Rocío Calvo, neuropediatra: "Estamos privando a los niños de estímulos cognitivos, nadie sonríe ya al bebé en el carrito"
- "Manejar los dispositivos es una acción-reacción: tú realizas un acto e inmediatamente obtienes una recompensa. ¡Así se enseña a los animales!"/"En consulta vemos niños muy inhábiles emocionalmente y con poca coordinación"/"¿Por qué el rendimiento académico empeora? Porque entrenamos menos el cerebro"/"Hemos conseguido que niños que fallecían por debajo del año cumplan ahora 5 o 6 años, pero no los quieren escolarizar".
- Más información: Eduardo Fernández, psicólogo: "Hace 50 años los adolescentes fumaban, hoy es impensable. Con el móvil pasará lo mismo".
Si uno busca el nombre de la doctora Rocío Calvo, especialista en Neuropediatría del Hospital Universitario de Málaga y del Centro de Neurología Avanzada (CNA), encuentra una historia asombrosa. Ella y otra especialista lograron que un niño con atrofia muscular espinal (AME) fuera tratado con una novedosa terapia génica, Zolgensma, que costó casi dos millones de euros, la más cara del Servicio Andaluz de Salud (SAS). El gestor de su hospital las denunció pero terminó dimitiendo él entre protestas. Ella se ríe recordando la odisea y le resta importancia: el neurodesarrollo de niños y adolescentes, explica, debe ser la prioridad.
¿Haber expuesto a las nuevas generaciones a las pantallas desde pequeños ha perjudicado el desarrollo de su cerebro, como muchos sostienen?
El uso de la pantalla afecta su desarrollo cerebral celular y cognitivo con una repercusión importante en la atención y la concentración. Que la conformación del cerebro de los niños y adolescentes no sea como la de las generaciones anteriores no tiene por qué ser algo negativo de por sí. Pero quizás nos estamos enfrentando a cambios tan rápidos que nos sobrepasan. Son edades en las que se realiza la maduración del cerebro, y esto depende mucho de recibir un estímulo único, potente y enfocado que permita la poda sináptica, fomentando una funcionalidad concreta. Si tenemos múltiples estímulos, el cerebro no sabe qué seleccionar.
¿Por qué las interacciones a través de los dispositivos no pueden sustituir al juego y las relaciones tradicionales?
Las interacciones reales y el juego activo son esenciales para desarrollar las habilidades cognitivas y sociales del niño. Tocar oler, sentir... forma parte del aprendizaje, y se está perdiendo a pesar de que las pantallas puedan ser educativas.
¿Es un error pensar que los pequeños desarrollan capacidades tempranas por familiarizarse muy pronto con los dispositivos?
Manejar los dispositivos es una acción-reacción: tú realizas un acto e inmediatamente obtienes una recompensa. ¡Así se enseña a los animales! Es la base del aprendizaje rápido, pero no del aprendizaje útil. No obliga al niño a hacer una elaboración manual, no tiene que reflexionar ni buscar su camino para encontrar el resultado.
¿Se está viendo afectado el rendimiento escolar de los niños por este motivo en España?
Está claro que la capacidad para enfocarse en tareas prolongadas, como las que se exigen a nivel escolar, se está viendo afectada. Y no solo a nivel puramente cognitivo, sino que el propio desarrollo físico de los niños se está alterando. Estamos favoreciendo trastornos del sueño con el uso de pantalla a la hora de dormir, el sedentarismo, la falta de coordinación motora... Puede que escribir no nos haga falta en el mundo actual, pero la lectoescritura se aprende porque el uso de la mano para trazar es muy útil para desarrollar funciones ejecutivas superiores. ¿Y qué hay de las habilidades sociales y emocionales? ¿Jugar con otros en la calle, con sus padres, reflexionar y preguntar? Un bebé que va en un cochecito no recibe los estímulos que recibía hace 10 años. La gente no los mira ni les sonríe.
¿Cuál es el papel de la familia en el establecimiento de una relación sana con las pantallas?
Hay que establecer límites de tiempo, priorizar contenidos de calidad y hacer el esfuerzo de plantear actividades alternativas. Media hora de tablet, luego un juego en familia, luego media hora de lectura. El juego físico y el juego creativo no se pueden perder. En la consulta, aparte de ver niños emocionalmente muy inhábiles, que no saben regular los tiempos ni tener espera, también los veo con muy poca coordinación. Hay muchos niños que con siete años no saben montar en bicicleta. Y eso es una habilidad aprendida, no innata, que antes se desarrollaba en familia. Si ahora el niño pasa el tiempo ante la pantalla, la parte cerebral que nos vuelve ágiles se atrofia.
¿Cuáles deben ser las pautas de introducción de los dispositivos en función de la edad?
La recomendación de la Asociación Española de Pediatría es que habría que evitar exponer a las pantallas a los niños menores de 2 años. Entre los 2 y 5 años, se introduce contenido educativo con supervisión. A partir de los seis puedes dejarle una hora con límites claros y supervisión, combinando con otras alternativas físicas o de creatividad. Hay que vigilar los ritmos de sueño y la postura. Hay cervicalgias y dolores de cabeza en los adultos jóvenes y en los adolescentes que tienen totalmente que ver con el uso de las pantallas. Y a más edad, si se hace una buena educación basal sobre salud digital, el control parental no es tan necesario.
¿No peca esto último de ingenuidad? Es un problema recurrente que los adolescentes accedan a contenido inadecuado incluso pese a los controles.
Está claro que nos enfrentamos a un riesgo incierto, pero siempre va a estar ahí. Cuando nosotros éramos adolescentes y salíamos a la calle, nuestros padres no podían controlar las situaciones a las que nos íbamos a encontrar: fumar o no fumar, beber o no beber... Si teníamos una educación adecuada, comprendíamos los riesgos y los beneficios, y ahora ellos también tendrán que tomar sus decisiones.
¿Cómo valora la introducción de los dispositivos digitales en la enseñanza escolar? ¿Qué problemáticas están provocando?
Yo creo que se está generando mucha dificultad para resolver los problemas. Los niños ya no se enfrentan a los problemas del mismo modo, la accesibilidad a la información es mucho más rápida. No hacen comparación personal: lo que opinan viene muchas veces filtrado por otra gente. Esas funcionalidades se atrofian: yo siempre digo a los padres que el cerebro es muy vago, no se va a preocupar en fomentar nada que ya le des hecho. Hay que entrenarlo igual que se entrena el cuerpo. ¿Por qué el rendimiento académico empeora? Porque lo estamos entrenando menos.
¿Se ha arrinconado injustamente al libro impreso y a la hoja escrita? ¿Veremos un regreso a los formatos tradicionales?
Se ha ido de un extremo a otro: de no tener ni un ordenador por colegio a todo el mundo con su tablet en clase. Me imagino que llegaremos al término medio. Sé que es una preocupación muy aguda entre el profesorado. Entre los de sexto, piden que no regalen móviles por Navidad, y que ni se les ocurra dar móviles en la comunión como regalo estrella.
¿Cuáles son los indicios que permiten detectar a las familias si un menor está haciendo un uso excesivo y patológico de las pantallas?
Si tu hijo está superando el consumo recomendado, tienes que asumir que está sobreexpuesto. No debemos creer que, por ser nosotros gente intelectualmente solvente, nuestros hijos van a ser más resistentes que los demás. De ahí la limitación del tiempo de exposición: hay que hablarlo y tiene que ser por acuerdo, aunque cueste trabajo. Y también hay que dar ejemplo: no le puedes decir 'se acabó el móvil por hoy' e inmediatamente coger tú el tuyo.
¿Y cuando el problema va más allá y debe abordarse desde la Atención Temprana? ¿Cómo está funcionando en España?
Los signos de alarma están bastante claros en las diferentes edades. En mi opinión, lo que falla no es el primer contacto, sino lo que viene después. Los tiempos a veces se hacen insostenibles para las pruebas complementarias y el diagnóstico final. O la capacidad de absorber el volumen de pacientes por parte de los sistemas de atención temprana. Yo no dudo que la inversión haya aumentado, pero es que la demanda ha aumentado más todavía en aspectos como los trastornos en la interacción social. Para niños con autismo y necesidades educativas especiales, los recursos no llegan.
¿Cuáles son los puntos clave de la Atención Temprana que se necesitan mejorar?
Yo tengo a familias sufriendo a diario en la consulta, y no es por falta de diagnóstico. De hecho, la parte médica puede estar incluso sobredimensionada. Hay muchos trastornos que no corresponden al entorno hospitalario sino que tienen que ver con el ambiente del niño en la escuela, en la familia, en la sociedad actual. Por ejemplo, ansiedad, abandono familiar, tics, trastornos del sueño, dificultades escolares que tienen que ver con un nivel educativo bajo en el hogar y padres que trabajan todo el día... La intervención precoz es muy importante, pero no solo la sanitaria.
¿Qué puede aprender el sistema sanitario del caso de la aplicación del Zolgensma para la atrofia muscular espinal?
Tú puedes usar terapias avanzadas súper novedosas, pero si luego el niño no recibe una estimulación motora temprana, al final parte del beneficio se pierde. Las nuevas aplicaciones de medicación dan una previsión de futuro mucho mejor, pero tienen que acompañarse de mucho más. Hemos conseguido que niños que fallecían por debajo del año cumplan ahora 5 o 6 años. Pero cuando quieren entrar en el colegio, les responden que no saben si los pueden escolarizar. Lo hablaba con la madre: "Hemos conseguido que tu hijo sobreviva, y ahora no puede ir al cole. Estamos mejorando su calidad de vida, pero no le permiten vivirla". Es muy duro, la verdad.
Tuvieron que hacer frente a enormes dificultades en el caso del Zolgensma. ¿Consideran que han hecho una labor pionera?
El objetivo es poder tratar al niño con esa medicación de precio desorbitado cuando prácticamente no tiene síntomas. Si lo tratas de recién nacido, será perfecto; si es con dos o tres meses, el resultado no será bueno. En el caso que saltó a los medios, se tardó en tratar al niño. Pero tuvo la suerte de que se hiciera cribado neonatal. Piensa que este paciente iba a morir por debajo del año de edad, y ahora tiene dos años y medio. ¡Y camina!