Uber quiere volver a la vida once meses desde la suspensión de su servicio en España. La salida que plantea es un modelo nuevo basado en licencias para vehículos con chófer (VTC). Pero reclama la liberalización del mercado con la que eliminar todos los límites en la concesión. El objetivo: incrementar la oferta para que plataformas como la suya tengan más cabida. ¿La reacción? Los taxistas madrileños, primeros que denunciaron a la norteamericana, lo rechazan de manera frontal. Mientras sus nuevos competidores piden que se lleve a cabo de manera consensuada.
1. Taxistas, en pie de guerra
La Federación Madrileña del Taxi rechaza categóricamente la propuesta de la empresa norteamericana de abrir la puerta a cualquier licencia VTC. Y su presidente, Julio Sanz, ofrece un dato: “Antes había 1 licencia de VTC por cada 30 de taxi, ahora en Madrid esa proporción es de 1 a 10”.
Este incremento, con el que ellos elevan a 4.000 el número de permisos vigentes en toda España, es el motivo principal de los paros para el próximo 30 de noviembre. El colectivo ha rechazado de manera sistemática la posibilidad de incrementar la oferta de licencias ante el temor de una reducción de su negocio actual.
Pese a ello, no dudan en defender que la competencia “es buena y tenemos que estar preparados, pero siempre respetando la legalidad”. En cuanto al cambio de estrategia de Uber, la organización aplaude la decisión de reconocer que las prácticas “no fueron normales porque se saltaron el ordenamiento regulatorio del servicio de transporte en toda España”.
2. Cabify pide paz en el sector
Uno de los nuevos competidores directos de la startup americana es Cabify, en pleno proceso judicial ante la denuncia de la propia Federación del Taxi por competencia desleal en su servicio con licencias VTC. El aterrizaje de Uber en el mercado del transporte con conductor privado les coloca a ambos ante el mismo pastel. Una ampliación de éste sería bienvenida por la empresa española.
Una liberalización de licencias VTC supondría cambios en el sector, que no sólo beneficiaría a nuestra compañía, sino también a los consumidores
“Una liberalización de licencias VTC supondría cambios en el sector, que no sólo beneficiaría a nuestra compañía, sino también a los consumidores”, explican fuentes de la empresa. Entienden que incrementaría la competencia y la necesidad de innovar en los servicios de transporte en las ciudades.
Sin embargo, imponen una condición indispensable: el acuerdo tanto con la administración como con los taxistas. Y las mismas fuentes fijan un espejo en el que mirarse: México. Explican que el Estado ha iniciado una liberalización de las licencias VTC pero limitando su servicio a la contratación vía móvil (aplicaciones), obligando a las empresas a pagar un impuesto adicional y manteniendo el “monopolio” de los servicios en la calle y en las paradas a los taxistas. “De esta forma se da una perfecta convivencia”, añaden.
3. La CNMC ultima su consulta
¿Y qué tiene que decir el regulador de esa competencia? La Comisión Nacional presentará a finales de este año las conclusiones a la consulta pública que llevó a cabo a principios de año. En ellas se establecerá su posición sobre el reto de regular iniciativas como la de Uber o Airbnb en sectores como el transporte y los alojamientos.
En el documento previo a esa consulta, al que remiten para cualquier posicionamiento ante el planteamiento de Uber, el organismo reconoce que establecer una barrera de entrada “tiene como efecto limitar la oferta en el mercado”. Y señala entre los posibles inconvenientes de una fuerte regulación del sector el aumento del tiempo de espera, la elevación del coste del servicio o la eliminación de competencia en precio.