La salsa pesto es una de las salsas más populares de la gastronomía italiana y una de las más internacionales. Sencilla de elaborar, se prepara en su receta original con albahaca fresca, piñones, aceite de oliva, ajo y queso parmesano, lo que le otorga un sabor tan potente que, con una pequeña cantidad, se puede aderezar un buen plato de pasta.

La salsa pesto es habitualmente asociada con platos de pasta, pero realmente sirve para enriquecer otros muchos platos, por lo que tiene diferentes usos en la cocina que son muy interesantes y que habría que probar. Por ejemplo, se puede utilizar como base para pizzas en lugar de la tradicional salsa de tomate o en combinación con ella, si bien en ese caso habría que utilizarla sin excederse, extendiendo solo una capa fina sobre la base, evitando así que pueda llegar a enmascarar el sabor del resto de ingredientes.

También se puede usar en combinación con queso crema para un aperitivo rápido junto a unos colines, unas crudités o unas tiras de pan de pita tostado, además de utilizarla para la base de unas ricas tostas de aperitivo. A todo ello hay que sumar su uso en el puré de patatas, en el liño de las ensaladas o incluso mezclarla con pan rallado para cubrir carnes y pescados para luego hornearlos.

Sin embargo, más allá de la receta original, hay quienes quieren introducir en su dieta una dosis extra de proteína, y para ellos es perfecto saber cómo preparar un plato de pasta con salsa pesto proteica, una elaboración muy sencilla que está al alcance de cualquier persona, por muy poca experiencia que tenga en la cocina.

Salsa pesto: opción saludable para pasta

Dentro de las numerosas salsas que existen para acompañar un buen plato de pasta, independientemente de su tipo, se encuentra la salsa pesto, sencilla de realizar, pero con un gran sabor y un componente saludable que la hace ideal para muchas elaboraciones.

Tiene como principal ingrediente la albahaca, una planta aromática que le da color y un peculiar aroma, así como un gran sabor mediterráneo muy característico. Además, junto al resto de ingredientes de la salsa, proporciona una sensación en el paladar que es difícil de igualar con el uso de otras salsas.

Por este motivo, debe ser muy tenida en cuenta por todos aquellos que son amantes de los platos de pasta, pero que buscan alternativas ricas y saludables con las que disfrutar en la cocina. Además, se trata de una salsa con muchas propiedades beneficiosas para la salud, donde tenemos que destacar, especialmente las siguientes:

• Propiedades antioxidantes: tanto el ajo como los piñones o la albahaca son fuentes ricas de antioxidantes, lo que hace que puedan contribuir a reducir el riesgo de padecer muchas enfermedades, entre ellas las enfermedades cardíacas y el cáncer.
• Beneficios cardiovasculares: la salsa está elaborada con ingredientes que ayudan a reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón o un accidente cerebrovascular.
• Ayuda a reducir el colesterol: el pesto, al ser un alimento rico en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, ayuda a reducir los niveles del colesterol "malo" (LDL) en la sangre, al mismo tiempo que protege los niveles del colesterol "bueno" (HDL).
• Ayuda en el control del peso: diferentes investigaciones han podido confirmar que seguir una dieta mediterránea puede ayudar a disfrutar de cambios beneficiosos en el peso, demostrando de esta manera que esta salsa puede ser parte de un estilo de vida nutritivo y saludable.

Recetas populares con salsa pesto

Esta deliciosa y versátil pasta, como ya hemos mencionado, se puede usar para realzar una amplia cantidad y variedad de platos, que van más allá de la pasta. Es perfecta para acompañar a una ensalada preparada con rúcula, espinacas y hojas de lechuga, en combinación con un poco de queso de cabra para conseguir una elaboración deliciosa.

También es muy recomendable para cubrir unos lomos de salmón y llevarlos al horno, para luego servir con una ensalada verde o verduras al vapor, proporcionando así un sabor único y delicioso. De igual modo, se pueden preparar unas buenas tostadas para el desayuno o almuerzo, añadiendo la salsa como base para luego añadir unas rodajas de tomate, pepino y queso fresco por encima.

Asimismo, es muy recomendable el pollo con pesto y mozzarella, para lo cual solo hay que cubrir unas pechugas de pollo con pesto y, luego, colocar unas rodajas de mozzarella sobre ellas, horneando hasta que el pollo esté cocido y el queso derretido.