Un gran banco conformado por un buen puñado de pequeñas compañías tecnológicas que planten cara a entidades financieras al prestar servicios financieros más especializados y, en muchos casos, más eficientes. ¿Una utopía? En España, dos startups del sector han puesto una pequeña primera piedra.
Kantox y Novicap, respaldadas con millones de euros por algunos de los fondos de capital riesgo más activos de España o Francia, ofrecerán conjuntamente sus servicios de intercambio de divisas y de adelanto de facturas pendientes. El objetivo: facilitar a las pymes en España el acceso a estos servicios al margen de las grandes compañías ‘tradicionales’.
El escenario actual
Desde hace años, pequeñas compañías tecnológicas atacan a segmentos tradicionales de la banca. Préstamos, intercambios de divisas, asesoramiento financiero, pagos… Firmas especializadas con mayor transparencia, costes reducidos (y, por tanto, precios más bajos para su servicios) y una mayor capacidad innovadora que, poco a poco, ganan terreno. Kantox o Novicap son dos ejemplos.
Pero en ese escenario hay una evidente diferencia de tamaño. Una diferencia que, en la práctica, se puede convertir en una ventaja competitiva para Goliat frente a David. Una ventaja que llevará a la unión de fuerzas entre los pequeños. El cofundador de Kantox, Phillippe Gelis, defendía en septiembre, durante un evento del sector organizado por la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), que el futuro pasa por la unión de estas startups bajo un mismo paraguas.
Unión de los pequeños
Y es justamente lo que ha argumentado este lunes tras el anuncio de la alianza con Novicap. “Las empresas fintech [finanzas y tecnología] damos solución a distintos verticales financieros, compartiendo valores como la transparencia, la agilidad y la flexibilidad de los servicios… Unidos tenemos un poder inmenso”, reconocía.
Las empresas fintech [finanzas y tecnología] damos solución a distintos verticales financieros, compartiendo valores como la transparencia, la agilidad y la flexibilidad de los servicios… Unidos tenemos un poder inmenso
En este caso, la unión es, además, complementaria. Ambas tienen a las pymes como clientes finales. Y ambas tienen vínculos evidentes. “Nuestros clientes son pymes que exportan, por lo que tienen necesidad de divisas; la asociación es totalmente natural y beneficia la competitividad”, recordaba Marc Antoni Macià, cofundador y director de operaciones de Novicap. Y apostillaba: “Tiene todo el sentido del mundo; es mejor hacer una sola cosa bien para después aliarse con otros”.
El acuerdo entre ambas es puramente comercial. Se trata de ofrecer en el portfolio la actividad de la otra compañía. Por tanto, ambas plataformas se mantendrán independientes.
Mismos socios, mismas trayectorias
Las dos compañías han cubierto caminos muy similares en el sector. Ambas nacieron en Seedrocket, la aceleradora de startups con sede principal en Barcelona. Ambas colocaron una 'pica' casi desde el principio en Londres, una de las cuatro grandes capitales financieras del mundo y polo de atracción de los principales inversores del sector fintech. Y ambas comparten accionistas: los fondos españoles Lánzame Capital y Cabiedes & Partners (con una creciente especialización en este segmento) y el francés Partech Ventures.
Kantox recorrió primero este trayecto. En este tiempo ha recaudado 18 millones de euros en cuatro rondas de financiación. La última y más destacada tuvo lugar en mayo y sumó 10 millones. Desde que diera sus primeros pasos a mediados de 2011 han intercambiado 2.000 millones de dólares en divisas con pymes de todo el mundo (1.000 millones en tan sólo ocho meses).
La historia de Novicap
En su caso, Novicap arranca ahora ese mismo trayecto. Lanzó su plataforma para el adelanto de facturas pendientes para pymes en enero de 2015. ¿El origen? Las dificultades que sufrió Marc Antoni Macià, cofundador de la compañía, para sobrellevar los retrasos en el pago de facturas de grandes empresas en Palila, su antigua compañía. “Era una startup y ni el banco me daba financiación ni mi margen podía soportar los precios de las empresas de factoring”, recuerda.
Ese fue el detonante. Macià se unía con Federico Travella, exdirector general de la ‘fábrica’ de startups alemana Rocket Internet para el sudeste asiático y compañero suyo en el IESE de Barcelona. El objetivo era facilitar el adelanto de esas facturas a las pequeñas. ¿Cómo? A través de una plataforma en la que se pusiera en contacto a inversores profesionales (principalmente extranjeros) con intención de rentabilizar su dinero con pymes dispuestas a acelerar el plazo de cobro. Para su construcción, fue determinante el hoy responsable tecnológico de la empresa, Nicolas Overloop.
En septiembre anunciaron su principal ronda de financiación de 1,5 millones de euros y la entrada de inversiones relevantes. El objetivo es conquistar el mercado español, donde deben batallar no sólo con bancos, sino con empresas ‘tradicionales’ especializadas en esta gestión (factoring) o plataformas online.
A corto plazo no quieren mirar más allá de estas fronteras. Hasta el momento, su crecimiento es del 30% mensual, aunque Macià no da cifras absolutas para conocer el alcance total de su negocio. Con más de cien inversores profesionales en su plataforma, hoy financian cerca del millón de euros mensual. El objetivo ahora es llegar a la recta final del año que viene a los 10 millones al mes.