En España, una de cada ocho mujeres va a tener cáncer de mama. "Vamos", apunta Eva Ciruelos, una de las personas que más sabe de esta enfermedad: es jefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Centro Integral Oncológico Clara Campal, de HM Hospitales, y preside del grupo SOLTI de investigación en cáncer de mama.
Con ese "vamos", Ciruelos no solo cumple la formalidad de incluirse a sí misma en la estadística. Es el símbolo de que para un médico no existen las enfermedades sino los enfermos. Incluso al proporcionar los datos más fríos sobre el cáncer lo hace con la calidez de quien sabe que su misión no solo es el diagnóstico y tratamiento de sus pacientes, sino el apoyo y el cuidado.
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, EL ESPAÑOL habla con la oncóloga sobre el presente y el futuro de una enfermedad para la que hay una sensibilidad social especial. Ciruelos forma parte de la campaña #Unminutodetutiempo, lanzada por las farmacéuticas Daiichy Sankyo y AstraZeneca con la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico para concienciar sobre la importancia en seguir avanzando en los tumores más complicados.
-¿Qué supone un diagnóstico de cáncer de mama hoy en día?
- El diagnóstico de cáncer de mama nunca es una buena noticia, pero puede ser muy ambiguo. Hay que ver el estadio del tumor, es decir, si el tumor está localizado en la mama o en los ganglios de la axila o bien si puede haber metastatizado.
- ¿Cuáles han sido los últimos avances en el tratamiento de estos tumores?
- Los últimos avances han sido, sobre todo, caracterizar el tipo de tumor, dividiéndolo en los tres o cuatro subtipos clásicos de cáncer de mama que se conocen desde hace ya muchos años, y dentro de estos grupos, el triple negativo, HER2 positivo u hormonal, destacar dentro de cada uno características que hagan que el tumor tenga mayor o menor probabilidad de responder a fármacos específicos o dirigidos.
Por ejemplo, dentro del tipo triple negativo, donde normalmente solo se usaba quimioterapia, ahora podemos marcar tumores mediante el análisis de una proteína y podemos saber si añadir inmunoterapia puede ser eficaz o no. Todo esto ayuda a que los resultados a medio y largo plazo sean muchísimo mejores que los que teníamos con la quimioterapia clásica.
- ¿Se puede evitar la quimioterapia?
- Sí. Se puede evitar en enfermedad precoz, es decir, en los pacientes que se han operado de un cáncer de mama en estadio local conseguimos evitar la quimioterapia hasta en un 30% de los pacientes que tienen un cáncer de tipo hormonal, que es el más frecuente. Haciendo el análisis de la expresión de genes del tumor, que sobre todo nos indican cómo de agresivo o cómo de proliferativo es ese tumor, hemos sido capaces de evitar la quimioterapia a una de cada tres mujeres.
Antiguamente dábamos quimioterapia a todo el mundo por si acaso y ahora solo se la damos a quien lo necesita. Y, lo que es más importante, es que también aparentemente puede haber tumores que no necesiten quimioterapia porque son de un tipo hormonal, y sin embargo sí la necesitan, lo que ocurre en un 15% de casos. Y estos tumores sí que deberían ser tratados con quimioterapia. Esta información molecular o la expresión génica es la que nos ayuda a determinarlo.
En los casos de enfermedad avanzada, cuando hay metástasis, que hay que recordar que hay muchos casos de este tipo, muchas de las pacientes viven sin quimioterapia. Solo con tratamientos hormonales en combinación con tratamientos nuevos que no son quimioterapia, además se trata habitualmente de fármacos orales. Esta demora en iniciar la quimioterapia para controlar la enfermedad cuando es metastásica también nos ayuda no solamente a ganar muchos meses de vida, sino que aporta una calidad de vida mayor.
- Las revisiones semestrales/anuales son un momento de tensión para las pacientes. ¿Qué probabilidad hay de recaída?
- Las revisiones normalmente se hacen cada tres meses en los dos primeros años desde el diagnóstico cuando el tumor se ha localizado y se ha operado. Entre el segundo y el quinto año se hacen cada 6 meses y a partir de ahí se hacen una vez al año. Esto son pautas generales, luego cada paciente necesita su tratamiento y su revisión particular. Esto produce mucha ansiedad.
Aunque digamos a la paciente que está curada siempre viene a revisión nerviosa. Lo que hay que trasladarles es que acudan a las revisiones y que se dejen guiar por las normas del médico. La angustia al final lo único que hace es impactar negativamente en la calidad de vida y esto es una pena. El miedo es muy subjetivo, es muy difícil de controlar, y nosotros intentamos tranquilizar a las pacientes con información y mensajes positivos.
Vamos a hacer una reunión en HM Hospitales donde se va a abordar el miedo a una revisión, la cuestión de los largos supervivientes y cómo ayudarles a convivir con esta angustia, precisamente. Creo que los profesionales de la psicooncología tienen un trabajo muy 'bonito' que hacer aquí.
- ¿Cómo ha afectado la Covid al diagnóstico y tratamiento? ¿Ha habido un parón en las mamografías?
- Hace poco en un encuentro en EL ESPAÑOL comentábamos cómo la Covid ha impactado en otras enfermedades graves, como pueden ser las enfermedades crónicas cardiacas o endocrinas, diabetes… Yo estuve hablando del cáncer. En España ya se han presentado un par de publicaciones, una de ellas en colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer y con la Sociedad Española de Oncología Médica, que señalan que ha habido cerca de un 20% de descenso en el número de nuevos pacientes que acuden a los servicios de oncología médica. Esto significa que hasta un 20% de pacientes con un nuevo cáncer a lo largo de 2020 no han sido diagnosticados en su momento.
Pueden ser incluso pacientes que todavía no estén diagnosticados. El número de biopsias también ha descendido mucho y, por supuesto, las campañas de prevención de los tumores como cáncer de mama, colon y cérvix se tuvieron que parar el año pasado y esto ha tenido un impacto en los diagnósticos de enfermedad temprana.
Esto puede conllevar que los pacientes acudan ahora a los centros con síntomas, con tumores, con estadios algo más avanzados de lo que estarían si hubieran sido diagnosticados a tiempo. Esto indiscutiblemente puede tener también repercusiones en el pronóstico. Sin embargo, aún no se ha cuantificado, no podemos saber cómo de grave es la situación, pero es algo que ya estamos observando los oncólogos y por lo que estamos seriamente preocupados.
- ¿Qué lecciones aprendidas con el cáncer de mama se pueden aplicar a otros tumores?
- La prevención secundaria, es decir, diagnosticar el tumor cuanto antes. Porque un tumor pequeño se cura y un tumor avanzado no. Esto es así independientemente de que los tratamientos cada vez sean más exitosos.
El segundo mensaje es la educación médica. A pesar de la prevención todavía hay algunos tumores, sobre todo aquellos llamados de intervalo, que pueden aparecer entre una mamografía y la siguiente. Por eso las mujeres tienen que saber explorarse, perder el miedo a acudir al ginecólogo en caso de que noten algún problema o algo diferente en la mama. Esto es importantísimo porque en España una de cada 8 mujeres vamos a tener un cáncer de mama.
Y lo tercero es la investigación clínica. El cáncer de mama ha tenido la bandera de la innovación y la investigación en profundidad del tipo de tumor. Es algo que ha marcado el camino para otro tipo de tumores y poder seguir la misma línea. En resumen: el cribado para la detección precoz, la educación médica y la investigación clínica.