La gripe aviar se ha detectado en casi 11.000 aves silvestres en EEUU desde marzo del pasado año.

La gripe aviar se ha detectado en casi 11.000 aves silvestres en EEUU desde marzo del pasado año. Reuters

Salud

La primera víctima mortal en EEUU por gripe aviar pone el foco en las aves: por qué es peor contagiarse a través de ellas

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La primera víctima mortal humana en Estados Unidos por gripe aviar no ha pillado por sorpresa a los expertos, quienes creen que no será la última muerte que veremos si se siguen infectando más personas. Desde que se confirmara el primer caso en abril del pasado año, el virus H5N1 ha causado ya 66 contagios humanos en el país.

Pese a estas cifras, y tras haber estudiado "cuidadosamente" la información disponible sobre el paciente fallecido, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EEUU consideran que el riesgo inmediato para la salud pública de la gripe aviar sigue siendo bajo, ya que la mayoría de los casos han presentado síntomas leves.

El paciente de Luisiana, del cual se desconoce cuándo murió, fue precisamente el primer caso grave de infección por gripe aviar H5N1 en humanos de EEUU. Anteriormente, en Columbia Británica (Canadá), un adolescente, que ya se encuentra en estado estable, estuvo en estado crítico tras contraer el virus.

En ambos casos, el genotipo que se identificó fue el D1.1, el cual circula entre aves silvestres en Norteamérica, aunque también ha mostrado adaptaciones para infectar a mamíferos. No hay que confundir esta variante con la que está afectando al ganado lechero, que es el genotipo B3.13.

Mutaciones en el paciente

Este último ha provocado síntomas menos graves que el D1.1 cuando ha infectado a humanos. Aún se carece de estudios sólidos como para afirmar que un genotipo pueda ser más peligroso para las personas que el otro. Lo que sí han demostrado ambos es que pueden transmitirse a humanos cuando existe un contacto estrecho.

En el caso del D1.1, el virus también ha demostrado ser capaz de adaptarse en un individuo de otra especie distinta a las aves (donde ya está adaptado). Así lo demuestra la secuenciación del genoma del virus que afectó al paciente de Luisiana. En este análisis se detectaron secuencias del virus que no se habían hallado en las aves de corral que éste tenía en su domicilio. Uno de los cambios encontrados también se identificó en el caso de Columbia Británica.

Estas mutaciones sugieren, según los CDC, que se podrían haber dado en los propios pacientes una vez que se produjo la infección. Es posible que algunas de las mutaciones que se han identificado en el gen de la hemaglutinina del virus tengan relación con la gravedad de la infección, como sospecha Natàlia Majó, jefa del Programa de Sanidad del IRTA e investigadora de virus aviares de la UAB. Aunque también recuerda que el paciente era mayor de 65 años y tenía antecedentes médicos.

Los resultados preliminares apuntan a que estas mutaciones hacen que el virus mute una vez que aparece en el paciente y se incremente la afinidad a las células propias. El virus, sin embargo, no sólo debe tener la capacidad de multiplicarse en las células de la nueva especie, sino que tiene que aprender a transmitirse entre los miembros de la misma.

Anteriores casos han demostrado que para alcanzar este último paso no basta con mutaciones en la hemaglutinina, como explica Gustavo del Real, investigador del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC). Por ello actualmente "carece de la facultad de multiplicarse lo suficiente como para dar lugar a una infección serie y productiva, que además sea capaz de transmitirse entre individuos de la misma especie".

Una cuestión de tiempo

La capacidad de multiplicación es lo que, de momento, le falta al virus en los dos genotipos mencionados. Aunque, para Del Real, es "cuestión de tiempo" que lo consigan: "Sabemos qué es lo que tiene que pasar, pero no tenemos un calendario". La única forma de acortarlo es si se facilita la propagación, incumpliendo con las medidas de vigilancia.

Por ello es "muy importante" las estrategias de prevención. Y es que, como señala el investigador del INIA-CSIC, es imposible de eliminar ya el virus puesto que circula por todo el mundo a través de aves silvestres. Sí que se puede frenar la expansión con una vigilancia de las aves y atajando un foco en cuanto se detecte para que no se disperse.

Al igual que en Europa, en EEUU se lleva a cabo una monitorización de las aves silvestres. Pero, como apunta Majó, en el país "está habiendo mucha controversia porque parece que se les está escapando de las manos y el virus está circulando muy libremente".

No obstante, los dos especialistas entienden que, sin una transmisión confirmada entre personas, el riesgo inmediato para la salud pública de la gripe aviar sigue siendo bajo en EEUU. "No se trata de decir 'ya está aquí la pandemia'", comenta Del Real, "porque si se alarma innecesariamente a la población, cuando ocurra de verdad, la gente ya estará 'anestesiada'", concluye.