¿Qué sería de nosotros sin las salsas? Nos ayudan a darle vida a un plato insulso o a potenciar el sabor de nuestras comidas favoritas. Las hemos usado siempre, y sin ellas estaríamos perdidos en muchas ocasiones.

Una salsa que me encanta es la de yogur. El problema es que existen muchísimas variedades, y encontrar la original es difícil. Por eso os voy a hablar diferentes versiones y a contaros algunos trucos para conseguir diferentes salsas de yogur.

Preparación

La primera que vamos a aprender a hacer es la que para mi es la base, a partir de la cual podemos hacer otras. Lo bueno es la increíble sencillez de estas recetas, ya que no tienes más que añadir los ingredientes a un bol y remover todo hasta tener una mezcla bien consistente.

Para hacer la salsa de yougr base, que por cierto es mi favorita y la que más uso porque es la que más deja el sabor del yogur, simplemente junta el yogur, el zumo de medio limón, una pizca de sal y la cucharada de aceite. Este sería el más sencillo, aunque lo suyo es también agregar el diente de ajo triturado, pero si la quieres realmente suave puedes ahorrarte ese paso.

La segunda versión de esta salsa nos lleva a la más típica de todas, la griega, que se conoce como Tzatiki. Para elaborarla tenemos que agregar a nuestra salsa base con ajo el pepino y la hierbabuena o menta picada. El pepino lo tenemos que pelar y cortar el trocitos pequeños para que se integre lo mejor posible.

Para preparar la versión que suele llevar el kebab tenemos que viajar un poco hacia el este de Grecia, a Turquía, donde se conoce como Cacik. Es muy parecida a la versión griega, pero tiene algunos cambios. Lo que haremos será reducir el pepino y el ajo, es así de fácil. Obtener la misma que usan en los locales de kebab no es fácil, pero yo he obtenido muy buenos resultados añadiendo una cucharada de mayonesa, una cucharadita de pimienta y una pizca de comino. Probad diferentes combinaciones con estos ingredientes para usar la versión que más os guste a vosotros.

Y para acabar os dejo con un truco bien rico. Añadid medio sobre de los polvos de una sopa de cebolla a la versión básica de la salsa de yogur y veréis que cosa más rica. Es perfecta para mojar zanahoria y apio, una delicia.