Una terraza con aspersor de agua.

Una terraza con aspersor de agua.

Salud

El peligro oculto de los aspersores de las terrazas de los bares: “No se sabe de dónde sale el agua”

Si el agua ni las canalizaciones no son tratadas como es debido, estos pulverizadores pueden ser un foco de bacterias patógenas.

31 agosto, 2023 03:19

La irrupción de un brote de legionella en la ciudad de Cáceres ha dejado un muerto y hasta seis personas hospitalizadas, dos de las cuales se encuentran en la UCI. En este momento, Salud Pública del Servicio Extremeño de Salud (SES) junto con la dirección de Salud de Cáceres trabajan mano a mano para determinar dónde se encuentra el origen de este brote. Hace justo un año, se produjeron en esta ciudad 19 casos de esta infección, entre los cuales tuvieron lugar un total de cinco muertes. 

La bacteria Legionella pneumophila se encuentra de manera natural en ríos y en lagos, pero es especialmente peligrosa cuando prolifera en fuentes de agua comunitarias. En este sentido, el verano es la época en la que más se deben extremar las precauciones: además del estancamiento del agua, las altas temperaturas son culpables del sobrecrecimiento de estas bacterias. "Es más frecuente que se produzca en instalaciones comunitarias que no están bien cuidadas o en las que el agua no ha sido bien tratada", explica Antonio Gutiérrez, investigador en el Hospital Virgen de la Macarena. 

El SES le sigue la pista al brote de Cáceres en las fuentes de agua públicas de la ciudad. De hecho, el ayuntamiento ya habría precintado la semana pasada hasta ocho de estas instalaciones después de que el Canal de Isabel II detectase legionella en una serie de controles preventivos. De todas formas, esta problemática bacteria puede aparecer en otros dispositivos y, en concreto, Gutiérrez ha llamado la atención en su cuenta de Twitter sobre los pulverizadores de agua que algunos bares instalan en sus terrazas para aliviar el calor de su clientela.

Dos enfermedades

"No hay que llamar a la alarma, ni huir de los locales que tienen estos aspersores", aclara Gutiérrez. "Pero a raíz del brote de legionella de Cáceres he querido hacer una reflexión sobre ellos: a veces no sabemos el origen del agua, si ha sido tratada de forma adecuada o el estado de las canalizaciones". Si el verano siempre ha sido la estación en la que se dispara el riesgo de infecciones por esta bacteria, los de los últimos años representan un peligro mayor debido a que se están alcanzando temperaturas especialmente altas.

La legionelosis, la infección que se produce por este microorganismo, se contagia a partir de la inhalación de pequeñas gotitas de agua contaminada. Es decir, que el contagio se produce por vía respiratoria, no por vía gástrica, y tampoco es posible que la persona infectada la transmita a otra persona. Esta enfermedad se puede manifestar, principalmente, de dos maneras: la primera de ellas es, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la enfermedad del legionario y la segunda, la fiebre de Pontiac.

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La enfermedad del legionario se caracteriza por producir tos, dificultad para respirar, fiebre, dolores musculares y de cabeza, así como por la diarrea, las náuseas y la confusión. Esta manifestación, que se puede demorar hasta dos semanas después de la exposición a la bacteria, es la más grave y, de hecho, puede resultar mortal, como ha sucedido en Cáceres. La fiebre de Pontiac, por su parte, es la infección más leve que puede producirse: no llega a producir neumonía y se suele resolver sin dificultades.

Vulnerables

"El principal problema de la legionelosis es cuando se produce en personas que tienen enfermedades de base y, sobre todo, respiratorias, además de aquellas que están inmunodeprimidas, como las personas con VIH o que han sido trasplantadas", advierte Gutiérrez. De hecho, el hombre que falleció el martes a raíz del brote en Cáceres tenía 86 años y las otras seis personas hospitalizadas tienen entre 55 y 85 años de edad. En este sentido, el experto explica que las personas más vulnerables deben tener en mente medidas de prevención frente a esta infección en verano.

Una de ellas, según Gutiérrez, sería evitar estos pulverizadores de agua. Tal y como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), "la forma de transmisión más frecuente de las legionelas es la inhalación de aerosoles con agua contaminada. Esta transmisión se ha observado en aerosoles generados en torres de enfriamiento para aire acondicionado, sistemas de agua fría y caliente, humidificadores e instalaciones de hidromasaje". Los dispositivos de nebulización de agua, entre los que se encuentran estos pulverizadores, también están contemplados por este organismo.

"La infección también se puede contraer por aspiración de agua o hielo contaminados, sobre todo por parte de pacientes hospitalizados vulnerables, o por exposición de recién nacidos durante los partos en el agua. Hasta la fecha, no se conocen casos de transmisión directa entre personas", afirma la OMS.