La paradoja de los tumores benignos: mataron a 609 personas en España en 2022 pero no se consideran cáncer
- Aunque la mayoría de tumores benignos son inofensivos pueden resultar mortales si presionan un órgano u obstaculizan una vía vital.
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La palabra tumor suele causar miedo entre quienes la escuchan, pero no siempre es un sinónimo de cáncer. Simplemente expresa una masa anormal de células en el cuerpo, que puede haber aparecido porque se están reproduciendo más de lo normal o porque no están muriendo cuando les toca. Algunos de estos tumores son benignos, se quedan en la zona en la que se originaron y no se expanden a otros órganos, suelen crecer despacio y tienen sus límites bien definidos.
Algunos de los que más nos suenan suelen ser los lipomas de la piel, los fibromas del útero o los pólipos del intestino. Sin embargo, a pesar de ser benignos, algunos de estos tumores sí que pueden resultar dañinos e, incluso, provocar la muerte. De hecho, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha registrado en su informe Las cifras del cáncer en España 2024 hasta 609 muertes en el año 2022 a consecuencia de tumores benignos en nuestro país. Pero, ¿por qué sucede esto?
"Son excepcionales los fallecimientos por tumores benignos, y se deberán a la compresión de alguna estructura vital, o a complicaciones durante los tratamientos por la cercanía de alguna de ellas", explica Isabel Echavarría, secretaria científica de SEOM y oncóloga médico del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Por supuesto, algunos de los tumores benignos pueden evolucionar en uno maligno, pero las muertes causadas por ellos no contarían para estas estadísticas.
Poco frecuentes
Sí, estos casos son muy extraños, representan sólo el 0,53% de las muertes por tumores que hubo en España en 2022. "La mayoría de tumores benignos no da problemas, pero existe un pequeño porcentaje que pueden producir dolor o complicaciones. Por ejemplo, un tumor que comprime las vías respiratorias, los nervios, la vía biliar o también tumores cerebrales benignos", resume Echavarría. Realmente, estos tumores pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y la literatura científica los ha registrado en varias ocasiones.
En este artículo publicado en Respiratory medicine case reports en 2021, los autores dan cuenta de un caso que "parecía un cáncer en el pulmón, pero no lo era". Los médicos encontraron en un paciente de 79 años un tumor desmoide intratorácico que era benigno, pero que había crecido rápidamente y estaba invadiendo vías vitales. Tal y como explican los autores, debido al gran tamaño del tumor y las condiciones del paciente no se pudo hacer una intervención quirúrgica, pero fue tratado con radioterapia.
"Rara vez como oncólogos vemos tumores benignos", explica Echavarría. "En general, se manejan por otros especialistas, ya que es muy raro que precisen tratamiento y de forma excepcional un tratamiento sistémico. Muchos tumores benignos no exigen ningún tratamiento, ya que no va a dar síntomas. Sólo se tratan aquellos que dan síntomas, que tengan riesgo de comprimir esas vías vitales o aquellos que tienen un riesgo significativo de malignizar". De la misma manera, sólo se hará un seguimiento a los pacientes que reúnan esas características.
Corazón y cerebro
Los tumores benignos no siempre se detectan con facilidad y algunos, muy pocos, pueden llegar a estar detrás de una muerte súbita cardiovascular. En este artículo de EP Europace los autores investigaron cómo los tumores benignos del corazón, que son casos sumamente raros, pueden estar tras algunas muertes súbitas. Según la Fundación Española del Corazón (FEC) en nuestro país se producen cada año unas 30.000 muertes súbitas y en la gran mayoría de casos se deben a isquemias o aterosclerosis.
De los 164 tumores cardíacos que los investigadores estudiaron entre 1994 y 2012 sólo 11 de ellos estuvieron asociados a una muerte súbita, pero la gran mayoría eran casos de pacientes jóvenes. Aunque los autores admiten que estos casos son extraordinarios, señalan que pueden estar pasando algunos por alto. Esto se debe a que lo habitual es detectar estos tumores en la autopsia y no suelen ser tenidos en cuenta como causa de mortalidad, según los autores del estudio. Además, a muchos pacientes mayores no se les realiza una autopsia cuando mueren de manera súbita.
Debido a que las muertes por tumores benignos son muy extrañas y en la mayoría de casos no generan ningún tipo de problema, no existe tanta investigación al respecto. Hace unos años el caso de una mujer de 24 años que murió por un tumor benigno en el Reino Unido se volvió muy mediático. Tal y como informó The Mirror, una mujer llamada Stephanie Dickson acudió hasta 14 veces al médico por dolores en la cabeza y el cuello y mareos durante nueve meses. Cada vez que acudía a la consulta los médicos le diagnosticaban una migraña por estrés.
Tumores desmoides
Murió una noche de manera repentina en su casa y cuando se le practicó la autopsia se encontró un tumor benigno en el cerebro que estaba aumentando gravemente la presión en el cráneo. Según el diario británico, los expertos que se ocuparon del caso aseguraron que Dickson habría tenido un 98% de probabilidades de sobrevivir si hubiese sido intervenida incluso 24 horas antes de su muerte. Echavarría, sin embargo, señala que sí que hay un tipo de tumores benignos que sí se investigan con más frecuencia por tener "más tendencia a generar problemas".
Se refiere a los tumores desmoides, que se producen cuando las células del tejido conectivo o conjuntivo, los fibroblastos, se reproducen demasiado. "El tejido conjuntivo sostiene y conecta los huesos, ligamentos y músculos y ayuda a mantener los órganos en su lugar. Los tumores desmoides se conocen también como fibromatosis profunda, fibromatosis agresiva o fibromatosis tipo desmoide", aclara el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos en su página web.
Estos tumores pueden salir en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en el abdomen, en los hombros, los brazos y los muslos. Ahora bien, estos tumores son también muy extraños y sólo se diagnostican entre dos y cuatro de ellos por cada millón de habitantes en el mundo al año, según el instituto estadounidense. Aunque los tumores desmoides no generan metástasis, "su curso clínico puede ser impredecible", explican los autores del estudio de Respiratory medical case reports.