Un 75,9% de los estudiantes de entre 14 y 18 años reconoce haber consumido alcohol alguna vez en su vida.

Un 75,9% de los estudiantes de entre 14 y 18 años reconoce haber consumido alcohol alguna vez en su vida. EFE

Salud

La paradoja del alcohol entre menores en España: más abstemios pero más borracheras prematuras

El Gobierno ha aprobado este martes el anteproyecto de ley para prevenir y reducir el consumo de esta sustancia psicoactiva entre los menores.

31 julio, 2024 02:00

El consumo de alcohol entre los menores en España apenas ha variado en las últimas dos décadas. En 2002, según la encuesta que elabora bienalmente el Ministerio de Sanidad (conocida como ESTUDES), el 76,6% de los estudiantes entre 14 y 18 años reconoció haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida. Un porcentaje muy similar al que se registró el año pasado, con un 75,9%.

Aunque desde hace ocho años casi un 25% de los encuestados se declara abstemio, el Gobierno pretende atajar esta problemática con el anteproyecto de ley para prevenir y reducir el consumo de alcohol entre los menores que ha aprobado este martes en el Consejo de Ministros.

Esta nueva normativa, que tendrá que recibir el apoyo del Congreso de los Diputados, reconoce la inclusión de registros de consumo de alcohol en la historia clínica, la prohibición de consumo de alcohol para todas las personas en centros docentes, así como la eliminación de la publicidad directa o encubierta de bebidas alcohólicas dirigida a menores de edad, entre otras medidas.

"Uno de los principales motivos de esta ley es el alto grado de disponibilidad que tienen los menores en España con el alcohol", comenta a EL ESPAÑOL Miguel Marcos, miembro del Grupo de Alcohol y Otras Drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna, catedrático de la Universidad de Salamanca y médico internista del Hospital Universitario de Salamanca.

El especialista señala a una de las conclusiones que también se extrae de la citada encuesta de Sanidad: los menores en nuestro país adquieren las bebidas alcohólicas con relativa facilidad. Hasta un 60% de los estudiantes de 14 a 18 años reconoce que son ellos mismos quienes consiguen directalmente el alcohol.

Borracheras más tempranas

Este fácil acceso no se ha traducido en una edad media de inicio de consumo más temprana. En 2023, aquellos que habían tomado bebidas alcohólicas alguna vez en su vida reconocieron que su primer consumo fue con 13,9 años de media. En comparación con hace 30 años, se ha incrementado en cuatro décimas. El consumo semanal tampoco ha experimentado grandes cambios, manteniéndose en torno a los 15 años.

Lo reseñable es que la edad de la primera borrachera sí que se ha adelantado. En 2023, de hecho, se obtuvo la edad más precoz desde que se tiene registro, con 14,5 años. Además, hasta un 22,5% de los alumnos de 14 años ya ha sufrido una intoxicación etílica aguda alguna vez; un porcentaje que aumenta para los de 15 años (38,3%).

"El botellón es el consumo de riesgo de mayor peligro en adolescentes", asegura Marcos. "Se ha intentado cortar con diversas medidas legislativas pero al final es muy díficil poner puertas al campo, sobre todo con el fácil acceso a las bebidas alcohólicas".

"Es complicado", prosigue, "que siga bajando hasta llegar a los 9 años, por poner un ejemplo exagerado". Es cierto que en ESTUDES no se recogen datos de menores por debajo de los 14. Sin embargo, otro estudio elaborado por Sanidad advierte que en grupos de edad más pequeños también se observa una tendencia nada desdeñable: el 35% de los adolescentes de 12 y 13 años habían consumido alcohol.

Este estudio piloto también revela que cuanto mayor es el consumo de los padres, mayor es el consumo del menor. Por ejemplo, casi la mitad de los estudiantes cuyo padre abusa del alcohol a diario ha probado el alcohol; una cifra que se eleva hasta el 62,2% en aquellos casos en los que es la madre la que presenta un problema de abuso para esta sustancia.

Un cambio de paradigma

Para Marcos, es "lógico" que los menores que crezcan en un entorno donde se consuma alcohol perciban que "no pasa nada por hacerlo". Es probable incluso que busquen las formas de saltarse las medidas restrictivas. "No podemos decirles que hasta los 17 años y 11 meses es malo, y que a partir de los 18 ya me puedo tomar una copa de vino al día".

Por ello considera que el mensaje no sólo debería calar entre los más jóvenes, sino que debería extenderse al resto de la sociedad. "Esta nueva ley aporta medidas correctas", valora Marcos, "pero hay que avanzar hacia un cambio de paradigma global y ver el alcohol como lo que es, una sustancia que tiene efectos negativos desde las primeras dosis".

Sus palabras coinciden con las de la propia Mónica García, quien en la presentación del anteproyecto de ley ha insistido en que "no existe la dosis buena, y menos para los menores". La ministra de Sanidad ha mencionado el exitoso caso de Islandia, donde el porcentaje de jóvenes que ha consumido alcohol se ha reducido drásticamente en las últimas décadas.

García también ha destacado que las cifras de España están por encima de los países de nuestro entorno. Si bien es cierto que los últimos datos de la OCDE acerca de esta cuestión datan de 2019, la realidad es que los adolescentes españoles presentaban tasas de consumo excesivo inferiores a la media de la Unión Europea y similares a las de Francia a Italia.