Me diagnosticaron cáncer con sólo 38 años después de advertir este sutil cambio en una de mis uñas: el aviso médico
El correcto seguimiento y la realización de las pruebas pertinentes puede marcar la diferencia en el desarrollo de la enfermedad.
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El cáncer representa uno de los mayores desafíos de salud para nuestra generación. Según datos oficiales, en 2024 los distintos tipos de cáncer ocuparon el segundo lugar entre las principales causas de muerte en España, muy cerca de las enfermedades del sistema circulatorio. Esta realidad pone de manifiesto la importancia de implementar medidas preventivas y reforzar los esfuerzos en detección temprana para poder enfrentarlo de manera efectiva y en un plazo razonable.
La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) asegura que la ciencia demuestra que la detección temprana es fundamental. “La evidencia científica ha demostrado que la detección precoz de determinados tumores puede ser una forma efectiva de reducir el impacto que producen”. Por tanto, una buena atención médica que sepa interpretar cualquier señal de forma correcta puede marcar la diferencia en el desarrollo y la calidad de vida de los pacientes.
Un buen ejemplo de ello es Kelly Heather, una madre británica de 38 años, que en 2017 notó una tenue línea oscura en su uña, tal como cuenta Mail Online. Aunque los médicos descartaron inicialmente cualquier problema, tres meses después la línea se oscureció y engrosó. Una biopsia confirmó que tenía melanoma subungueal, una forma agresiva de cáncer de piel. Tras extirpar el lecho ungueal, parecía estar curada, pero seis meses después una verruga alertó sobre el regreso del cáncer, lo que llevó a la amputación parcial de su dedo. “Prefería eso a que se propagara a otro lugar”, afirma.
Rechazo de nuevas pruebas
Heather se sometió a la operación que cambió su vida en marzo de 2020 y recibió el "todo claro", con los médicos asegurándole que era muy poco probable que la enfermedad se propagara. A pesar de ello, Heather solicitó más pruebas para asegurarse de que no quedaban células cancerosas, pero su solicitud fue rechazada, destacando una vez más la importancia de la prevención, el seguimiento y la detección temprana en este tipo de casos.
El 9 de diciembre dio a luz a su cuarto hijo y, pocos días después, inició un tratamiento de radioterapia dirigida con un 50% de probabilidades de éxito. Aunque las pruebas han descartado, por ahora, que el cáncer se haya transmitido a su bebé —una posibilidad que los médicos estimaron en un 25%—, Heather sigue enfrentando la incertidumbre de su diagnóstico terminal. “Es solo otra preocupación más. Ninguna madre querría pensar que podría haberle transmitido cáncer a su bebé”, lamenta.
Ante esta difícil situación, su familia lanzó una campaña en GoFundMe para recaudar fondos, ya que Heather tuvo que dejar de trabajar debido a su condición. Además, ha comenzado una importante lucha para concienciar sobre la importancia de realizar todas las pruebas necesarias de forma exhaustiva. “Estoy luchando para que se realicen más pruebas, sin importar en qué etapa se encuentre uno”, concluyó.
Detección y seguimiento
La experiencia de Kelly Heather pone en evidencia un aspecto que los especialistas no se cansan de destacar: la detección temprana y el seguimiento son claves para enfrentar el cáncer. Detectar la enfermedad en sus primeras etapas no solo aumenta las posibilidades de curación, sino que también reduce la necesidad de tratamientos agresivos y mejora la calidad de vida de los pacientes. Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), algunos tipos de cáncer, como el colorrectal, tienen hasta un 90% de probabilidades de curarse si se diagnostican a tiempo.
El seguimiento médico, por su parte, es una herramienta indispensable después del tratamiento. En esta etapa, las revisiones periódicas permiten identificar posibles recaídas o complicaciones relacionadas con la enfermedad o sus tratamientos. Además, es un momento crucial para controlar los efectos secundarios a largo plazo, como las secuelas físicas o emocionales, y para prevenir la aparición de nuevos tumores. Por ejemplo, pruebas como mamografías, colonoscopias o análisis específicos ayudan a garantizar que el paciente siga en buen estado de salud.
Sin embargo, la historia de Heather también refleja las carencias que aún existen en algunos sistemas de salud. La falta de acceso a pruebas adicionales o la subestimación de síntomas pueden ser determinantes en el avance de la enfermedad. Tal y como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), el acceso a diagnósticos y seguimientos exhaustivos todavía es limitado en muchos países, y esto afecta gravemente las tasas de supervivencia.