Comer mijo, un cereal integral popular en España entre las personas que no pueden consumir gluten, puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y, además, controlar los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes, según un estudio llevado a cabo por expertos del Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para los Trópicos Semiáridos, y que ha sido publicado en Frontiers in Nutrition.
En concreto, el trabajo ha mostrado que las personas diabéticas que consumían mijo como parte de su dieta diaria vieron caer sus niveles de glucosa en sangre entre un 12 por ciento y un 15 por ciento (en ayunas y después de las comidas), y los niveles de glucosa en sangre disminuyeron desde niveles diabéticos hasta prediabetes.
Además, los niveles de HbA1c (glucosa en sangre unida a la hemoglobina) bajaron en promedio un 17 por ciento para los individuos prediabéticos, y los niveles pasaron de prediabéticos a un estado normal. Estos hallazgos afirman que comer mijo puede conducir a una mejor respuesta glucémica.
"Nadie sabía que se habían realizado tantos estudios científicos sobre el efecto del mijo en la diabetes y estos beneficios a menudo fueron cuestionados. Esta revisión sistemática de los estudios publicados en revistas científicas ha demostrado que el mijo puede mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre y reducir el riesgo de diabetes", han aseverado los expertos.
Fortaleciendo el caso para reintroducir el mijo como alimento básico, el estudio encontró que los mijos tienen un índice glucémico (IG) promedio bajo de 52,7, un IG aproximadamente un 36 por ciento más bajo que el arroz elaborado y el trigo refinado, y entre 14 y 37 puntos de IG más bajo en comparación con el maíz.
Los 11 tipos de mijo estudiados podrían definirse como GI bajo o medio (55-69), con el GI como un indicador de cuánto y qué tan pronto un alimento aumenta el nivel de azúcar en sangre. La revisión concluyó que incluso después de hervir, hornear y cocer al vapor (formas más comunes de cocinar los granos), el mijo tenía un IG más bajo que el arroz, el trigo y el maíz.