Un poco de calma. Es lo que pide Rafael Ortí: ha vivido toda la pandemia al frente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria, la entidad que agrupa a unos especialistas que, hasta la llegada de la Covid-19, apenas eran conocidos fuera de los círculos sanitarios.
Aunque muchos han acudido a ellos como si fueran unos oráculos, en realidad se parecen más a Pepito Grillo. Dicen las verdades incómodas, esas que nos cuesta aceptar: que la pandemia no ha acabado, que el virus no desaparece simplemente porque se levanten las restricciones de aforo y que, por mucho que hayamos pasado ya la sexta ola, el hacer como si el virus ya no existiera solo nos llevará a una séptima.
Durante los últimos dos años, Ortí ha realizado una actividad intensa de comunicación, sin parapetarse en cierta comodidad profesional que exige restricciones sin ton ni son sino intentando ese imposible equilibrio entre la salud pública, la apertura de la economía y las esperanzas de las personas. Por eso, ahora que pide calma a la nueva estrategia de Sanidad, esa que dice adiós a los tests y los aislamientos masivos a partir del lunes, es momento de volverle a escuchar.
- ¿Cómo valora la eliminación de aislamientos para positivos asintomáticos o leves?
- Los especialistas que trabajamos en el ámbito hospitalario tenemos que hacer una matización: no cambia mucho sino que incluso mejora en algunos aspectos, donde dice que es el criterio médico el que debe prevalecer. Otra parte es la visión más genérica, de administración pública y gestión sanitaria, donde también trabajan muchos compañeros, que son los que están más directamente implicados con los sistemas de información.
Si hablamos de la comunidad, retirar los aislamientos en este momento empieza a tener sentido dentro de un marco general en el que la Covid empezaba a comportarse como una gripe, pero hay matizaciones.
Acabamos de notificar dos gripes en nuestro hospital y uno de los pacientes ha fallecido. La Covid disminuye su gravedad porque la gente está vacunada; con la gripe, lo mismo, pero ahora, al no estar tan vacunada, empezamos a ver problemas.
Los médicos de familia vrerán bien quitar los aislamientos desde el punto de vista de carga de trabajo; los médicos de salud pública, que están con sistemas de información, también; pero la población no lo va a entender porque mucha gente ha tenido miedo y sigue teniéndolo.
En mi opinión, me hubiera esperado a que llegáramos al buen tiempo del verano. Estamos empezando una séptima ola. En nuestro país, la llegada de la BA.2 se ha visto, sobre todo en Canarias, Extremadura, Galicia… nos está diciendo que todavía nos podemos infectar. Infecciones leves, pero no olvidemos que en los países donde la gente no está vacunada ómicron sigue matando.
Si dejamos de hacer aislamientos tendremos más contagios, como pasa siempre al retirar las medidas preventivas. Con una gran cobertura vacunal no pasa nada, pero podemos favorecer tener contagios y consecuencias graves en una pequeña parte de la población, que son los no vacunados y las personas vulnerables.
- ¿Cómo valora que solo se hagan tests a vulnerables y graves?
- No es lo mismo estar en hospital que en Primaria que en vigilancia de la Salud Pública. Es verdad que tenemos que ir hacia la normalización, pero creo que podemos perder una gran oportunidad para potenciar los sistemas de información. Los que teníamos antes eran más o menos manuales: tenían una declaración obligatoria que no ha cambiado. Pero, de alguna manera, vamos a perder sensibilidad y capacidad de conocer toda la información. Recortar cargas de trabajo, lógicamente, tendrá que repercutir en una peor información.
Tal como se anunció, con la nota de prensa, decías "menudo desastre". Esa información no la tendremos y la vigilancia puede conllevar problemas. Pero cuando lees el documento con detalle, ves que está hecho con miedo, por eso decía que era un poco pronto. Nos dicen que esto se pondrá en marcha cuando tengamos riesgo bajo en los indicadores de hospitalización: como la semana que viene aumenten los casos, no se puede poner en marcha según el documento.
También dice que las pruebas las harán los médicos bajo su criterio. En la calle no pasa nada si la infección es leve, pero en hospital, si estás con gente vulnerable, el médico hará pruebas para evitar algo peor. De alguna manera, también se guardan la baza de que si aumentan los casos se podrán cambiar también los criterios. Esto se ha hecho con miedo porque han querido adelantarlo demasiado.
La parte positiva es que vamos a un sistema que es, en realidad, lo mismo que con la gripe. Gripalización, como término, no es correcto, pero está diciendo lo mismo. Teníamos sistemas centinela que te permiten monitorizar las tendencias, porque viendo algunos casos de gripe saben si está aumentando en una ciudad o no, no es preciso ver 50.000 casos. Tenemos la notificación de gripe grave, y ahí sí que se hacen encuestas detalladas: si una persona ingresa con Covid y fallece, se va a declarar con todos los detalles.
Tiene ventajas e inconvenientes: menos cargas de trabajo, menos sensibilidad, pero pérdida de información. Se pierde una oportunidad porque ahora que tenemos 27 millones de euros de Europa para reforzar los sistemas de información, no deberíamos volver a los sistemas prepandémicos, a una notificación clásica. ¿Por qué no hemos apostado por las nuevas tecnologías, los big data, que en el momento en que haya un diagnóstico en hospital y atención primaria se detecten los casos y podamos seguir teniendo una información más exhaustiva con menos carga de trabajo?
- ¿Qué va hacer falta para contabilizar los contagios? ¿Será suficiente con el sistema centinela actual?
- Tenemos varios sistemas de información en el país pero la variabilidad entre comunidades es muy grande, la automatización es diferente… Tenemos los fallos de la declaración obligatoria: yo puedo declarar un brote en un pueblo que linde que con otra comunidad autónoma y en el pueblo que tiene al lado no se enteran. Tenemos bastantes aspectos a mejorar en los sistemas de información.
Probablemente vamos a hacer el cambio antes de consolidar los nuevos sistemas de información. Esto se tiene que licitar, se tienen que presentar empresas de informática para trabajar los sistemas de información, y eso no se ha hecho todavía.
Imagino que encajará con el centro estatal de salud pública… Hay un trabajo por hacer que se va a dificultar de alguna manera y me da miedo porque, si hay ese recorte económico, puede afectar a las plazas de preventiva y salud pública de las que cacareamos, y también con los sistemas de información.
- En la estrategia se eliminan los cribados hospitalarios al ingreso y, se entiende, los circuitos covid-no covid. ¿Es el fin de la discusión 'con Covid' / 'por Covid'?
- El Consejo Interterritorial, los políticos, nos decían lo que teníamos que hacer. Ahora, como responsable del servicio de medicina preventiva, tendré que velar por que los pacientes ingresados no se infecten en el hospital.
La semana pasada ajustábamos las PCR a las pruebas prequirúrgicas, que limitábamos solamente a personas vulnerables e intervenciones de riesgo, en las que una infección por pudiera cambiar el pronóstico. Eso, en los estudios de pre-anestesia clásicos, se revisaba y tendrá que seguirse revisando, pero no será algo obligatorio ni tan estricto.
Por ejemplo, los aislamientos serán de 5 días. ¿Por qué, si el periodo de incubación es de 10 días? Prefiero esto, quitarlo, a lo pasaba antes, que engañaba: pasar de 14 a 10 días y luego a 7 o 5… No me digas lo que tengo que hacer, simplemente voy a mirar los pacientes hospitalizados y les haré una prueba. Cuando lees el documento, el mensaje es que será 5 días pero no se desaislará hasta que no se tenga prueba negativa.
El comportamiento del virus no hace caso a los políticos, sigue siendo el mismo. Esto no nos cambiará: si hay que aislar, aislaremos mientras siga dando positivo para que no contagie a otros pacientes o trabajadores.
- ¿Tiene sentido mantener la mascarilla en interiores con esta nueva estrategia?
- Digo lo mismo que hace un año. A mí lo que me preocupa cuando dicen que solo se aislará a los que estén graves y las cuarentenas se retirarán salvo en vulnerables… Vamos a ver: los aislamientos y cuarentenas no se hacen para pacientes vulnerables, sino para evitar la transmisión a otras personas.
Si un grupo de gente joven está en la calle, aunque transmitan, pues cogerán un trancazo de gripe o de Covid y seguramente no pasa nada. Pero si están con gente vulnerable, en una residencia o ingresada en un hospital… Las precauciones se tienen que aplicar con todos.
Tenemos que pedir precauciones a los convivientes con población de riesgo, no a los de riesgo. Es uno de los lapsus que no se explican bien, aunque el documento dice que el médico valorará en cada situación. Nosotros lo vamos a entender y funcionar como antes, con la gripe, pero, probablemente, genere muchas dudas y errores que puede pagar caro alguien.
¿Mascarilla? Cuando baje de 50 por 100.000 de incidencia y la mortalidad diaria no sea noticia. No es el momento de quitar las mascarillas ni de facilitar la transmisión. Siempre estamos igual: cuando empezamos, todo son miedos, y cuando bajamos de incidencia, parece que no pasa nada.
- Pasamos a una nueva fase del control de la epidemia y no tenemos todavía los resultados del comité independiente de evaluación de la gestión de la Covid. ¿Tendrán sus resultados algún sentido cuando se presenten?
- Nosotros somos un servicio de medicina preventiva y calidad asistencial. Cuando hacemos una certificación de servicios, tenemos unos protocolos. Se aplican y tenemos unos indicadores para medir la evolución de un problema: por ejemplo, las infecciones nosocomiales en el servicio de Oncología. Cuando acabo el año, el sistema me obliga a un informe de situación, de revisión del sistema. He de ver si globalmente he hecho bien las cosas o no. Eso es obligatorio si te quieres certificar, por ejemplo, por Aenor, y si eres un profesional, en cualquier ámbito, entiendo yo.
Cuando tienes una pandemia, o si tengo un brote de legionela en el hospital y mueren cinco personas, tengo que hacer algo: revisar los sistemas de información, las medidas de control. Después de una pandemia, ¿cómo no podemos exigir tener una evaluación? ¡Claro que tenemos que hacerla! Tendremos que compararnos entre comunidades y con otros países del mundo, no solo Europa, que lo han hecho igual de mal que nosotros. Solo así podremos hablar de planes de acción y propuestas de mejora, que nos tienen que llevar a que en la próxima pandemia las cosas se hagan mejor.
- Seguiremos esperando al informe.
- Como nadie tiene tiempo, todos tenemos mucho trabajo, resulta más fácil quitarlo todo y que la gente empiece a pensar en otras cosas, sea en Ucrania o los transportes, es un buen momento para olvidarse de la Covid.
Los resultados saldrán a base de publicaciones, la OMS hará comparaciones y nos tirará de las orejas de vez en cuando… Muchos profesionales estamos trabajando para conocer situaciones locales, y algún día tendrán que hacerse revisiones sistemáticas y meta-análisis para ver lo que ha ocurrido. Esto se va a ver, me hubiera gustado que hubieran salido desde los responsables del sistema, de cada una de las administraciones.