A partir de los 55 años la hipertensión comienza a ser un problema a tener en cuenta aunque hasta entonces no le prestásemos atención pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) le haya otorgado el triste mérito de ser la primera causa de muerte en el mundo. En España, según los datos de la Sociedad Española de Hipertensión (SEH-LELHA), un 40% de la población en edad adulta tiene la tensión alta. Los profesionales sanitarios procuran un cambio de hábitos y de alimentación para combatirla antes de la medicación, de ahí que este hallazgo sobre los beneficios de la vitamina E sea especialmente importante.
Desde la SEH-LELHA inciden en que hay que prestar atención a posibles señales que nos indiquen que podemos tener hipertensión, como los dolores de cabeza por las mañanas, un ritmo cardíaco irregular aturdimiento, mareos o alteraciones visuales. Huir del sedentarismo y vigilar la dieta, especialmente en lo que se refiere a la sal, es también fundamental para prevenir y controlar la presión arterial alta. Un estudio de la Unidad de Hipertensión del Centro de Investigación Cardiovascular de Isfahán, publicado en Hofrege eContent, ha relacionado la ingesta de la vitamina con una tensión más regular y estable.
[Golpe a la hipertensión: la nueva técnica que cura la presión arterial elevada más resistente]
Siguiendo el sistema triple ciego controlado con placebo, el estudio ha seleccionado a un total de 70 personas con hipertensión leve y otras con hipertensión secundaria, motivada por una patología diferente. Hombres y mujeres de entre 20 y 60 años, sin más riesgos cardiovasculares, a los que midieron la presión arterial y la frecuencia cardíaca al comienzo, durante y al final de la investigación. Tuvieron en cuenta sus hábitos alimentarios y finalmente el resultado no dejó lugar a dudas: aquellos que recibieron una dosis diaria de vitamina E tuvieron una tendencia a regular las mediciones de su presión arterial y los que recibieron placebo las mantuvieron.
Propiedades de la vitamina E
Esta vitamina puede ingerirse a través de suplementos o de la propia alimentación aunque no sea de las más conocidas por la población general. La vitamina E o tocoferol tiene una función vital para nuestro organismo: es un potente antioxidante y protege a las células frente a la oxidación lipídica y los radicales libres. Se trata de un nutriente liposoluble que está presente en muchos alimentos y retrasa el envejecimiento, además de estimular el sistema inmunitario para combatir bacterias y virus. Contribuye también a dilatar los vasos sanguíneos y a evitar la formación de coágulos de sangre en su interior.
[Hipertensión: estos son los dos alimentos que elevan la presión arterial si no se toman a diario]
Las células emplean esta vitamina E para interactuar entre ellas y cumplir funciones vitales. En un informe de la Fundación Española del Corazón (FEC) exponen que "evita la oxidación de los ácidos grasos poliinsaturados". Hasta no hace mucho tiempo, se creía que era necesario consumirla en combinación con grasas, pero un estudio de la Universidad Estatal de Oregón descubrió que no era necesario. Así, podemos encontrarla en alimentos como los aceites vegetales, la carne, las aves de corral, los huevos, diversas frutas, verduras y también aceites de germen de trigo.
Alimentos ricos en vitamina E
En concreto, la FEC destaca como alimentos ricos en vitamina E los frutos secos, las verduras, las hortalizas, los cereales, las margarinas y los aceites vegetales, sobre todo los de trigo, girasol y oliva. En cuanto a estos últimos, es importante que se consuman en su estado virgen en lugar de refinados y siempre en crudo, destaca la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), que calcula que unos 100 gramos de AOVA aportan 18 de tocoferol y el de maíz unos 7 miligramos.
[Consejos para reducir la hipertensión de forma fácil y natural]
Si ponemos el foco en los frutos secos y cereales, Sedca destaca que estos últimos aportan unos 17 miligramos, mientras que almendras o avellanas contienen 27 miligramos, siempre que se consuman crudas o tostadas y sin sal, que es como son saludables al incorporarlas a nuestra dieta. Los aguacates, por su parte, nos aportan unos 4 miligramos, la soja 3 miligramos y los dátiles o las fresas llegan a los 2 miligramos por cada 100 gramos, como el huevo, la mantequilla o el pescado azul. La cantidad diaria recomendada de esta vitamina, según la FEC, es de unos 8 miligramos en mujeres y 10 en hombres, calculando entre 6 o 7 para la etapa infantil.
[Qué es la hipertensión arterial o presión arterial alta]