Brownie_Castanas_01

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Cómo asar castañas en casa sin complicarte la vida

Asar castañas en casa sin complicarte nada la vida es mucho más fácil de lo que imaginas. Solo tienes que elegir cuál es el método que más te conviene.

2 noviembre, 2017 21:21

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Asar castañas en las brasas de una hoguera y, por supuesto, comérselas después es uno de esos pequeños placeres que, muchas veces, no apreciamos tanto como deberíamos. Pero por suerte para todos, la buena noticia es que podemos asar castañas en casa, sin humos y sin esfuerzos y que, aún así queden riquísimas.

En el horno de toda la vida, en el microondas para los que van por la vida con prisas o en una simple sartén sobre los fogones son los tres métodos que nos permiten degustar en casa de esta delicia de otoño.

Las castañas siempre han sido sinónimo de la llegada de los primeros fríos. ¿Acaso hay algo más reconfortante que encontrarte con el puesto del castañero en la calle durante esas tardes heladas y hacerte con un cucurucho de castañas asadas que casi te da pena comerte por lo mucho que agradeces el calor que dejan en tus manos?

Y, aunque este año parece que el otoño se ha intentado resistir y nos ha estirado el verano hasta el punto de que nos haya dejado imágenes del puesto de las castañas junto a una playa llena de bañistas, ahora que parece que se está dignando a asomar, las castañas están aquí para esperarle. No en vano, se trata de uno de los frutos más ligados a la estacionalidad, pues más allá del otoño no habrá manera de encontrarlas en los mercados.

Cómo asar castañas en casa

Asar castañas en casa es mucho más fácil de lo que piensas y el resultado será prácticamente idéntico al de los cucuruchos que puedes comprar por la calle. Es más, en casa no tienes por qué conformarte con un solo método, sino que tienes tres maneras diferentes de asar castañas en casa y todas dan muy buenos resultados.

Brownie_Castanas_03

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Asar castañas en casa en una sartén

En realidad en casa también podemos asar castañas en el fuego propiamente dicho si disponemos de una cocina de gas y utilizamos una sartén especial para asar castañas en casa. Pero si nuestra cocina es vitrocerámica o de inducción, no será un problema, pues en ellas también podremos asar castañas y es más, podremos dar una segunda vida a la sartén más vieja que tengamos en casa dejándola solo para esos menesteres.

Si nuestra cocina es de gas, obtendremos unos resultados de lujo con una sartén castañera, que no es más que una sartén de hierro con agujeros en el fondo que permite que las castañas se asen en contacto con las llamas. Si te gusta asar castañas en casa es buena idea hacerse con una de estas sartenes, pues aunque bien es cierto que no sirve para otra cosa, son muy económicas.

Si, por el contrario, nuestra cocina es vitrocerámica o de inducción, necesitaremos una sartén vieja con tapa. Digo lo de vieja porque la vamos a tener bastante rato a una temperatura relativamente alta y es posible que se chamusque un poco, así que como las castañas no se van a pegar, puedes aprovechar esa sartén en la que se te pega todo y dejarla solo para eso.

Cambia la sartén, pero la técnica es similar

Brownie_Castanas_02

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En ambos casos, para asar castañas en casa en una sartén en los fogones de la cocina lo primero que tenemos que hacer es lavar las castañas, secarlas bien y después darles un corte profundo que atraviese las dos pieles. Se pelan mejor si se dan dos cortes en forma de cruz, pero no es algo que sea imprescindible.

A continuación ponemos las castañas en la sartén castañera a fuego fuerte -cocina de gas- o en una sartén vieja tapada a fuego medio -vitro e inducción-.

Conviene menear la sartén de vez en cuando para que se vayan asando de manera uniforme y no se nos quemen por fuera estando aún crudas por dentro. Lo normal es que pasados 25 – 30 minutos, dependiendo del tamaño, ya estén listas. Cuando estén se envuelven en un paño limpio para que se mantengan calientes, pues en caliente se pelan mucho más fácilmente y no os imagináis el gusto que da meter la mano dentro del paño para sacar cada castaña.

Asar castañas en casa en el horno

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El horno es otro clásico para asar castañas en casa y es la opción ideal cuando se juntan muchos a comer, pues en la bandeja del horno se pueden asar gran cantidad de frutos a la vez, de hecho, se pueden llegar a asar muchísimas si tenemos la opción de colocar más de una bandeja y horneamos en todas a la vez.

No me extenderé demasiado porque hace un par de años ya os conté cómo asar castañas en el horno de casa, pero sí voy a aprovechar la ocasión para contaros un truquito que me contaron a mí pocos días después de haber publicado el post.

El truco consiste en dejar las castañas, una vez limpias y dado el corte de rigor, en remojo durante unas horas en una salmuera. Cuando se vayan a asar se secan ligeramente y se meten en el horno precalentado a la temperatura máxima que este alcance. Se hornean 10 minutos, se les da la vuelta y se hornean durante 10 minutos más.

Puede que lo de la sal os suene raro, pero pensad que muchos frutos secos se tuestan con sal porque les va fenomenal el punto salino y las castañas no son una excepción.

Asar castañas en el microondas

Brownie_Castanas_04

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Es la opción rápida para cuando tienes antojo de castañas y estás solo o para cuando necesitas unas cuantas castañas peladas para otra preparación y quieres pelarlas en un momento de paso que les das una precocción que te hará ahorrar tiempo en la receta.

Porque sí, hay vida más allá de las castañas asadas, sin ir más lejos, pueden ser un manjar suculento si, una vez cocidas y peladas, se saltean con mantequilla y algunas hierbas aromáticas y se sirven como guarnición de una carne.

En general, si en cualquier receta de guiso que lleve patatas cambiáis parte de las mismas por castañas el éxito está asegurado. A título de curiosidad, os cuento que aquí en Galicia, antiguamente el caldo gallego se preparaba tanto con patatas como con castañas, dependiendo de cuál de los dos alimentos estuviesen más a mano del cocinero en ese momento.

O todas las recetas dulces que se pueden preparar con las castañas como protagonistas que van desde flanes o bizcochos hasta el apreciadísimo marrón glacè. En Cocinillas, no te puedes perder la receta de brownie de castañas, que es pecado lo bueno que está.

Pues que sepáis que, para todas estas cosas, el microondas ahorra bastante trabajo.

Antes de asar, cocer

Pero a lo que vamos, asar castañas en el microondas pasa por cocerlas primero. Para ello se lavan, se secan, se les da el famoso corte, se ponen en un bol apto para microondas y se cubren con agua.

Se cocinan durante diez o doce minutos a 800 – 900 watios de potencia. Pasado este tiempo se sacan del agua con cuidado de no quemarnos, se colocan en un plato y se calientan de nuevo durante 30 segundos a potencia máxima para que queden más secas por fuera.

En alguna bibliografía podéis ver este método pero omitiendo la parte de cocción y simplemente se cocinan las castañas en seco durante más tiempo, pero las castañas absorben gran cantidad de calor durante ese proceso y desprenden mucho vapor, situación que podría dañar a algunos modelos de microondas.  Si usamos agua, esta nos sirve para suavizar esas temperaturas extremas y, aunque utilizándola tengamos que invertir algún minuto más, nos permite quedarnos del lado de la seguridad.

Castañas asadas, un postre con muchos recuerdos

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Recuerdo que, cuando yo era pequeña, en mi casa se asaban las castañas mientras cenábamos y se tomaban a modo de postre en el sofá durante el ratito de tele que nos dejaban ver antes de mandarnos a dormir.

En mi casa siempre se asaban en un sartén al fuego, pues mi madre, poco amiga de derroches, jamás hubiese consentido encender el horno para algo que, al fin y al cabo, era casi como una golosina.

El microondas tardaría aún muchos años en llegar a casa de mis padres, aunque de haber existido, no me hubiese extrañado nada que mi madre lo hubiese adoptado como método favorito.

Aunque si os soy sincera, en casa de mi mejor amiga, su padre las asaba en el horno y a mí eran las que más me gustaban, no sé si por puro capricho infantil o porque para ese señor lo de las castañas era todo un ritual. Cada año solía comprar un saco entero, sí un saco, 50 kg de castañas que repartía con familia y amigos y de las que se quedaba una buena cantidad para asar cada noche hasta que se acababan. Os cuento esto en un momento de emoción, pues hace tan solo unas horas he recibido la triste noticia de su fallecimiento esta misma mañana.

Ahora de mayor, con más objetividad, os puedo decir que si se asan bien, todos los métodos ofrecen buenos resultados.