El 29 de octubre, Madrid consolidaba una ligera tendencia a la baja dentro de una estabilidad muy meritoria: tras un mes de septiembre nefasto, las medidas de confinamiento por zonas básicas de salud junto al uso masivo de tests de antígenos y el estado de alarma decretado por el Gobierno parecían dar resultados. Mientras el resto del país vivía en sus carnes una dolorosa segunda ola, Madrid empezaba a respirar: pese a los 2.880 ingresados en hospitales (486 en UCI), el número de casos bajaba de los 2.500 acumulados por día (hablamos de los días en los que los casos se fechaban erráticamente, como denunciamos en EL ESPAÑOL) y los ingresos llegaban justo a la frontera de los 300 poco más de un mes después del pico de 500 que vivimos a finales de septiembre.
Las cifras eran altísimas pero invitaban al optimismo por su tendencia. Dos meses después, nos encontramos con la situación opuesta. Tras la tregua burocrática del puente de Nochebuena, nos encontramos con un rebote mucho mayor del esperado: 3.942 nuevos casos añadidos al acumulado (la cifra más alta desde el 1 de octubre, cuando se añadieron 4.342), 3.093 fechados ya en las últimas 24 horas (la más alta en un solo día desde el 6 de octubre y sin consolidar) y 295 ingresos en planta más otros 19 en UCI, solo comparables con los 300 de aquel 29 de octubre. ¿La buena noticia? El número total de hospitalizados está este miércoles en 1.967 según el informe diario de la Comunidad por los casi 3.000 de aquellos finales de octubre o los 3.545 del citado día 1 de dicho mes. Lo que no está claro es si estamos o no a tiempo de revertir la situación.
Si el crecimiento de casos, sea por la variante británica, por el inicio de un efecto Nochebuena que casi sería hasta deseable (si aún está por recoger en su totalidad, habrá que prepararse para cifras escandalosas) o por la propia dinámica al alza del virus en Madrid desde la semana anterior al puente de la Constitución, es notable, llegando a 371,24 casos por 100.000 habitantes en la incidencia acumulada de 14 días, mucho más grave es el ritmo de las hospitalizaciones. Comparar sin más los 295 ingresos de hoy con los 210 del pasado miércoles puede ser indicativo pero injusto: las acumulaciones también juegan su papel. Mejor será centrarnos en las medias móviles de ingresos a 7 días. El dato de hoy hace que dicha media llegue a los 180,57 ingresos por día, aunque si contamos los últimos cinco días a partir del festivo del viernes 25, esa media se dispara hasta los 213 ingresos diarios, cifras también de principios de noviembre.
En realidad, aquí caemos en una sobrerrepresentación, puesto que es lógico que los datos acumulados durante los festivos hagan que la semana siguiente esté un poco inflada. Aun así, y sabiendo que se trata tan solo de una aproximación, lo cierto es que en los últimos 7 días, se han detectado en Madrid un total de 11.292 casos por 8.262 de la semana anterior pese al puente de Navidad. Hablamos de un aumento del 36,67%. En cuanto a los ingresos, en los últimos siete días se han registrado 1.264 por 1.208 de la semana completa anterior. Una subida del 4,63% con un día menos. Si contamos los ingresos de sábado a miércoles y los comparamos con los mismos días de la semana anterior, como comentaba antes, el incremento se dispara al 21,57%, pero no sería del todo adecuado a la realidad.
Lo normal es que, una vez iniciado este juego de dominó, las demás piezas vayan cayendo. De momento, no se ve presión sobre las UCI ni un aumento demasiado grande en el número de defunciones. Es previsible que lo veamos las semanas que vienen en porcentajes parecidos a los que vemos hoy en el número de hospitalizaciones. Incluso el crecimiento en el número de hospitalizados es relativamente suave: en siete días hemos pasado de 1.813 a 1.967, es decir, un incremento del 8,5%.
¿Qué nos cabe esperar, por tanto? Si la subida de casos tiene que ver ya con la Nochebuena, lo normal sería irse a los 5.000 acumulados por día en breve. Si no, lo veríamos ya después de Año Nuevo, pero esa cifra es difícil de evitar. Estamos hablando de números de mediados de septiembre. Las hospitalizaciones deberían crecer con 5-6 días de diferencia, probablemente hasta los 400 ingresos diarios como mínimo. Eso supondría a su vez volver a una ocupación hospitalaria la segunda semana de enero en torno a los 2.500 hospitalizados y unas 350 camas UCI.
El problema es que nosotros hablábamos de una posible tercera ola y la fechábamos precisamente a partir de la segunda semana de enero. Llegar a ese momento con una incidencia más cercana a los 500 casos por 100.000 habitantes que a los 400 parece ponerse en una situación crítica. Todo esto sin tener en cuenta los efectos que puede tener la Nochevieja. Madrid ha decidido no aplicar ninguna restricción y es una política que ha funcionado bien durante meses pero que quizá no convenga llevar al extremo. Después de Nochevieja, vendrán los Reyes, otra celebración familiar que se considera una excepción a las medidas habituales de confinamientos y toques de queda. Moderar estos crecimientos en la próxima semana será importantísimo, pero en dos días nos quedamos de nuevo a ciegas: vuelve otro puente sin datos. Confiemos en nuestro instinto y no hagamos nada mínimamente arriesgado. Nos va mucho en esto.