El consumo de medicamentos ha aumentado notablemente en los últimos años en España.

El consumo de medicamentos ha aumentado notablemente en los últimos años en España. Pablo García Santos

Salud

Radiografía de la España más medicada de la historia: cómo el Orfidal, el omeprazol y el Nolotil dominan nuestras vidas

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El año 2022 marcó el récord en nuestro país en el uso de medicamentos. Cada uno de nosotros, de media, consumió 23,8 envases de fármacos, un 6,3% más que en 2021, cuando la cifra marcó otro récord.

Según el informe monográfico sobre la prestación farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud, que acaba de publicar el Ministerio de Sanidad, ese año (el último para el que hay cifras consolidadas) se facturaron 1.127,8 millones de envases a través de recetas médicas.

Esto supuso un gasto con cargo a los fondos públicos de 12.801 millones de euros, un 4,9% más que el año anterior. El gasto en recetas lleva aumentando desde 2013 tras la abrupta caída tras la recesión económica y alcanzó su cifra más alta de la historia.

El tipo de medicamento más consumido fueron los analgésicos: se consumieron 141,5 millones de envases, un crecimiento del 11,4% respecto a 2021. Entre todos los fármacos de este grupo reinó uno: el paracetamol, que facturó 59,1 millones. Por cada mil personas, se consumieron 38 dosis diarias del fármaco.

En cambio, el medicamento que más facturó fue la atorvastatina, utilizada para el control del colesterol, que supuso 331,8 millones de euros al erario público.

El Ministerio de Sanidad contabiliza los envases facturados a la sanidad pública desde el año 2017. El sistema que se venía utilizando hasta ese momento era contar el número de recetas, pero contar las cajas ofrece una imagen más fiel del consumo de medicamentos en nuestro país.

Si miramos las recetas, estas venían aumentando desde principios de siglo hasta alcanzar su culmen en el año 2011, con 1.015 millones de prescripciones. La crisis económica supuso una caída más que notable, pero a partir de 2014 volvieron a crecer.

En 2017, cuando se empiezan a contar directamente los envases, el total facturado es de 967 millones. La cifra ha crecido incluso con el parón de la pandemia, pero en los dos últimos años registrados se disparó un 4,4% y 6,2%.

Envejecimiento y medicalización

Eduardo Satué, farmacéutico y presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), explica este crecimiento continuo por dos factores, uno más lógico y otro más polémico.

"El factor evidente y lógico es el envejecimiento de la población", cuenta a EL ESPAÑOL. "Cada vez hay más personas mayores, que son los que más patologías tienen y, por tanto, el que consume más medicamentos".

Esta tendencia va a mantenerse sin importar el ritmo de crecimiento de la población: aunque se estanque, las personas mayores serán, proporcionalmente, más y más. De hecho, las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) apuntan que, para 2050, casi uno de cada tres españoles será mayor de 64 años, por uno de cada cinco en la actualidad.

Entre los 20 medicamentos más consumidos, buena parte de ellos están indicados en patologías cuya prevalencia aumenta con la edad: estatinas (atorvastatina, simvastatina), anti-hipertensivos (bisoprolol, enalapril) o diuréticos (furosemida).

No quiere decir esto que ese aumento del consumo de fármacos, aunque natural, no suponga un reto. "Está bastante estudiado que, a partir de cierto número de medicamentos, los problemas relacionados con ellos aumentan de forma notable", explica Satué.

De hecho, un estudio publicado en 2020 por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria daba cuenta de que la población en tratamiento con cinco o más medicamentos se triplicó en tan solo diez años, de 2005 a 2015.

Además de los efectos secundarios asociados a cada medicamento, se pueden dar interacciones no deseadas entre algunos de ellos. "En otros países, hay servicios clínicos que buscan priorizar medicamentos al paciente para no exponerle a demasiados tratamientos. Esto es algo que habrá que hacer porque la previsión es que siga aumentando la media de tratamientos a medida que sigamos envejeciendo".

El segundo factor que apunta Satué es más polémico. "Me pregunto hasta qué punto estamos tratando de resolver con medicamentos problemas que podrían resolverse de otra manera, es una cuestión principal".

En el centro de esta cuestión está la salud mental. Entre los 20 principios activos (el componente del medicamento que contiene su efecto terapéutico) más consumidos en España en 2022, figuran cuatro benzodiacepinas: lorazepam (el famoso Orfidal), alprazolam, lormetazepam y diazepam.

Los ansiolíticos han triplicado su consumo en España en tan solo dos décadas, según un estudio reciente. "¿Estamos más ansiosos ahora que hace 20 años o estamos medicalizando problemas de la vida diaria?", se pregunta el farmacéutico.

El medicamento, expresa, es una tecnología sanitaria, por lo general, más económica que otras y, además, está financiado por el sistema de salud. En cambio, la presencia de psicólogos en la sanidad pública es casi testimonial y la psicoterapia privada tampoco está financiada.

A este respecto, Lorenzo Armenteros, médico y portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, SEMG, abunda en ello. "Muchas veces, por falta de tiempo suficiente para abordar los problemas subyacentes,el médico acaba recetando un ansiolítico".

Esta falta de tiempo impide abordar otros problemas que pueden estar enmascarados, como la violencia de género. "La mujer acude con un malestar, que no puede dormir por ejemplo, y hay que indagar hasta detectar la raíz del problema".

Con todo, observa que desde la pandemia, el perfil de paciente que acude a consulta está cambiando y cada vez se ve gente más joven, de cuarenta o menos años.

"El perfil del paciente ha cambiado mucho, el mayor ya no es tan prevalente: los mayores demandantes de la primaria y las urgencias extrahospitalarias son los nacidos desde los años 70 y 80 en adelante".

Mejor el paracetamol que el ibuprofeno

Esto se nota, en buena parte, en la aplastante mayoría de analgésicos entre los fármacos más consumidos. Solo el paracetamol supone el 5,4% del total de medicamentos más consumidos en España. Metamizol (nombre genérico del Nolotil), ibuprofeno, tramadol y dexketoprofeno también se encuentran bien arriba.

"No lo digo en base a ningún estudio científico, pero creo que somos una sociedad cada vez más sensible al dolor, nuestro umbral es más bajo", apunta Eduardo Satué, presidente de Sespas. "Es algo legítimo, no tenemos que sufrir dolor teniendo medios para evitarlo".

En ese sentido, cree que es positivo que el paracetamol esté en lo más alto de la lista, pues "evita otros problemas que conllevan otros fármacos para el dolor como los antiinflamatorios: el uso continuado e intensivo de ibuprofeno puede provocar problemas renales".

Por otro lado, el metamizol tiene menos riesgo gastrolesivo o renal pero se ha asociado a casos, raros pero graves, de agranulocitosis.

En este listado de los medicamentos más consumidos se encuentra otro fármaco polémico e incomprendido como es el omeprazol. "Su uso no está realmente ajustado a la necesidad porque a veces se da de forma preventiva", comenta Satué.

"El problema de estos 'por si acaso' es que conlleva una inercia terapéutica: se sigue consumiendo omeprazol más del tiempo necesario, incluso cuando ya se ha retirado el tratamiento que motivó su uso, y esto puede afectar a la absorción de vitamina D, de calcio... Si no hace falta, es mejor retirar el fármaco".

El presidente de Sespas observa algo positivo en este listado de fármaco: ni un solo antibiótico, ni siquiera la famosa amoxicilina. "Se ha hecho un trabajo intenso por parte del ministerio, la agencia del medicamento... Teníamos el dudoso liderazgo de ser los principales exportadores de resistencias antibióticas de Europa, pero estamos avanzando en el buen camino".