El neurocientífico Pablo Barrecheguren.

El neurocientífico Pablo Barrecheguren.

Salud

Barrecheguren, experto en sueño: "La siesta no es típicamente española, los chinos la duermen más"

"Si te tienes que echar con frecuencia la siesta, primero hay que ver que no haya un problema de sueño por las noches" / "Los adolescentes tienen mucha falta de sueño crónica y se debe a los horarios de las escuelas"

8 junio, 2024 02:22

Los seres humanos nos pasamos dormidos hasta un tercio de lo que dura nuestra vida y, aunque sabemos que es importante, no conocemos todas las funciones que el sueño cumple en nuestro organismo. No sólo nos permite recargar pilas para enfrentarnos al día siguiente, sino que además es fundamental para nuestra memoria y para procesar nuestras emociones. El sueño también guarda muchos de los misterios tras los que andan los científicos. ¿Por qué soñamos?, ¿para qué sirve? o ¿qué pasa en todas las fases de nuestro sueño?

Si todo esto te parece un lío, el neurocientífico zaragozano Pablo Barracheguren ha escrito el libro ¿Por qué soñamos? Y otras grandes preguntas sobre dormir y el sueño (Plataforma actual, 2024), que hace un recorrido por toda la ciencia del sueño actualizada y de manera accesible para todos. Barrecheguren, que acumula más de 25.000 seguidores en YouTube, también se lanza a hablar en su libro sobre los misteriosos sueños lúcidos con mucha ciencia, unas experiencias en las que el soñador es consciente de que está dormido y puede llegar a cambiar lo que sucede en el sueño.

¿Qué pasa en el cerebro mientras dormimos? ¿Sabemos todo lo que pasa?

Una idea importante que tenemos que tener es que hay dos fases diferentes. Una fase no REM, centrada en procesos de recuperación y mantenimiento, y luego la REM, centrada en temas como la neuroplasticidad o memoria. Resumiendo mucho, primero hay una parte en la que el patrón de actividad cerebral es distinta al que tenemos cuando estamos despiertos y sirve para recuperar energía y hacer limpieza. Es la recarga de pilas.

Después entramos en fase de neuroplasticidad, una fase especialmente importante cuando todavía nos estamos desarrollando. Que el cerebro, de hecho, ¡se sigue desarrollando hasta los veintitantos! En un bebé hay más procesos de desarrollo que en un chaval de 16 años, en este más que en un adulto y así sucesivamente. Se cree que esta fase es muy importante para el sistema nervioso, los procesos de memoria y también de las emociones del día.

¿Qué momentos del sueño son los que más desconocemos?

La fase más complicada es la REM, que es donde se produce la mayor parte de los sueños y, sobre todo, los más vívidos. Sí que sabemos muchas cosas, pero es difícil investigar. Algunas cosas las sabemos por experimentos con animales, pero claro cada animal duerme a su manera. Las fases del sueño de los animales son diferentes y en los humanos los sueños tienen un mayor nivel de complejidad.

Ahora muchos llevamos en la muñeca un reloj que mide nuestro sueño. También hablas de ellos en tu libro…

Es muy importante que sepamos cómo estamos durmiendo, es un pilar fundamental de la salud, y nos importa tanto la cantidad como la calidad. Si hay que elegir, casi mejor que la calidad. Bien utilizados, estos dispositivos son útiles, pero son orientativos. No tienen un nivel de precisión óptimo, pero tiene un cierto mérito tener al alcance uno de estos. El problema aparece si ignoras algunos signos de tu cuerpo que te indican que está durmiendo mal porque el reloj te diga que lo estás haciendo bien. Todavía se les escapan problemas como si roncas demasiado o te cuesta respirar.

Le dedicas también un capítulo en tu libro a la siesta, que siempre hemos pensado que era una cosa muy nuestra, muy española.

Para nada. Pese al tópico, que nosotros también nos lo hemos creído, no es un fenómeno típicamente español. Ni siquiera estamos entre los países que más siestas se echan, están por delante los asiáticos. China es uno de los más ‘siesteros’, con un 45,6% de personas que se echan la siesta con frecuencia. Los españoles, un 41%. Si estamos en un porcentaje alto, pero hay muchos por delante de nosotros. Depende mucho además de la población, hay profesiones que no se echan la siesta nunca.

Desde luego, ahora poder echarse la siesta es un lujo, pero, ¿es saludable?

Es complicado. Si te tienes que echar con frecuencia la siesta, primero hay que ver que no haya un problema de sueño por las noches. Se han relacionado las siestas muy frecuentes con problemas cardiovasculares a la larga, como la hipertensión, pero todavía se está estudiando. Una teoría que hay al respecto es que cada vez que te despiertas el cuerpo invierte mucha energía en ello, como cuando arrancas el coche. De hecho, parece que hay más eventos cardiovasculares en la franja de la mañana, igual porque el cuerpo todavía no está muy fino. Si sólo te despiertas una vez al día sólo te expones a ese estrés una vez. 

O sea, que esto hacemos muchos cuando suena el despertador, que lo apagamos, vuelve a sonar al rato y lo volvemos a apagar, ¿nos está haciendo daño?

No es muy óptimo, pero bueno en el fondo no te llegas a dormir del todo. Te quedas medio dormido. En realidad, de estar dormido por completo a despierto sólo pasas una vez. La siesta es diferente, porque sí que llegas a dormirte del todo y a despertarte. Puede ser problemático. Pero bueno, también influye el tema de la duración: las siestas de menos de media hora no suelen dar problemas. Es un tema con muchas capas, no hay que banalizar. 

También solemos decir que "sin el café, no somos persona", ¿está expresión sugiere que no dormimos lo suficiente?

Con los años yo me he vuelto muy cafetero. Y pasa en todo el mundo: alrededor del 80% de la población toma cafeína de manera diaria, de una forma u otra. Es una cantidad elevada. El problema es que los estimulantes no sustituyen la necesidad de dormir, lo que hacen es bloquear uno de los mecanismos por los que sentimos somnolencia.

Mientras está en el cuerpo también mejora algunos parámetros cognitivos, pero tiramos mucho de ella cuando lo que habría que hacer es reforzar el sueño. Pero, claro, es que si estás explotado en el trabajo, tampoco es tu culpa. Si tu horario es insostenible, no se acopla a tu cronotipo. Pues claro, tenemos que recurrir a él.

Con lo importante que es dormir, ¿nuestra sociedad sigue pensando que es de vagos?

Sí, por ejemplo, los adolescentes tienen mucha falta de sueño crónica y se debe a los horarios de las escuelas, que no están ajustados a sus necesidades. Cuando les hacen llegar al colegio a las 9, es como si a ti te hicieran ir al trabajo a las 7. Todas las actividades de ocio están desplazadas hacia la noche y encima son más nocturnos por lo general. Así que deberían irse a la cama antes para llegar a dormir lo necesario, pero a esa hora están más activos por una cuestión biológica.

Durante la pandemia, el problema disminuyó. Como tenían clases online, solían apurar el sueño hasta poco antes de que empezaran las clases. En general, los horarios laborales, sobre todo en las ciudades, no están adaptados a nuestro sueño y cuando no dormimos somos menos eficientes.

Y con todas las profesiones importantes que se desarrollan por la noche…

Se ha estudiado mucho a los médicos que están de guardia. Tienen que dormir períodos muy cortos y si les despiertan teniendo que operar en diez minutos, ¡te operan medio dormidos! Está estudiado que nada más despertarte tienes una inercia del sueño que hasta que no ha pasado, por lo menos, media hora puede ser problemática.

Muchas veces le intentamos buscar sentido a los sueños más tontos que tenemos, ¿por qué soñamos lo que soñamos?

Este es uno de los temas más complejos. Una teoría muy respetada es que los sueños son un subproducto de lo que está haciendo el cerebro en ese momento. En la fase REM el cerebro se dedica al procesamiento emocional y la memoria, lo que hace es repasar lo que te ha pasado y cómo te ha impactado. El cerebro le da vueltas a esto y se cree que, como consecuencia, vemos esas imágenes. 

La gente que tiene estrés postraumático tiene pesadillas recurrentes sobre el hecho traumático. El cerebro sigue encasquillado en ese momento. Tiene sentido, en el cerebro en ese momento está muy activa la parte de los recuerdos, la parte emocional y la parte que lo ordena todo está menos activa.

También hablas de los sueños lúcidos, que siempre han sido una cosa muy esotérica. ¿Qué ha cambiado respecto a ellos?

Todavía hay mucho esoterismo en ello. Cuando los investigué había mucho texto esotérico y te hacen plantearte si son un invento o no. Pero es interesante que, aunque al principio costó que se aceptaran, ahora hay muchos estudios científicos sobre ellos.

En un sueño lúcido, básicamente, el soñador es consciente de que está soñando y puede llegar, incluso, a modificar su contenido. A día de hoy, están comprobadísimos: hay técnicas y fármacos que pueden potenciar su aparición y también se ha conseguido que una persona que está dormida mande mensajes al exterior para indicar que está consciente, pero dormido. ¡Es una ciencia muy refinada! (ríe).

O sea, ¿haces una entrevista a alguien que está dormido?

Sí, es muy rudimentario, preguntas muy sencillas. A día de hoy, se piensa que tener estos sueños no es ni bueno, ni malo. Si los tienes, disfrútalos. Se están investigando para poder llegar a tratar las pesadillas recurrentes, pero es algo muy reciente. También en el entorno del estrés postraumático. Es un hilo nuevo del que tirar en investigación.