El test Galleri asegura poder detectar 50 tipos de cáncer con un solo análisis de sangre.

El test Galleri asegura poder detectar 50 tipos de cáncer con un solo análisis de sangre.

Salud

Auge y caída del análisis para detectar 50 tipos de cáncer: una investigación pone en duda su eficacia

Se prevé que el mercado de la biopsia líquida crezca al 19% anual hasta los 14.500 millones de dólares en 2029.

13 agosto, 2024 02:04

El revolucionario test que está estudiando Reino Unido para detectar hasta 50 tipos de cáncer diferentes está en entredicho tras una investigación periodística realizada por la revista médica The BMJ. Esta llega a acusar al sistema público de salud inglés (el NHS) de "poco ético" por haber seleccionado esta prueba sin concurso público alguno y no centrar los ensayos en cómo mejoraría la supervivencia al cáncer.

Este tipo de tests se inscribe dentro de lo que se conoce como biopsia líquida. Para diagnosticar el cáncer hace falta una biopsia del tejido (es decir, una biopsia sólida) que se sospecha que es cancerígeno.

Esto requiere un procedimiento invasivo: una incisión en el cuerpo y la extracción de un trozo de órgano. Ese tejido se analiza para determinar si es cancerígeno o no.

La biopsia líquida pretende hacer lo mismo mediante un análisis de sangre. Busca detectar fragmentos de ADN de las células cancerígenas —se le conoce como ADN circulante— para determinar su presencia o ausencia.

El concepto fue acuñado en 2010 pero no ha sido hasta el último lustro cuando ha explotado. Hace una década se publicaban al año poco más de 100 estudios sobre el tema, según la base de datos PubMed, la referencia en investigación médica. En 2023 fueron más de 1.600.

De hecho, un informe prevé que el mercado de la biopsia líquida crezca a un ritmo del 19% anual, pasando de 4.300 millones de dólares (3.900 millones de euros) en 2022 a 14.500 millones de dólares (13.300 millones de euros) en 2029.

La ventaja de la biopsia líquida no es solo su carácter poco invasivo. La mayoría de cánceres dejan su rastro en la sangre, por lo que un único análisis podría determinar a qué tipo de tumor nos estamos enfrentando. Es la idea detrás del test Galleri.

Este test se anunció con la capacidad de detectar 50 tipos de cáncer distintos: vejiga, ano, hígado, páncreas, pulmón, próstata, cuello uterino, etc.

Con esa idea, el NHS inglés llegó a un acuerdo con Grail, la propietaria del test, para estudiarlo en un amplio ensayo clínico: 140.000 personas de entre 50 y 77 años participan en él, de las que la mitad se realizan anualmente un análisis.

El objetivo final es comparar el número de cánceres detectados en estadios tardíos (y, por tanto, con peor pronóstico) con respecto a la otra mitad, a la que no se le hace el test.

El ensayo comenzó en 2021 y el pasado mayo se publicaron los primeros resultados preliminares. La idea es que a este primer estudio le seguiría otro mucho más amplio, con un millón de personas participantes.

Sonaba bien el acuerdo. Después de todo, Grail formaba parte de Illumina, la empresa que hasta hace nada dominaba por completo el mercado de la secuenciación genética: cualquier máquina de secuenciación presente en un hospital o laboratorio hasta hace un par de años pertenecía, casi con toda seguridad, a dicha empresa.

Sin embargo, la investigación publicada por The BMJ, que ha tenido acceso a documentos confidenciales del NHS, revela las preocupaciones sobre el acuerdo con Grail, que ha supuesto un desembolso de 150 millones de libras (175 millones de euros) y que buscaría ampliarse sin ofrecer, de momento, garantías sobre su objetivo final: que la gente muera menos por cáncer.

"Serias preocupaciones"

En uno de esos documentos, el presidente del Comité Nacional de Cribados del Reino Unido, Mike Richards, le transmitía a la directora ejecutiva del NHS inglés, Amanda Pritchard, sus "serias preocupaciones" sobre que el ensayo clínico que está llevándose a cabo pueda proporcionar suficiente evidencia sobre "si los beneficios del test superan cualquier daño potencial a un coste razonable".

Los expertos consultados por The BMJ apuntan que los datos que se han ido haciendo públicos en ensayos anteriores al del NHS no son muy alentadores: Galleri, que así se llama el test, solo detectó un 43,9% de cánceres en las primeras fases de desarrollo.

En otro ensayo se vio que la sensibilidad del tests para detectar cánceres en estadio I (el más temprano) era del 16,8%. Estos porcentajes no parecen avalar una apuesta tan grande como la del Reino Unido.

Uno de los médicos consultados por la revista, el profesor de epidemiología del cáncer en el Cedars-Sinai Medical Center, Paul Pharoah, apunta: "No creo que la evidencia fuera suficientemente fuerte para garantizar el ensayo".

"Con una sensibilidad para el estadio I de la enfermedad de menos del 20% en general y solo del 44% para los estadios I a III diagnosticados a través de otras pruebas, no creo que este ensayo fuera ético".

De hecho, en el blog del NHS se publicaron este mayo los primeros resultados provisionales del ensayo. En él se indicaba que los datos obtenidos hasta ahora no eran "lo suficientemente convincentes" como para pasar a la siguiente fase del ensayo, la del millón de participantes.

The BMJ denuncia la poca transparencia del NHS para revelar detalles del ensayo. Por ejemplo, no es público qué es lo que consideraría un éxito el propio NHS para continuar con la investigación.

La revista médica ha conseguido documentos que establecen ese criterio de éxito: un valor predictivo superior al 30%, una reducción del 30% en los cánceres avanzados detectados en el brazo de intervención respecto al grupo de control y detectar un 75% más de cánceres en el brazo de intervención.

Podría parecer que detectar más cánceres y en estadios más tempranos es un criterio suficiente para apostar por una herramienta diagnóstica, pero hay una trampa.

Si se detectan más cánceres pero esto no aumenta la supervivencia, el programa de cribado no sirve, porque estaría identificando tumores que no supondrían un problema futuro o contra los que no se podría hacer nada.

Desde el punto de vista de los recursos, sería algo negativo: se gasta más dinero en tests y pruebas diagnósticas confirmatorias, tratamientos, etc. pero no se mejoraría la situación anterior al cribado.

Así lo indica Paul Pharoah. "La pregunta es cuál sería el objetivo primario adecuado. Con un test de detección multicáncer (una oportunidad de daño múltiple por sobretratamiento) no veo que cualquier cosa que no sea [medir] la mortalidad por cualquier causa sea suficiente".

The BMJ llega a citar a una fuente anónima del NHS que recalca que "los datos clínicos o científicos no se sostienen, pero esto debería haber sido lo primero. Esta no es la manera de hacer un ensayo, debería haberse hecho de forma transparente".

Reino Unido es el país que más fuertemente ha apostado por aplicar la genómica a la salud de la población. El Proyecto 100.000 Genomas nació en 2012 para mejorar el conocimiento del cáncer y las enfermedades raras entre sus habitantes, e inspiró un proyecto similar a nivel europeo.

Sin embargo, el acuerdo alcanzado con Grail —para el que no hubo concurso público— ha levantado una serie de dudas sobre si las metas a conseguir son factibles, si los medios puestos para ello son adecuados y si, en realidad, se está gastando el dinero del ciudadano más en una campaña de márketing que en la promesa de mejorar la salud de la población.