La Helicobacter pylori es una peligrosa bacteria que infecta al 50% de la población, si bien no todo el mundo presenta sintomatología. No obstante, quien la sienta lo va a tener muy claro: quien la padece con sintomatología lo describe como si le clavan un puñal en la boca del estómago, es una sensación muy molesta.
Esta es la mejor descripción de la sintomatología de esta infección según explica la licenciada en Ciencias Químicas y máster en Dietética y Nutrición Humana Ángela Quintas, quien acaba de publicar con Planeta el libro Por qué me duele la tripa, en el que aborda y esta y otras patologías digestivas.
"El problema que tiene es que es una bacteria que se ancla en la parte alta de nuestro estómago. Además, para vivir en un medio tan ácido secreta una sustancia para neutralizarlo que se llama 'ureasa', y esto produce una gastritis muy potente. Y quien la padece con sintomatología lo describe como si les clavaran un puñal en la boca del estómago, es una sensación muy molesta", agrega.
Asimismo, y dado "que se ancla muy fuerte a la parte alta del estómago" para eliminarla es necesario hacer uso de una tanda fuerte antibióticos, solo así se puede "arrancar" la bacteria de esa zona. "No es una bacteria que se elimine fácilmente. En consecuencia, no solo se mata a la bacteria sino que también en la mayor parte de los casos se produce una disbiosis o alteración de la microbiota", advierte esta experta.
Estados Unidos, en su 15º Informe sobre Carcinógenos, preparado por el Programa Nacional de Toxicología (NTP) y que se publica coincidiendo con el 50º aniversario de la Ley Nacional del Cáncer de 1971, incluyó el pasado mes de enero la infección crónica por la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) como carcinógeno humano conocido.
La infección crónica por esta bacteria puede provocar cáncer de estómago y un tipo raro de linfoma estomacal. La infección se produce principalmente por el contacto de persona a persona, especialmente en condiciones de hacinamiento, y puede producirse al beber agua de pozo contaminada con H. pylori.
Los síntomas
Quintas detalla que las personas infectadas con esta bacteria pueden sentir, aparte de que les clavan un puñal en la boca del estómago, que coman lo que coman se sienten muy hinchados.
Además, apunta a náuseas, sobre todo por la mañana; pérdida de apetito; sensación de plenitud, aunque se haya comido poco; vómitos con y sin sangre y heces negras por la presencia de sangre; y en los casos más graves se puede producir una hemorragia.
La ventaja es que la prueba para detectarlo es no invasiva y consiste en soplar a través de un aparato y ver si en el aliento hay presencia de ureasa. Otras maneras de detectar la infección, según apunta, son el análisis de muestras de heces o la exploración del estómago utilizando una sonda flexible de visualización, con la que el médico podrá hacer una gastroscopia y obtendrá una muestra o biopsia de nuestra mucosa gástrica.
"Una vez diagnosticada la infección quitarse de encima el h. pylori es todo un reto. Durante dos o tres semanas se nos administrará una combinación de antibióticos para erradicar la bacteria de nuestro estómago. Hay que casos en los que será indispensable tomar antibióticos, (...) aunque estos se acompañarán de un inhibidor de la bomba de protones, el conocido omeprazol, y cuya función no es otra que la de disminuir la producción de ácido del estómago y proteger la mucosa intestinal", sentencia Quintas.