Desde que el coronavirus SARS-CoV-2 apareciera por primera vez en la ciudad china de Wuhan, allá por el mes de diciembre, hay dos imágenes que se han convertido en iconos de la pandemia en todo el mundo. La primera son las mascarillas, cuyo uso ha acabado siendo obligatorio en nuestro país pese a las reticencias iniciales. La segunda tiene que ver con los termómetros, que empezaron a utilizarse en distintos aeropuertos internacionales para controlar la temperatura de los viajeros y han acabado extendiéndose por tiendas, restaurantes y comercios. ¿Sirven realmente para algo?
Uno de los especialistas que en los últimos días ha alzado la voz para clamar contra el "postureo térmico", que se extiende por los aeropuertos de todo el mundo y que también se ha realizado en nuestro país, es Vicente Baos, médico de atención primaria del centro de salud Collado Villalba-Pueblo y autor del blog de divulgación científica El Supositorio. "Oyendo por todos lados que van a tomar la temperatura a los que lleguen a los aeropuertos, lo hacen en las tiendas, etc. ¿Es que nadie se da cuenta de que no vale para nada?", escribió en su cuenta de Twitter el pasado viernes.
"Medir la temperatura puntual de una persona en este contexto no tiene ningún fundamento. Si hay que tomar medidas de control, no va a ser un filtro para entrar a una tienda o a un país. Es ridículo", dice Baos en declaraciones a EL ESPAÑOL. La opinión de Baos, en realidad, se alinea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de otros organismos como el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), que también destacan la escasa efectividad de este tipo de medidas.
"La detección de temperatura por sí sola, a la salida o entrada, no es una forma efectiva de detener la propagación internacional [del coronavirus], ya que las personas infectadas pueden estar en periodo de incubación, pueden no expresar síntomas aparentes al inicio de la enfermedad o pueden disimular la fiebre mediante el uso de antipiréticos", advierte la OMS. "Controlar a las personas en el aeropuerto (la llamada ‘detección de entrada’) no es una medida muy efectiva para prevenir la propagación del virus, especialmente cuando las personas no tienen síntomas", apunta por su parte el ECDC.
Baos denuncia que implementar este tipo de medidas en los aeropuertos requiere de un coste en material y personal excesivo si lo comparamos con su efectividad, que es más bien limitada según algunos estudios. Así, pese a que la fiebre es uno de los síntomas habituales, también hay casos de coronavirus sin ella. "La temperatura normal del cuerpo varía sobremanera. Además, si estás enfermo y quieres pasar la frontera de forma irresponsable, te tomas un paracetamol, cuyo efecto dura cuatro horas, y ya está", explica el médico de forma tajante. "¿Cuál es la capacidad discriminativa de este tipo de medidas? Ninguna", añade el médico, que explica que
Entonces, ¿por qué distintos gobiernos en todo el mundo han instalado este tipo de protocolos en sus aeródromos? "Es una especie de modelo imitativo simplón y una manera de engañar al ignorante", afirma el también profesor de Patología Médica y Salud Pública en el CSEU La Salle, un centro adscrito a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Conviene señalar además que nuestra temperatura corporal no sólo se eleva por la presencia de agentes de naturaleza infecciosa, sino que también varía en función de la edad, la hora del día en la que se mida, la zona en la que se ponga el termómetro, el nivel de actividad que realicemos o, en el caso de las mujeres, si tienen o no la menstruación.
Aun así, hay quien afirma que se trata de un método disuasorio para avisar al personal de que se está vigilando, un argumento que no comparte el especialista. "Se trata de un argumento vicioso. Por esa regla de tres haríamos PCR diarias a todo el mundo y no se escaparía nadie. Es puro postureo, una manera muy simple de decir a la gente que se están tomando medidas de control", explica.
¿Qué medidas son entonces realmente efectivas? La OMS recomienda que los viajeros que están enfermos retrasen o eviten viajar a áreas afectadas, que se realice higiene de manos con frecuencia, cubrirse la nariz y la boca con el codo si se va a estornudar o a toser, y utilizar mascarillas. Baos apunta además que llevar a cabo un registro detallado y un control de los viajeros, de dónde vienen y a dónde van, los pasajeros es "algo básico" y que lleva haciéndose mucho tiempo en países como Estados Unidos.