El anuncio del acuerdo entre la Fundación Amancio Ortega y el Gobierno central para la donación al sistema público de salud de 10 equipos de protonterapia ha puesto esta relativamente novedosa técnica de nuevo en el punto de mira.
Se trata de una modalidad de radioterapia oncológica, que se aplica normalmente tras la extirpación quirúrgica de ciertos tumores localizados. A diferencia de las radioterapias clásicas de rayos X o electrones, emite la radiación de una forma más localizada, evitando dañar los tejidos sanos alrededor de la zona del tumor en mayor medida que las tradicionales. Esto permite también aplicar menores dosis de radiación, mejorando los posibles efectos secundarios y la calidad de vida de los pacientes.
En su documento de recomendaciones sobre la protonterapia, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) indica que sus beneficios son "la disminución de efectos adversos tardíos en los órganos y tejidos que rodean al tumor y la reducción del riesgo de desarrollar segundos tumores", algo que adquiere mayor relevancia "en los largos supervivientes, especialmente en la población pediátrica".
De hecho, considera que "la mayoría de tumores infantiles que requieren tratamiento de radioterapia se deberían tratar con protones, en especial aquellos tumores localizados en el cerebro o cercanos a órganos críticos".
Actualmente, la protonterapia en adultos está indicada en España para el tratamiento del melanoma intraocular o uveal, el cordoma y el condrosarcoma, y los sarcomas primarios paraespinales. Las indicaciones pediátricas incluyen tumores cerebrales, tumores oculares, sarcomas de partes blandas, tumor de Ewing y neuroblastoma.
La introducción de esta técnica en nuestro país va retrasada respecto a otros países de nuestro entorno. A nivel mundial hay cerca de un centenar de centros que la ofrecen, de los que 33 de ellos están en Europa, en países como Alemania o Reino Unido.
Hasta el momento, solo está implantada en dos centros privados de la Comunidad de Madrid (el Centro de Protonterapia Quirónsalud de Pozuelo de Alarcón y la Clínica Universidad de Navarra de la capital), aunque este año se anunció que Cataluña y Cantabria dispondrían de sendos equipos para el año 2025.
La SEOR apunta que, a corto plazo, el 2% de los pacientes con cáncer tendrá necesidad de recurrir a la protonterapia y, a medio plazo, el 11%. Esto implicaría pasar de 725 pacientes al año (con las indicaciones estándar) a unos 17.000 si se incluyen todas las indicaciones de esta técnica.
"Esto se traduce en el momento actual en la necesidad en España de tres salas de radioterapia, como comienzo de la actividad, que se podrían ir ampliando progresivamente", señala su documento de recomendaciones. Con la donación de la Fundación Amancio Ortega se cumpliría con creces esa necesidad actual, si bien todavía no se han desglosado los plazos para que estén funcionales.
Hasta el momento, la evidencia disponible en tumores más frecuentes, como los de mama o de pulmón, no es suficiente para establecer una superioridad respecto a las radioterapias tradicionales, si bien la SEOR señala que se podrían considerar para este tratamiento a grupos desfavorables como "pacientes con riesgo cardiaco, pulmonar o de un segundo tumor".
Hasta el momento, en España han sido tratadas unas 250 personas con esta técnica, repartidas entre los dos centros privados que las ofrecen. De ellos, algo menos de la mitad han sido niños.