Unas personas mayores juegan.

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Salud

Resiliencia mental, la clave de la longevidad: reduce a la mitad el riesgo de morir a partir de los 65 años

Dentro de los aspectos que favorecen la resiliencia, los expertos destacan el papel de tener un objetivo en la vida cuando nos hacemos mayores.

4 septiembre, 2024 02:28

Lo que hay que hacer para llegar a cumplir 100 años no está todavía claro. No hay duda de que una parte importante es que llevemos una dieta saludable, moderada y acompañada de actividad física. Pero los expertos también destacan que nuestro estado mental es muy importante, con qué actitud encaramos la vida. En este sentido, un estudio publicado este martes en la revista científica BMJ Mental Health apunta a que la resiliencia es una de las habilidades mentales más importantes que podemos cultivar. 

La resiliencia es la "capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o una situación adversos", explica el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). En este sentido, el envejecimiento es una de esas situaciones en las que poco a poco vamos observando cómo nuestro estado físico va mermando con los años. Los autores del estudio afirman que ser capaz de afrontar esta situación compensa el impacto negativo de las enfermedades a largo plazo y la discapacidad posterior.

"A cierta edad, el estado mental es más relevante que el físico. En mi trabajo veo a muchas personas mayores con enfermedades crónicas importantes, pero su actitud ante la vida les hace estar en mejor estado", explica Andrés Losada, vicepresidente de Gerontología en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Este último trabajo, elaborado en Estados Unidos, utilizó datos del Estudio de Salud y Jubilación (HRS, por sus siglas en inglés), de carácter nacional y en el que participan personas a partir de los 50 años. 

Altas puntuaciones

El HRS comenzó en 1992 e incluye información sobre el estado civil, familiar, económico y de salud de los participantes y, además, se hacen seguimientos cada dos años. Los autores se centraron en los datos de los años 2006 y 2008, cuando se recogieron por primera vez preguntas sobre resiliencia, e incluyeron un total de 10.569 participantes que tenían una edad media de 66 años y de los cuales el 59% eran mujeres. Pero, ¿cómo midieron la resiliencia? Tuvieron en cuenta cualidades como la perseverancia, la calma, el propósito, la autosuficiencia y el reconocimiento de que hay situaciones que se deben afrontar solo.

"Medir la resiliencia es muy complicado, no es como el peso u otros parámetros. Pero se podrían utilizar cuestionarios en consulta. Quizás lo más importante es preguntar por el propósito de la persona, es un indicador muy potente", explica Losada. Teniendo en cuenta esas cualidades, los investigadores otorgaron a cada paciente una calificación. Después se hizo un seguimiento de ellos hasta la muerte o el año 2021, si no habían fallecido. En 12 años, habían muerto un total de 3.489 participantes.

Los investigadores se sorprendieron al observar una asociación casi lineal entre la puntuación de resiliencia y la mortalidad: cuanto más alta era la puntuación, menos riesgo de morir tenían esa personas. De hecho, la asociación era más acusada entre las mujeres. Dividieron a los participantes del estudio en cuatro grupos con el mismo número de personas, en función de sus calificaciones y se observaron sus posibilidades de supervivencia a 10 años. El grupo con calificaciones más altas tuvieron un 53% menos de probabilidad de morir en la siguiente década que los que estaban en el grupo con las más bajas.

Mucho que aprender

"Me imaginaba que estos parámetros eran importantes para el envejecimiento, pero las cifras del estudio son impactantes por lo altas que son", celebra Losada. Aunque estas cifras se ajustaron para tener en cuenta otros aspectos, siguieron siendo altas. Si una persona en el grupo de los más resilientes tenía diabetes, cáncer o enfermedades cardiovasculares, todavía tenía un 46% menos de riesgo de morir en los siguientes 10 años y un 38% menos si su estilo de vida era poco saludable.

"El proceso de envejecimiento es muy largo y empieza cuando somos todavía jóvenes", explica Losada. "Con esto me refiero a que debe ser a lo largo de toda la vida cuando nos dediquemos a buscar esos intereses y objetivos. Es un trabajo, no podemos decidir ser resilientes al cumplir los 65 años. A todos mis estudiantes siempre les pregunto qué intereses tienen en la vida y llama la atención que entre el 50% y el 60% te dicen que no tienen". El experto recomienda que nos hagamos esta pregunta en cualquier punto de la vida.

"Se ve claramente cuando una persona se jubila, no quiere hacer nada más y enferma al poco tiempo", avisa Losada. En este sentido, ¿es interesante que las personas mayores se apunten a hacer terapia psicológica? "Por supuesto. En los últimos 20 años ya hemos visto que cada vez más personas mayores van a terapia y los que lo prueban, lo recomiendan. En los próximos 20 años irán más. De hecho, la terapia psicológica ayuda mucho más a las personas mayores: por edad, han superado más cosas en la vida y pueden volver a hacerlo".

El vicepresidente de Gerontología de la SEGG explica que España es un país envejecido, pero también edadista. "Tenemos que mejorar. Todavía se discrimina mucho a las personas mayores en entornos cotidianos, profesionales… y tenemos mucho que aprender de ellos".