Zoraya ter Beek, solicitante de eutanasia por sufrimiento psíquico.

Zoraya ter Beek, solicitante de eutanasia por sufrimiento psíquico. Terceros

Salud

La eutanasia a una joven de 29 años con depresión reabre el debate sobre el derecho a la muerte

El sufrimiento psíquico es un motivo válido para solicitar la eutanasia, según los expertos, pero los casos en los que se concede son mínimos.

21 mayo, 2024 02:22

Los trastornos o las enfermedades mentales suelen ser, en muchos casos, padecimientos silenciosos sobre los que aún existe cierto tabú. Los pacientes que sufren estos trastornos pueden sentirse incomprendidos o, incluso, ver que su sufrimiento se minusvalora o no se toma en serio. Sin embargo, puede llegar el caso de que la persona en cuestión no soporte su situación y quiera poner fin a su vida para acabar con su tormento. Es el caso de Zoraya ter Beek, una joven holandesa de 29 años a la que le han concedido la eutanasia por sufrimiento psíquico tras tres años de lucha con las instituciones. 

Esta noticia ha removido conciencias y ha reabierto el debate sobre si un procedimiento como este debería o no aplicarse en pacientes psiquiátricos. Ter Beek sufre depresión crónica, ansiedad, trauma y un trastorno de personalidad no especificado. Ha probado todo tipo de tratamientos, desde terapia conversacional hasta sesiones de terapia electroconvulsiva, pasando por la medicación. Cuando le dijeron que no quedaban más opciones decidió solicitar la muerte asistida porque no podía soportar vivir de esa forma.

Su caso ha levantado revuelo en la sociedad y los medios de comunicación porque la eutanasia en casos de sufrimiento psiquiátrico es muy inusual. En los País Bajos se concedió en 138 ocasiones del total de 9.068 en 2023. EL ESPAÑOL ha preguntado a varios especialistas sobre este tema y si podría darse una situación similar en España.

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Pablo Malo, psiquiatra jubilado, cree que un trastorno o una enfermedad mental es suficiente motivo para solicitarlo. "El sufrimiento es la razón para conceder la eutanasia y el psicológico puede ser terrible". Para él, no hay diferencia entre los casos concedidos por enfermedades físicas y aquellos solicitados por afecciones psicológicas. Aún así, reconoce que establecer si ese dolor es inevitable o irreversible, en Psiquiatría, es compliado: "No sale en los tests".

María Jesús Yerro, psiquiatra y expresidenta de la Comisión de Garantía y Evaluación para la Eutanasia de la Comunidad de Madrid, defiende que estas patologías pueden ser un motivo para solicitar la eutanasia. La experta asegura que los profesionales están muy acostumbrados a valorar el dolor físico, pero con el psiquiátrico hay menos experiencia. "Puede ser mucho más insoportable que el [dolor] físico", añade. Afirma que algunos enfermos con problemas psiquiátricos o psicológicos pueden ver afectada su capacidad de comunicarse y relacionarse. En estos casos las actividades diarias pueden convertirse en "un sufrimiento insoportable", agrega.

Para Alfredo Calcedo, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Legal (SEPL), esta cuestión es muy subjetiva porque depende del sistema de valores y la tolerancia al sufrimiento que tenga cada persona. En el caso de enfermedades físicas, como las de tipo degenerativo o un cáncer en estado terminal, son mucho más fáciles de reconocer y evaluar. 

Calcedo también asevera que, con el paso del tiempo, las comisiones encargadas de estas decisiones van relajando los criterios y pueden autorizar más veces el suicidio asistido para casos de sufrimiento psíquico. Aún así, insiste en que este tipo de decisiones tienen detrás una larga lista de procedimientos (controles, entrevistas, opiniones de varios médicos, etc.) y son muy rigurosos.

Requisitos en España

En España, para que se conceda la eutanasia, los casos deben cumplir uno de estos dos requisitos: tratarse de una enfermedad grave crónica o imparable, donde no entrarían las personas con una enfermedad mental; o que exista un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante". En el segundo caso sí pueden encajar los casos psiquiátricos, explica Yerro. 

Además de cumplir uno de los dos extremos, expone la psiquiatra, hay más requisitos para aprobar una solicitud de suicido asistido. Hay que evaluar el área social, médica y existencial o espiritual del solicitante. Las comisiones que estudian cada caso para conceder, o no, la eutanasia también tienen que comprobar si quien la pide es capaz de tomar sus propias decisiones. En general, continúa, hay muy pocas ocasiones en las que se cumplan todas las condiciones.

Los tres expertos coinciden en que el estigma de las enfermedades mentales puede hacer que se considere que los pacientes no pueden tomar solos una decisión así. Sin embargo, recalcan, la mayoría de las personas con alguno de estos trastornos son capaces de dilucidar qué es lo que realmente quieren. 

Malo reconoce que en estos casos decidir si se concede o no la eutanasia es una tarea muy complicada: "Hay que diferenciar si quien habla es el paciente o la enfermedad". El especialista desarrolla que el deseo de muerte puede ser síntoma de ciertas enfermedades mentales, como el trastorno bipolar, por lo que hay que poner mucha atención para poder separar lo que quiere realmente la persona de los pensamientos que pueda causarle su patología.

Agotar todas las vías

El psiquiatra también sostiene que en este campo no se puede asegurar nunca que algo es irreversible. Además, hay que tener en cuenta que no hay dos casos iguales. "Yo he visto depresiones que se han curado en tres años y otras en cinco [años]". Una gran desventaja, añade, es que, a diferencia de las físicas, falta mucho conocimiento todavía sobre las psíquicas.

Otra de las cosas que se valoran al decidir si se conceden o no estas peticiones es si se han agotado todas, o casi todas, las vías de tratamiento. De hecho, la propia Yerro aconseja denegar la solicitud si se considera que no se han probado las suficientes hasta ese momento. 

La psiquiatra también es realista y sostiene que estas opciones deben estar siempre al alcance del paciente. Asimismo, lamenta las desigualdades que se encuentran entre comunidades autónomas o, incluso, entre provincias. El refuerzo de la sanidad pública con más recursos, materiales, humanos y residenciales también es un punto importante, según Yerro. "Hay centros de salud en los que esperas 12 meses para la primera entrevista", denuncia. 

Según los expertos, la Ley de Eutanasia necesita que se clarifique adecuadamente la situación de las personas con trastornos mentales y no se las deje fuera. Yerro añade que el acceso a un servicio sanitario como este es un derecho y debería ser universal. "Tienen [estos pacientes] el mismo derecho que cualquiea a ser oídos, escuchados y que se valide su sufrimiento". Además, sostiene que hay que entender la situación a la que están sometidos y se les debe poder aplicar la ley en las mismas condiciones y con los mismos requisitos que a quienes padecen enfermedades físicas.