'Enero seco': por qué la abstinencia de alcohol este mes hará que reduzcas el consumo todo el año
Dejar de beber, aunque sea durante 30 días, mejora la salud metabólica, el peso y la tensión arterial y reduce el riesgo de cáncer.
4 enero, 2023 01:58Uno de los propósitos de año nuevo más común es el 'dejar de beber' o, en su defecto, 'beber menos'. El problema es que también es frecuente fracasar en él, como así demuestran las cifras de consumo de alcohol en España. El 93% de los españoles de entre 15 y 65 años lo ha tomado alguna vez en la vida y el 77,2% lo hizo durante 2021. Sin embargo, puede que exista una solución para hacer más viable esa meta para en el 2023: el enero seco.
Nuestro país no es el único que tiene un consumo masivo de alcohol. Esta sustancia también causa estragos en otras naciones, como Reino Unido. Por eso, allí se ha popularizado la tradición del Dry January, que viene a ser, españolizado, el mencionado enero seco. Al parecer, estar un mes sin tomar bebidas etílicas es un método eficaz para reducir su ingesta el resto del año.
Esta costumbre comenzó en 2012, como una iniciativa de salud pública de una organización benéfica británica, Alcohol Change UK. La idea de la fundación era atraer a la gente hacia su campaña como si de un reto se tratara, para así hacer más atractiva la idea. El componente competitivo era el ingrediente perfecto para poner en práctica una teoría científica: el aplicarse la ley seca, aunque sea sólo durante 30 días, tiene beneficios para la salud.
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Desde entonces, el enero seco ha ido sumando adeptos año tras año y, actualmente, sólo en el Reino Unido se cifra en millones los participantes. La cuestión es ¿tiene realmente validez científica? La respuesta es sí.
Al ver el éxito de la campaña, un grupo de investigadores comandados por la división de Medicina del London's Global University analizó los efectos de la abstinencia de alcohol a corto plazo, en personas cuyo consumo semanal iba de moderado a alto.
Protección contra el cáncer
Sus resultados fueron publicados en la British Medical Journal y, según concluyeron, aquellos que habían dejado de beber durante un mes experimentaron mejoras significativas en su salud metabólica, como menor riesgo de desarrollo de diabetes tipo 2 y enfermedad del hígado graso. Todo ello independientemente de otros factores, como la dieta, el ejercicio o el tabaquismo.
"Los hallazgos clave de este estudio son mejoras en la resistencia a la insulina, la presión arterial, el peso corporal y una disminución en las concentraciones circulantes de factores relacionados con el cáncer después de un mes de abstinencia de alcohol", sentencian.
De hecho, en el trabajo resaltan que sus resultados son los primeros en demostrar, "por primera vez en humanos", una asociación entre dejar de beber y una "marcada reducción" de las concentraciones circulantes de las proteínas VEGF y EGF, sobre las que existe una fuerte evidencia en su papel en la oncogénesis. Así lo destacan: "Un hallazgo novedoso importante de este estudio es la rápida disminución de VEGF y EGF con la abstinencia de alcohol a corto plazo, que se observó en el 90% de los sujetos".
Los resultados en materia de salud física fueron muy notables, pero los cambios comportamentales lo fueron más. Aquellos que habían pasado un mes de ley seca redujeron significativamente su consumo durante el año. Los investigadores verificaron que los hábitos de ingesta habían pasado de peligrosos a de bajo riesgo.
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Esto mismo es lo que demostraron otra serie de trabajos posteriores, centrados exclusivamente en el efecto psicológico que tenía el adherirse al enero seco. Recogidos por la Asociación Americana de Psicología, según concluyen, la mayoría de las personas que participan en el enero seco experimentan una gran sensación de confort al finalizar el reto, al comprobar que habían conseguido el control en sus hábitos de consumo.
Control a largo plazo
Las palabras recuerdan a las declaraciones de Richard Piper, el director ejecutivo de Alcohol Change UK sobre la idea de la iniciativa: "El objetivo de Dry January no es la sobriedad a largo plazo, es el control a largo plazo". Esto es lo que llevaría a los participantes a ser capaces de reducir su ingesta. Por ejemplo, en datos del último estudio, los usuarios reportaron que antes de participar en el reto se emborrachaban una media de 3,4 veces al mes. En agosto, la cifra había disminuido a 2,1.
No hay que olvidar que el alcohol es la droga más consumida en nuestro país y que es también la que más problemas causa. Según los resultados de la encuesta EDADES 2019/2020, el 5,2% de la población de entre 15 y 64 años presenta un patrón de consumo problemático. Si bien, no es sólo esta franja la que tiene un riesgo de tener problemas para la salud. Como dictaminó una investigación publicada en The Lancet, no existe ningún nivel de consumo que pueda ser 'saludable'.
En base al análisis de 195 países, los investigadores corroboraron que el alcohol puede ser considerado como el principal factor de riesgo de muerte prematura y discapacidad. Cáncer, enfermedades cerebro y cardiovasculares y problemas metabólicos son sólo algunas de las dolencias que se suman a lista de los riesgos del consumo de esta sustancia. Sólo por eso, merece la pena comenzar el año practicando el enero seco.