Los pacientes de diabetes tipo 1 necesitan inyecciones periódicas de insulina.

Los pacientes de diabetes tipo 1 necesitan inyecciones periódicas de insulina.

Salud

Los enigmas de la terapia que ha curado a una paciente de diabetes: ¿puede extrapolarse a todos los enfermos?

El hecho de que la paciente ya recibiera un tratamiento inmunosupresor hace dudar del alcance del hallazgo a los endocrinos.

2 octubre, 2024 04:04

En el municipio canadiense de London, en la provincia de Ontario, arde un pebetero, pero no es olímpico. Se encendió en 1989 para homenajear a Frederick Banting, uno de los descubridores de la insulina, y solo se apagará cuando se haya conseguido una cura para la diabetes.

Hoy estamos un paso más cerca de apagar esa llama. Pero todavía queda camino por recorrer.

El caso de curación funcional de una mujer china con diabetes tipo 1 mediante un trasplante de células productoras de insulina llena de ilusiones a millones de pacientes en todo el mundo –y más de 200.000 en España– que viven pendientes del glucómetro y las inyecciones. Pero todavía hay muchas incógnitas que resolver antes de poder decir que la diabetes está curada.

Hay un puñado de grupos de investigación que lleva año tratando de crear islotes pancreáticos mediante células madre. De hecho, algunos pacientes habían conseguido estar más de un año sin inyecciones, pero el método era complejo y tenía varios problemas.

Primero, porque se utilizaban células madre embrionarias que se programaban para crear estos islotes, que son las células productoras de insulina presentes en el páncreas. Esto reducía enormemente la disponibilidad de células madre (que se obtienen de embriones inviables).

Existía, además, el posible rechazo del cuerpo a células ajenas. Como ocurre con los trasplantes de órganos sólidos, hace falta una fuerte inmunosupresión para que el cuerpo no rechace a sus nuevos inquilinos.

Doblegar el sistema inmune es algo que solo debe hacerse si no queda más remedio, porque el cuerpo queda peligrosamente expuesto a cualquier patógeno que entre en él. ¿Merece la pena sustituir las inyecciones de insulina y los controles glucémicos por otro tipo de fármacos y controles?

El equipo de Deng Hongkui, biólogo molecular de la Universidad de Pekín, ideó otra aproximación. En lugar de células madre embrionarias utilizaron células madre pluripotentes inducidas derivadas del tejido graso de la paciente.

Es decir, tomaron células adultas y las 'involucionaron' hasta su estado no diferenciado (al igual que las embrionarias), para reprogramarlas después como células pancreáticas productoras de insulina.

El descubrimiento de las células madre pluripotentes inducidas es uno de los grandes hallazgos de la ciencia en el presente siglo. El japonés Shinya Yamanaka ganó el premio Nobel (y un lugar en los libros de historia) al demostrar que las células adultas se podían reprogramar.

Más de un siglo buscando una cura

Pese a lo crucial del hallazgo y las numerosas investigaciones médicas que siguieron al mismo, todavía son muy pocas sus aproximaciones prácticas. Deng y su equipo parecen llamados a cambiar esta situación.

Ellos reprogramaron las células de la paciente para crear islotes pancreáticos, los cultivaron fuera del cuerpo y los inyectaron en la musculatura abdominal (porque ahí son más fáciles de vigilar que en el hígado).

Eso fue en junio del año pasado. A los tres meses, la mujer ya estaba produciendo su propia insulina. Durante los 12 meses siguientes, su nivel de glucosa en sangre se mantuvo en parámetros normales más del 98% del tiempo.

"Es una puerta que se abre", se congratula Cristóbal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla. "Necesitamos estudios a largo plazo y con mayor número de pacientes, en fases 2 y 3, ojalá sigamos avanzando hacia una curación que llevamos buscando más de 100 años".

Sin embargo, hay preguntas que todavía no han sido respondidas. "La paciente había sido sometida a un trasplante hepático, por lo que estaba siendo tratada con terapia inmunosupresora. La gran pregunta es si los islotes hubieran sido rechazados de no haberla necesitado".

María José Picón, endocrinóloga del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y vicepresidenta de la Sociedad Española de Diabetes, se plantea la misma duda. "El fenómeno autoinmune está ahí, no hemos tratado lo que provocó el fracaso de las células beta originarias, así que en los sucesivos pacientes que se incluyan en el estudio habrá que responder a esta pregunta".

A diferencia de la diabetes tipo 2, la tipo 1 es una enfermedad autoinmune: los glóbulos blancos han atacado a las células productoras de insulina de la persona. Si obtenemos células similares, ¿el resultado no sería el mismo?

El equipo de Deng Hongkui en la Universidad de Pekín está probando la misma técnica en otros dos participantes. Estos cumplirán un año desde la intervención en noviembre aunque de momento los resultados son muy positivos, ha apuntado el científico a la revista Nature.

María José Picón se muestra esperanzada con este avance, pero recuerda que solo es el principio. "Las conclusiones pueden ser todo lo llamativas que queramos, pero habrá que ver si resultados posteriores son suficientemente buenos y compensan los tratamientos que tenemos ahora".

Porque la terapia de la diabetes tipo 1 ha experimentado un notable avance en las últimas décadas. El uso de tecnologías como el páncreas artificial ha permitido una mayor libertad a los pacientes, que no necesitan estar continuamente monitorizando sus niveles de glucosa.

Por eso, si el precio a pagar es la inmunosupresión, puede que no compense.

¿Esperanza para la diabetes tipo 2?

Otra cuestión es si los pacientes de diabetes tipo 2, la más habitual, podrán beneficiarse de esta técnica. Investigadores de Shanghai la utilizaron en un hombre de 59 años el pasado abril. Hasta el momento no ha necesitado tomar insulina.

Con todo, Picón se muestra escéptica. "La diabetes tipo 2 radica en la insulino-resistencia y no en la falta de insulina: a veces, puede haber un exceso. Es cierto que en algunas fases de la evolución pueden tener déficits y requerir tratamientos, pero es una enfermedad mucho más compleja, asociada a otros factores de riesgo y no se puede simplificar tanto como para tratarla restituyendo la insulina".

Aunque el camino es arduo, es posible que vamos en el futuro (lejano) a algunos pacientes de diabetes tipo 1 tratarse de forma parecida a los actuales trasplantes de médula ósea que reciben algunas personas frente a la leucemia y otros cánceres hematológicos.

"Con todas las premisas que tenemos, este primer caso es interesante pero no se puede extrapolar. Lo bueno es que la investigación no para, hay resultados ilusionantes, pero tenemos que valorarlos en su justa medida".

Llama de London, Ontario, seguirá encendida durante un tiempo. Pero el día en que se apague está más cerca.