La capacidad de la variante ómicron del coronavirus para escapar a la inmunidad generada por las anteriores cepas ya es bien visible en España, donde las reinfecciones, que se mantenían en cifras estables a lo largo del otoño, han crecido un 30% solo en los 20 primeros días de diciembre.
Entre el 1 y el 22 de diciembre se han notificado 3.925 reinfecciones. El total de toda la pandemia es de 17.140. Por tanto, una cuarta parte de todas las reinfecciones se han producido en el último mes de 2021, cuando ómicron ya estaba presente (el primer caso en nuestro país data del 29 de noviembre), y eso que todavía no ha acabado.
Desde el jueves 23 y hasta el lunes no será posible seguir la evolución. Serán cuatro días a oscuras en los que Sanidad, con la Covid desatada, no publicará datos.
La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III divide las reinfecciones en posibles, probables y confirmadas. Para que un caso se clasifique como confirmado, las dos infecciones deben haber sido diagnosticadas mediante PCR y haber sido secuenciadas. También se considerará confirmada si el linaje de la segunda infección no circulaba cuando el paciente se infectó por primera vez. Es decir, si te has contagiado con ómicron y tuviste ya la Covid en junio, por ejemplo.
De ahí la dificultad para confirmar casos de reinfección. Primero, porque una gran parte de la población contagiada ha sido diagnosticada mediante test de antígenos, no por PCR. Segundo, porque en la actualidad solo se secuencian alrededor del 7% del total de casos, pero en los primeros meses de 2021 y a lo largo de todo el año pasado el porcentaje fue mucho menor. Es por eso que solo están confirmadas el 6,8% de las reinfecciones notificadas.
Para que una reinfección se considere posible o probable deben haber pasado al menos tres meses desde la primera infección. Si el diagnóstico de la segunda ha sido mediante test de antígenos, se considerará posible (el 16,2% del total). Si lo ha sido mediante PCR no secuenciada, será probable (el 77% del total).
Este plazo de tres meses es un consenso que se ha tomado para evitar la confusión con aquellas infecciones que siguen dando positivo por PCR después de largo tiempo habiéndose resuelto los síntomas.
Como matiza la Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de la Covid-19 del Ministerio de Sanidad, esto no significa que la inmunidad adquirida de forma natural se desvanezca tras 90 días, como tampoco implica que no pueda darse una reinfección antes, "aunque esto es mucho menos frecuente que la excreción prolongada del material genético del virus".
El misterio de las reinfecciones
Los primeros estudios sobre reinfecciones determinaban que estas se producían en entre el 0,02% y el 0,67% de los casos, una proporción muy baja. Y, aunque existe la sospecha de que los casos de reinfecciones en España serán bastantes más de los que dicen las cifras oficiales debido a las dificultades para registrarlos, los datos de España parecen confirmar estas cifras: solo se habría reinfectado el 0,3% de los 5,7 millones de personas que han pasado la Covid en España.
Con la llegada de la variante Delta aumentaron los casos, aunque siguieron manteniéndose muy bajos. Esto, según explicó en su momento a EL ESPAÑOL la inmunóloga Yvelise Barrios, no se debería tanto a la capacidad de escapar a la inmunidad adquirida sino a su mayor contagiosidad: si las infecciones se multiplican, también lo hacen las reinfecciones.
Ómicron plantea un escenario distinto: el riesgo de reinfección es hasta tres veces mayor, según un estudio preliminar realizado en Sudáfrica. Las pruebas en laboratorio con muestras séricas de personas que pasaron la Covid con tras variantes mostraron que la capacidad neutralizante de los anticuerpos era muy baja, como pasaba también con las muestras de aquellos que habían sido vacunados pero no tenían una dosis de refuerzo.
En cambio, tanto en los que habían recibido la tercera dosis de la vacuna como en aquellos súper inmunes (que han pasado la enfermedad y que se han vacunado, sin importar el orden), la protección se mantiene alta. De ahí que la estrategia española frente a la sexta ola se base, principalmente, en las dosis de refuerzo.
Con todo, la poca capacidad de neutralización no implica que la persona no esté protegida contra la enfermedad grave. Una de las teorías que manejan los expertos para determinar por qué esta nueva variante parece menos grave es que muchas infecciones detectadas son en vacunados y en personas previamente enfermas. Según el último informe del Imperial College de Londres, esto implica una reducción del riesgo de hospitalización larga (más de un día) de hasta el 45% con ómicron.
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