Dr. Donat, de forense en el 11-M a identificar cadáveres en Valencia por la DANA: "Es la primera vez que veo algo así"
- Reconoce que se ha encontrado con un escenario que no ha visto nunca antes, puesto que puede cambiar mucho entre un día y el siguiente.
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"Vamos a seguir paseando", dice Emilio Donat antes de terminar la llamada. Este médico forense se trasladó el pasado 1 de noviembre a Valencia, como parte del equipo del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF) de la Comunidad de Madrid que ha estado trabajando en la zona afectada por la DANA.
Como asegura él mismo, es "un poco mayor". No es la primera vez que se enfrenta a un suceso con múltiples víctimas: participó en las labores de identificación en el 11-M y en el accidente de Spanair. Aun así, reconoce a EL ESPAÑOL que es la primera vez que ha acudido a "un escenario así": "Impresiona mucho ver a la gente viva".
Se trata de "una catástrofe distinta a la que haya podido vivir anteriormente". Tanto en el 11-M como en el accidente de Spanair, se encontró con "un flujo de cadáveres muy alto", pero sucedió "al mismo tiempo". Por ello desde un principio sentía "mucha intensidad" por el levantamiento de cadáveres y la realización de las autopsias.
Estas tareas van decreciendo posteriormente, a diferencia de lo que está ocurriendo en Valencia, donde los escenarios son "cambiantes": "El de hoy a lo mejor no es igual que el de mañana". También influye que la identificación de los cuerpos se está produciendo, al contrario que en ocasiones anteriores, en espacios menos reducidos: "Aquí estamos hablando de poblaciones enteras".
Sin lugar a equívocos
Otra de las dificultades que reconoce es la duración de los levantamientos de cadáveres. En este caso, se están prolongando "más tiempo" de la cuenta, pues la accesibilidad a las zonas afectadas está siendo "muy complicada". "Y lo que tiene que primar siempre es la seguridad del equipo, que está llevando a cabo un trabajo muy laborioso".
La labor de los forenses que han acudido desde distintos puntos de España ha estado coordinada por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valencia. Como explica Donat, la suya ha consistido en "acudir a las diligencias de levantamiento de cadáveres, realizar las autopsias judiciales y trabajar en el Centro de Integración de Datos (CID)". "Afortunadamente, cada vez va disminuyendo más la actividad en las dos primeras".
El CDC es el lugar en el que se logra la identificación de las víctimas. A su juicio, no hay demora en este sentido. Pero sí que se están llevando a cabo de una manera muy exhaustiva: "No se puede cometer una equivocación, y menos en un suceso con víctimas múltiples".
Cree que de cometer un fallo de este tipo sería "terrorífico" para quienes tienen "la obligación, tanto desde el punto de vista judicial como social, de entregar los cuerpos a todos los familiares".
Agotar todas las posibilidades
La huella dactilar es un elemento clave a la hora de identificar a una víctima para los forenses. Pero, como apunta Donat, ellos le dan "muchísima importancia" a los datos ante mortem, aquellos que las familias presentan a través de la denuncia por desaparición. También es fundamental la información que obtienen al realizar el levantamiento del cadáver, con el examen externo del cuerpo.
Los forenses emplean el término "sumergido" cuando recuperan un cadáver de un medio líquido. Aunque, en esta ocasión, no parece que haya fallecidos por sumersión: "Estamos recuperando los cuerpos de un medio que es lodo, por lo que es probable que hayan muerto por asfixia, a raíz de una ocupación de la vía respiratoria por material pastoso".
También hay fallecimientos por traumatismos. Aunque en una catástrofe como la acontecida por la DANA, los primeros días han de ir dirigidos a la identificación. "Conocer la causa de la muerte es secundario, pero no por ello menos importante". La identificación es primordial porque conforme pasan las horas, "el cadáver se va a deteriorar, convirtiéndose en materia orgánica".
En el caso de que esto suceda, será entonces cuando se deba recurrir a otras técnicas, como el estudio odontológico o las muestras de ADN. "Va a pasar mucho tiempo hasta que se nos agoten las posibilidades como para no llegar a una identificación", presume Donat. Por el momento, según los últimos datos del CID, se ha realizado la autopsia a un total de 208 cuerpos. De ellos, 167 se encuentran plenamente identificados (140, por huellas dactilares; y el resto, por ADN).
Faltan 41 todavía sin identificar. El vicepresidente del IMLCF de la Comunidad de Madrid confía en que "dentro de poco" van a alcanzar prácticamente todas las identificaciones posibles. "A partir de ahí, es una cuestión de ponerse al día, porque no estamos hablando de un suceso en el cual te encuentras al principio con muchas víctimas. Es diferente, es distinto", incide.
Por ello cree que desde el punto de vista técnico se está preparado —o al menos, "te vas adaptando"—. Desde el humano, sin embargo, "nunca jamás" puedes estarlo. Donat regresó a Madrid en la tarde del pasado 6 de noviembre. No se descarta que tenga que volver a Valencia de nuevo. Mientras tanto, seguirá paseando.