonales
Otra posible explicación a las radicales alteraciones cutáneas de los dos médicos chinos sería un fallo en el funcionamiento del hígado ante la metabolización de los medicamentos usados para tratar la COVID-19.
La manifestación más conocida de este problema es la coloración amarilla de la piel propia de la ictericia, si bien la dermis vuelve a su estado natural una vez normalizadas las funciones hepáticas.
También se vincularía con la hemocromatosis, una enfermedad caracterizada por el aumento de hierro en la sangre ante la incapacidad del hígado para almacenarlo y que se traduce en una pigmentación bronceada de los pacientes.
Un estudio sobre daños hepáticos derivados de la COVID que fue publicado el pasado marzo por la prestigiosa revista médica The Lancet detalla que "la lesión hepática es más frecuente en casos graves" de coronavirus, tanto por el deterioro de las células como por los medicamentos administrados.
Las fuentes de la AEDV consultadas también plantean la posibilidad de que la pigmentación oscura se deba al daño que el virus "puede causar en las glándulas suprarrenales", encargadas de producir la cantidad de hormonas necesarias.
En algunos casos, como en la enfermedad de Addison, se produce una alteración hormonal que activa la producción de melanina en exceso, de forma que la piel se oscurece.
No obstante, todas estas explicaciones alternativas no pasan de ser hipótesis, puesto que, aunque el equipo médico que trató a ambos pacientes ha apuntado a problemas hepáticos y hormonales, no ha trascendido qué fármacos se emplearon con ellos. Y ese es el elemento clave para entender un suceso tan extraordinario.