Soy médico e investigadora del cáncer en Yale y esto es lo único que no tomo jamás en mi dieta: muy popular en España
- Aunque su consumo está normalizado, es uno de los principales factores de riesgo de diversas enfermedades como el cáncer.
- Más información: Los médicos alertan del aumento de casos de cáncer de hígado: "Cada vez se ve más en consulta"
En España, el alcohol no solo es la sustancia psicoactiva más consumida entre la población general, sino que su consumo comienza alarmantemente temprano: a los 13,9 años, según los datos más recientes de las encuestas EDADES y ESTUDES. Esta normalización del alcohol en nuestra sociedad, oculta un riesgo mucho mayor de lo que solemos reconocer: su estrecha relación con el cáncer. Esto lo convierte en uno de los principales enemigos para la salud pública.
Esta es la opinión de muchos especialistas, como la Bubu Banini, hepatóloga, gastroenteróloga e investigadora del Centro de Cáncer de Yale y subdirectora del núcleo clínico y traslacional del Centro Hepático de la misma universidad. "El alcohol aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer hasta siete veces", afirma en Parade. De hecho, según la Sociedad Americana del Cáncer, el consumo de alcohol representa el 6% de todos los cánceres y el 4% de las muertes relacionadas con el cáncer.
En este sentido, la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer (AIIC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, afirma que "está fuera de duda que el consumo de alcohol puede producir, como mínimo, los siguientes tipos de cáncer: de boca, esófago, garganta (faringe y laringe), hígado, intestino grueso (colon y recto) y mama". Y sentencia: "Todo consumo de alcohol aumenta el riesgo de cáncer".
Diferentes mecanismos
Para entender cómo el alcohol incrementa el riesgo de cáncer, debemos saber que el consumo de alcohol está relacionado con el desarrollo de cáncer por múltiples mecanismos:
- El etanol que se convierte en acetaldehído, una sustancia altamente cancerígena que daña el ADN y las células. Esto, a su vez, afecta cómo crecen las células y cómo hacen su trabajo. Cuando una célula está dañada, puede crecer sin control y convertirse en cáncer
- El daño hepático provocado por el alcohol puede derivar en cirrosis, una condición que incrementa notablemente el riesgo de cáncer de hígado.
- El alcohol altera el equilibrio hormonal, elevando niveles de estrógenos, lo que está directamente asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama.
Sin duda, la mejor forma de reducir el riesgo de cáncer es limitar los factores que lo pueden desarrollar. Algunos son imposibles de evitar por completo, como la exposición al sol o a determinadas sustancias contaminantes. Pero con el alcohol, de nosotros depende beberlo o no. "Cuanto más beba, mayor será el riesgo. Reducir el consumo o, mejor aún, no tomar alcohol contribuye a reducirlo", señala la AIIC.
Al efecto de esta sustancia, se pueden añadir otros factores, multiplicando el riesgo. "Las personas con otros factores de riesgo de cáncer pueden tener un umbral más bajo de consumo de alcohol que aumenta significativamente su riesgo de cáncer", explica la Dra. Banini. Entre estos otros factores, encontramos enfermedades concurrentes, predisposición genética o exposiciones ambientales.
Según Banini, estos factores pueden interactuar entre sí de forma fatal. "Por ejemplo, las personas con alto consumo de alcohol y enfermedad hepática metabólica asociada a la disfunción esteatósica (MASLD) o una mutación en el gen PNPLA3 tienen un mayor riesgo de cáncer de hígado en comparación con aquellos sin MASLD o sin la mutación PNPLA3".
Un problema de salud pública
Ante este panorama, es lógico que las Administraciones públicas y las autoridades sanitarias traten de promover hábitos saludables alejados del consumo de alcohol. En ese sentido, el Ministerio de Sanidad recuerda que trasciende la esfera individual, ya que está profundamente condicionado por los determinantes sociales y comerciales de la salud. Por tanto, reducir los daños asociados a su consumo requiere de un enfoque intersectorial que aborde estos factores de manera integral.
Esta es la línea que siguen diversas iniciativas internacionales como el Plan de Acción Mundial sobre Alcohol 2022-2030, la Estrategia Mundial para Reducir el Uso Nocivo del Alcohol y la iniciativa SAFER de la Organización Mundial de la Salud. En nuestro país, se plasma en la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud, en la que se reconoce el consumo de alcohol como uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles.
Este plan se materializa en diversas acciones, como las realizadas en el Consejo en Atención Primaria, que promueve intervenciones sistemáticas orientadas a estilos de vida saludables y a la prevención del consumo de alcohol, respaldadas por algoritmos y materiales específicos.
A nivel comunitario, la Implementación Local impulsa la adhesión de entidades locales para coordinar acciones intersectoriales y aprovechar los recursos comunitarios en esta labor preventiva. En el ámbito familiar, los programas de Parentalidad Positiva ofrecen talleres y recursos diseñados para padres y madres, con el objetivo de fomentar entornos saludables que desalienten el consumo de alcohol desde edades tempranas.
Además, se refuerza la formación del personal sanitario mediante la Capacitación Profesional, que incluye cursos en línea sobre metodologías de consejo breve y estrategias de prevención del alcoholismo, consolidando un enfoque amplio y coordinado frente a este factor de riesgo.