"Todas las enfermedades resurgirán": la amenaza que se ciñe sobre EEUU si se retiran vacunas como sugiere Trump
- El presidente electo ha reconocido que "tendría un gran debate" si Robert F. Kennedy Jr. decidiera acabar con los programas de vacunación infantil.
- Más información: La vacuna de la polio peligra en EEUU: el abogado de Kennedy pide retirar el antídoto que ha salvado millones de vidas
"Vamos a tener un gran debate. La tasa de autismo está a un nivel que nadie creía posible. Si nos fijamos en lo que está sucediendo, hay algo que lo causa". Esta ha sido la respuesta de Donald Trump cuando se le ha preguntado si aprobaría el acabar con los programas de vacunación infantil, en caso de que Robert F. Kennedy Jr., a quien eligió para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos, así se lo propusiera.
En la entrevista, que ha concedido a la revista Time por nombrarlo persona del año 2024, el presidente electo ha reconocido que escuchará a Kennedy, con el que no sólo se lleva bien, sino que también le tiene mucho respecto en lo que a vacunas se refiere (cabe recordar que el nieto de JFK es un confeso activista antivacunas). Tras ello, su intención será "hacer lo que es bueno para el país", aunque signifique eliminar algunas vacunas si cree que son peligrosas.
Es cierto que el sistema sanitario estadounidense difiere del español en gran medida. Pero en lo que se refiere a la vacunación infantil la similitud es mayor. Y es que también cuentan con un plan —conocido como Vaccines for Children (VFC) Program— que protege contra 19 enfermedades diferentes a más de 40 millones de niños que pueden beneficiarse de él.
Este programa de vacunación comenzó a funcionar en octubre de 1994. Desde entonces, estiman que han evitado la muerte de más de 1,1 millones de niños. Su origen precisamente se debe a una epidemia de sarampión que afectó a EEUU durante dos años y causó cientos de muertes.
De eliminarse la vacuna, esta enfermedad es la que más preocupa a los expertos por su alto riesgo de contagio. Aunque no sería la única. "Si dejas de vacunar, resurgirán todas: sarampión, difteria, tosferina, polio, etcétera", señala a EL ESPAÑOL Francisco Álvarez, pediatra y coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Una "chifladura" imposible
El simple hecho de sugerir acabar con los programas de vacunación infantil es, a su juicio, "una chifladura". No cree que vaya a poder conseguirlo, teniendo en cuenta que se trata del "el mejor producto sanitario que se ha inventado nunca", el cual "ha mejorado la salud de la población en todos los países".
Estados Unidos es un buen ejemplo de esta mejora. Antes de que en el país se aprobara la vacuna contra el sarampión en 1963, esta enfermedad altamente contagiosa causaba miles de hospitalizaciones cada año, y alrededor de 400 fallecían.
Aunque no se hayan alcanzado las cifras de entonces, lo cierto es que el sarampión ha resurgido en EEUU, con al menos 16 brotes en lo que llevamos de año. En paralelo, la tasa de vacunación infantil también ha caído por debajo del umbral del 95% en algunas zonas del país. La relación entre las vacunas y un menor número de casos (de muertes), está demostrada a nivel científico.
Pero hay quienes tratan de establecer la conexión contraria; entre ellos se encuentra el propio Kennedy, quien preside el lobby antivacunas Children’s Health Defense y cree que las vacunas causan autismo (aunque ningún estudio así lo demuestra). Este activismo antivacunas lo ha ejercido fuera incluso de EEUU.
En 2019, acudió a Samoa cuando las autoridades del país estaban tratando de volver a la normalidad después de que el programa de vacunación se suspendiera un año antes por la muerte de dos niños a causa de una vacuna que se había mezclado de forma incorrecta. Según informó Associated Press, la visita de Kennedy empeoró la situación. Aquel año, decenas de niños murieron de sarampión.
De 100.000 a uno
Otras de las enfermedades que se han contenido gracias a la vacunación infantil en las últimas décadas son la rubéola y la parotiditis (o paperas). La vacuna triple vírica protege contra ambas, además de hacerlo contra el sarampión. En el caso de la rubéola, EEUU declaró erradicada la enfermedad tras casi 40 años vacunando contra ella. Pero si se deja de poner, "podría volver a aparecer".
La vacuna contra la difteria también ha evitado miles de casos en el país. Así, si en la década de los años 20 del siglo pasado, se contabilizaban más de 100.000 cada año, en la actualidad la media anual es de menos de uno. Lo mismo ha sucedido con el tétanos, que ha pasado de más de 500 casos al año en los años 40 a menos de 50 desde principios de este siglo; es decir, un 900% menos en sólo seis décadas.
La polio es otro ejemplo de cómo por la vacunación se han reducido los casos: en 1952, había más de 21.000 casos de poliomielitis paralítica; en 1993, sólo uno. Pese a ello, el abogado que asesora a Kennedy ha pedido recientemente la retirada de la vacuna contra esta enfermedad.
Ni el futuro jefe del Departamento de Salud y Servicios Sociales ni Trump han desvelado cuáles son las vacunas que podrían llegar a eliminar. Independientemente, cualquier decisión en esta dirección será "una mala noticia", como apunta Pedro Gorrotxategi, presidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). "Se pone en juego la vida de los niños", y especialmente los que pertenecen a "familias con menos recursos".
Al igual que Álvarez, considera que es un grave problema que Trump esté abierto a debatir el fin de los programas de vacunación infantil: "No es normal que un dirigente político tenga dudas sobre sus beneficios". La población, de hecho, podría pensar que si el presidente y el responsable de las decisiones sanitarias hacen tales afirmaciones es porque tienen razón.
En EEUU, no existe un estudio exhaustivo acerca de cómo ha crecido el movimiento antivacunas en los últimos años. Una reciente encuesta, realizada por la Universidad de Pensilvania a más de 1.500 estadounidenses, mostró que el porcentaje de adultos que no creen que las vacunas aprobadas en su país sean seguras pasó del 9% en 2021 al 16% en 2023. "Un número cada vez mayor desconfía ahora de que las vacunas salvan vidas", afirmó Kathleen Hall Jamieson, directora de la encuesta.
"Se suele decir que, por su éxito, los beneficios de las vacunas se olvidan", añade Gorrotxategi, quien recuerda el caso del niño fallecido en Olot (Gerona) en 2015 porque sus padres habían decidido no vacunarle. "Hacemos como que no pasa nada si no vacunamos a los niños. Pero sí que se corre un riesgo muy grande".