Desde hoy, Apple Pay está disponible en España. La compañía de Cupertino alcanzó un acuerdo con el Banco Santander y Mastercard para que los clientes de esta entidad puedan empezar a pagar sus compras directamente con el iPhone (modelos 6, 7 y SE) o el Apple Watch.
Hace unos meses, nuestros compañeros de Economía informaban sobre el movimiento de las entidades bancarias para crear Bizum, una plataforma de pago con el móvil conjunta que debutó en octubre. Sin embargo, dos meses más tarde, la empresa Redsys, propiedad en parte del Santander y encargada de desarrollar la plataforma, se une al acuerdo con Apple para introducir y extender Apple Pay en España.
Imagine que está usted en una tienda y a punto de pagar por un artículo. En el bolsillo izquierdo tiene la tarjeta de crédito y en el derecho, el teléfono móvil. ¿Con qué le interesa más pagar?
Actualmente, Apple Pay cuenta con casi una treintena de establecimientos adheridos, principalmente franquicias de comida, ropa y gasolina, gracias a los acuerdos alcanzados con Inditex, el grupo Cortefiel y el grupo VIPS.
¿Qué supone para el consumidor?
Para el usuario, pagar con Apple Pay o con la tarjeta de crédito supone prácticamente el mismo proceso: ofrecer nuestros datos a la tienda, ésta los contrasta con el banco, que finalmente autoriza la transacción y nos marchamos a casa con un jersey más en el armario y unos euros menos en la cuenta corriente.
¿Cómo gana dinero Apple?
En el traslado de su dinero entre el banco y la tienda existen muchos más actores, pero el principal es uno conocido por las siglas TSM (del inglés Trusted Service Manager), en el que ambas partes confían y que se encarga de coordinar la diligencia y seguridad del pago. En España, el monopolio en este sentido lo tiene la citada Redsys, que procede de la fusión de Sermepa y Redy, las compañías que hacían estos servicios a Servired y 4B respectivamente.
En el caso de Apple Pay, es la empresa de la manzana mordida la que ejerce de TSM, cobrando directamente una cantidad por cada transacción.
El cliente en ningún caso paga más dinero por usar Apple Pay, y así lo estipula la empresa. En estos casos, son los bancos los que acaban ingresando dinero en las arcas de Apple pero tampoco de forma directa, sino a través de los esquemas de tarjetas de crédito suscritos con otras entidades, los mismos que le aplican una comisión cuando usa un cajero de otra entidad. Apple también asegura que estos costes extras en ningún caso pueden afectar en un futuro a los clientes.
Algunas fuentes calculan que Apple cobra a los emisores y gestores de tarjetas de crédito un 0,15% por cada transacción.
¿Cómo está funcionando en otros países?
España es el decimotercer país donde Apple Pay desembarca. El sistema de pago, presentado en septiembre de 2014, debutó un mes después en Estados Unidos. Reino Unido, Francia y Suiza son los únicos países europeos antes de España donde Apple Pay está disponible.
Pese a su rápida extensión por franquicias como McDonald's o Starbucks, el pago con móvil sufre aún para extenderse por el pequeño comercio. Un informe del año pasado afirmaba que un 87% de las tiendas aún no había adoptado soluciones de pago móvil.
¿Por qué? Muy sencillo. Como explicaba Gene Marks en Forbes, la empresa californiana no ofrece ningún aliciente a los establecimientos: aunque han puesto a disposición pegatinas con el logotipo de Apple Pay que alguien puede descargarse e imprimir, los dueños tienen que asegurarse que los pagos móviles se integran en sus actuales sistemas de cobro, los empleados tienen que aprender a usar el sistema y, probablemente, expandir el servicio a servicios similares como Google Wallet o PayPal.
Probablemente en España se repitan los patrones que ya se han visto en otros países. Los datos auguran que estos días, mucha gente usará el servicio por primera vez, pero en unos meses, de cada 20 personas que hayan usado Apple Pay, 19 no lo usarán para pagar el café aunque tengan la oportunidad de hacerlo.