En la última carta de su boletín Longer Tables, el chef José Andrés ha compartido un trucazo para aprovechar esos pequeños recortes de queso que se acaban juntando en la nevera porque no llegan para preparar una receta y que, con el paso del tiempo, se han puesto tan duros que tampoco sirven para preparar una tabla de quesos o un bocadillo.

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El chef cuenta que el truco que inspira esta receta lo ha visto en un libro de la chef Tamar Adler, The Everlasting Meal Cookbook, un libro de recetas de aprovechamiento escrito con el propósito de ayudar al lector a reducir el despilfarro alimentario y, como apunta el cocinero asturiano, también tus facturas de comida.

Este truco es la solución perfecta para esos recortes de queso duros y consiste en guardarlos y, cuando tengamos varios, utilizarlos para hacer galletitas crujientes de queso.

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La receta para hacerlas es sumamente sencilla, solo hay que rallar los recortes de quesos que, preferiblemente, deben ser quesos curados -si están muy duros, resulta muy cómodo y fácil hacerlo si se trituran en un procesador de alimentos con unas cuantas pulsaciones del turbo o de la velocidad más alta- y mezclarlos con un poco de harina, fécula de maíz, mantequilla, sal y un poco de agua helada para hacer una especie de masa quebrada.

También se puede utilizar pimentón dulce o picante, según el gusto de cada uno, que, además, les dará a las galletas ese color anaranjado tan característico de los snacks comerciales de queso.

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Cómo hacer unas galletas de queso para aprovechar recortes duros

Paso 1

En un procesador de alimentos, ponemos los quesos rallados, la harina, la fécula de maíz y la sal. 

Paso 2

Añadimos la mantequilla y trituramos hasta obtener una consistencia de arena húmeda.

Paso 3

Estiramos la masa hasta formar dos rectángulos de unos 15 centímetros, los envolvemos con papel film y los refrigeramos durante al menos 45 minutos.

Paso 4

Precalentamos el horno a 175 ºC y forramos una bandeja con papel de horno. Estiramos cada cuadrado de masa hasta que tenga unos 3 mm de espesor, cortamos cada cuadrado en 64 cuadraditos y los pinchamos con un tenedor o similar.

Paso 5

Horneamos durante 15 minutos en horno precalentado a 175 ºC hasta que estén doradas nuestras galletas de queso. A partir de los 10 minutos hay que ir vigilando porque cada horno es un mundo y la línea que separa una galleta perfecta de una galleta quemada es muy fina. Por ejemplo, si vemos que las galletas que están más al fondo se están dorando más, sacaremos la bandeja y le daremos la vuelta de manera que las que están más tostadas queden hacia delante.

Paso 6

Cuando las galletas estén doradas y ligeramente tostadas por los bordes las sacamos y las dejamos enfriar. En el momento de sacarlas del horno, si se desea se pueden espolvorear con un poco de pimentón.