La decisión que tomó el Gobierno de Estados Unidos la noche del miércoles (madrugada del jueves en España) de ampliar la inoculación de una tercera dosis de la vacuna contra la Covid-19 a todo adulto en el que hayan pasado al menos ocho meses desde que recibió la pauta completa supone un punto de inflexión en la comunidad internacional y animará a países hasta ahora dubitativos, como España, a plantear la tercera dosis como una posibilidad real.
Sobre todo, tras una quinta ola que ha acabado afectando a grupos completamente vacunados: entre el 14 de julio y el 11 de agosto se han notificado 791 muertes de personas mayores de 80 años, según los datos aportados por el Instituto de Salud Carlos III. Expertos consultados por EL ESPAÑOL confían en que la decisión de Sanidad llegue tras el verano y se comience a aplicar esta dosis adicional en octubre, nueve meses después de que los primeros vacunados completaran su pauta.
La decisión de EEUU supone un antes y un después en la apuesta por la tercera dosis en individuos ya vacunados, cree Fran Álvarez, coordinador del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría. "Tras Israel, Reino Unido y EEUU iremos los europeos", comenta. Todos estos países más Francia (que también aprobó la tercera dosis) han visto incrementar notablemente los casos de Covid dentro de sus fronteras desde finales de junio.
Para él, la evidencia, aunque creciente, sigue sin decantarse totalmente a favor de esta tercera dosis, pero hay otros factores que impulsan esta decisión. "Les ha entrado el miedo por lo poco que vacunan, hay mucho rechazo, los ingresos son de personas cada vez más jóvenes".
Solo así se explica el poco tiempo pasado entre el anuncio de EEUU de que acotaría esta dosis adicional a inmunosuprimidos y la decisión de ampliarla a todo aquel vacunado desde hace más de ocho meses.
Otros expertos consultados dan la vuelta a ese argumento, afirmando que la tercera dosis ha mostrado su eficacia elevando los niveles de anticuerpos, así como su seguridad, en una investigación realizada en Israel, y que países como España deberían plantearse ya la inoculación de una dosis adicional a los mayores y población vulnerable, pues ha pasado ya más de medio año desde que completaron su pauta vacunal.
Estudios que apoyan las tres dosis
El país norteamericano adelanta a Israel en su universalización de la tercera dosis, pues el estado sionista ha aprobado su inoculación, de momento, solo en mayores de 50 años, al igual que Reino Unido. Francia la ofrecerá, después del verano, a personas mayores y grupos vulnerables.
El ritmo de vacunación de estos cuatro países ha mostrado síntomas de cansancio durante los últimos dos meses y, una vez superado el 50%-60% de cobertura, están encontrado dificultades para aumentarla.
No son los únicos países en anunciar y ofrecer una tercera dosis de las vacunas disponibles. Chile, Uruguay, Turquía, Tailandia o Camboya también han hecho lo propio, si bien con vacunas no autorizadas en la Unión Europea.
La decisión estadounidense está apuntalada en dos estudios publicados por los Centros para el Control de Enfermedades del país, una red de vigilancia que se conoce por sus siglas en inglés CDC. Han publicado tres estudios de distinto carácter en su último informe semanal sobre morbilidad y mortalidad por Covid-19; dos de ellos ofrecen datos sobre una reducción de la eficacia de las vacunas para evitar infecciones (pero su capacidad frente a hospitalizaciones permanece intacta) y solo en uno de ellos se sugiere que "una dosis adicional de la vacuna de la Covid-19 puede considerarse" para aumentar la capacidad inmune protectora.
El estudio en cuestión se ha realizado en residencias y centros de larga estancia durante tres periodos: antes de la llegada de la variante Delta a Estados Unidos (hasta el 9 de mayo), en el periodo de expansión (hasta el 20 de junio) y en el de dominio (hasta el 1 de agosto).
La eficacia de las vacunas de ARN mensajero –las de Pfizer y Moderna– para evitar cualquier tipo de infección por SARS-CoV-2, ya fuera sintomática o asintomática, entre los residentes de estos centros fue reduciéndose paulatinamente.
Durante el plazo estudiado se produjeron un total de 6.879 casos comprobados de Covid. Los datos del primer periodo, reportados por 3.862 centros, indicaban una protección del 74,7%. Para el segundo periodo, ya con informes procedentes de 11.681 residencias, indicaron un 67,5%, mientras que en el apogeo de la variante Delta, con 14.917 residencias participando, se observó una eficacia del 53,1%.
Los autores del trabajo indican, entre las limitaciones a sus resultados, que no se dispone de las fechas de vacunación de los residentes y el tiempo desde la vacunación a la infección no se ha podido medir para estudiar un posible desvanecimiento de la inmunidad.
Sin embargo, destacan que los mayores de las residencias estuvieron entre las primeras personas en ser vacunadas en EEUU, por lo que, "si la inmunidad inducida por la vacuna se desvanece con el tiempo, este decrecimiento puede observarse primero en residencias".
Pérdida de la inmunidad
El segundo estudio publicado por los CDC analiza los casos y las hospitalizaciones ocurridas en Nueva York en el periodo que va desde el 3 de mayo de 2021 al 25 de julio. Mientras el anterior trabajo no evaluaba la capacidad de las vacunas para evitar hospitalizaciones, éste se refiere tanto a la inmunidad frente a contagio como frente a ingreso por enfermedad grave.
"Las vacunas autorizadas actualmente tienen una alta eficacia contra la hospitalización por Covid-19, pero su efectividad contra nuevos casos parece que ha decrecido en los meses recientes", coincidiendo con la expansión de la variante Delta, concluyen los autores.
Algo más de 10 millones de neoyorquinos disfrutaban de su pauta completa de vacunación en el periodo estudiado, mientras que 1,6 millones tenían una única dosis en sus cuerpos. Hubo 9.675 casos entre aquellos con las dos dosis (o una sola en el caso de Janssen) frente a los 38.505 entre los no vacunados.
En los casi tres meses que analiza el estudio, la eficacia de las vacunas contra la infección por SARS-CoV-2 se redujo del 91,7% al 79,8%. Curiosamente, el descenso fue más acusado en la población más joven, las personas de entre 18 y 49 años, que vieron como la inmunidad proporcionada por las vacunas se reducía del 90,6% al 74,6%. Es decir, 16 puntos menos.
En la población de entre 50 y 64 años, el descenso fue del 93,5% al 83,4%. En cuanto a los mayores de 65 años, la inmunidad solo decayó 3,4 puntos, pasando del 92,3% al 88,9% a fecha de 25 de julio.
Los investigadores sospechan que la mayor transmisibilidad de la variante Delta puede conducir a una menor protección frente a la infección de la vacuna. Otras diferencias, tales como las restricciones existentes durante el periodo en que las farmacéuticas realizaban los ensayos clínicos y las que se mantenían en el periodo estudiado, pueden haber influido en los resultados, así como la mayor proporción de personas que han pasado la Covid entre los no vacunados entre uno y otro periodo.
Imbatibles frente a hospitalización
Donde las vacunas siguen imbatibles es en la prevención de hospitalización por enfermedad grave. De hecho, esta aumentó en todos los grupos de edad estudiados. De hecho, se mantuvo muy alta a pesar de la prevalencia de la variante Delta y de la relajación de las restricciones en ese periodo.
Las vacunas evitaron el 91,9% de las hospitalizaciones al principio del periodo estudiado, porcentaje que había aumentado al 95,3% al final del plazo. La tasa de hospitalización entre vacunados se situó en 13,1 ingresos por cada 100 casos, mientras que entre los no vacunados fue de 19 por cada 100.
El último estudio es quizá el menos interesante de los tres, ya que solo evalúa la efectividad de estos preparados frente a las hospitalizaciones por Covid-19 y no notó ninguna variación con la irrupción de la variante Delta. Llevado a cabo entre mazo y julio, estimó la protección en un 86% a los tres meses de la vacunación, mientras que a los seis se situó en el 84%.
Lo más interesante es que incluye datos de personas inmunosuprimidas. En ellas, la eficacia total de la pauta completa de vacunación se estimó en un 63%, mientras que en la población general, excluyendo a este grupo, se elevaba al 90%.
Con estos datos, tanto los representantes de los CDC como del Departamento de Servicios Humanos y de Salud del país norteamericano indicaban "de forma muy clara" que la protección frente a la infección decrece con el tiempo y, conjuntamente con la aparición de Delta, "estamos empezando a ver evidencia de una protección reducida contra la enfermedad leve y moderada", por lo que estiman que la inmunidad contra enfermedad grave, hospitalización y muerte, puede ir detrás en esta decadencia. Las dosis de refuerzo comenzarán a administrarse a partir del 20 de septiembre.
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