Cada día, sobre todo en la publicidad, las compañías que venden bebidas alcohólicas (sobre todo las cerveceras) nos bombardean con mensajes de “experiencias” y “bienestar” junto a su producto de venta, junto al típico mensaje en letra muy pequeña: “X recomienda beber con moderación“.
De acuerdo, pero ¿sabemos qué significa “beber con moderación”? ¿en alguno de estos anuncios habéis visto especificado en alguna ocasión qué cantidad de su producto sería “beber con moderación”? Yo de momento no, y suelo fijarme bastante.
Hoy repasaremos, por un lado y de forma resumida, qué perjuicios ha demostrado provocar el alcohol sobre el organismo humano. Y, por otro lado, explicaremos qué significa “beber con moderación”, y por qué este concepto está desfasado y puede llegar a ser confuso.
Los conocidos perjuicios ligados al alcohol
Si quisiésemos elaborar una lista sobre todos aquellos perjuicios que han demostrado originarse en el consumo de alcohol, probablemente no terminaríamos, ya que pueden dar para libros enteros. Si bien es cierto que las razones para no beber jamás alcohol son muchas, destacan su alteración del sistema cerebral y el sistema inmune, su potencial para provocar trastornos mentales, su elevado contenido calórico (destacando su participación en la gran epidemia de obesidad que vivimos actualmente) y, finalmente, su potencial para reducir nuestra esperanza de vida.
De hecho, el alcohol ya se ha relacionado con multitud de cánceres, como el cáncer de boca y lengua, el cáncer esófago, cáncer de hígado y el cáncer de mama.
Según la Organización Mundial de la Salud, cualquier cantidad de alcohol es suficiente para llegar a aumentar el riesgo de diversas enfermedades. Solo en el año 2004, el alcohol fue responsable de 2,25 millones de muertes prematuras a nivel mundial, incluso tras tener en cuenta los supuestos beneficios de un consumo bajo o moderado.
Entonces, ¿qué significa beber con moderación?
De nuevo citando a la Organización Mundial de la Salud, el concepto “beber con moderación” es polémico y confuso incluso para los expertos.
Para la OMS, un consumo de riesgo es “cualquier nivel de consumo que acarree riesgo de consecuencias perjudiciales para la salud, si el hábito persiste“, aunque no hay un acuerdo sobre cuál es dicho nivel de alcohol, aunque sí especifican que cualquier nivel de consumo de alcohol puede tener sus riesgos. Lo que sí indica la OMS es el consumo de riesgo a largo plazo que sería entre 20 g y 40 g de alcohol para mujeres y entre 40 g y 60 g de alcohol para hombres. Superar los 40 – 60 g de alcohol al día (en mujeres u hombres respectivamente) sería para la OMS un consumo perjudicial. Beber más de 60 g de alcohol en un solo día (de forma ocasional), tanto siendo hombre como mujer, se interpreta como consumo excesivo ocasional.
Por tanto, para la OMS, beber con moderación o un consumo moderado de alcohol significaría beber menos de 20 g de alcohol al día; concretamente la OMS aconseja un máximo de 20 g para hombres y un máximo de 10 g para mujeres. Para que nos hagamos una idea, en Europa, una “bebida estándar” de alcohol según la OMS contendría unos 10 g de alcohol, y podrían ser:
- 330 ml de cerveza al 5%.
- 140 ml de vino al 12%.
- 90 ml de vinos fortificados (por ejemplo jerez) al 18%.
- 70 ml de licor o aperitivo al 25%.
- 40 ml de bebidas espirituosas al 40%
Estas cantidades son variables entre bebidas, y de hecho en Estados Unidos las “bebidas estándar” contienen entre 13 y 14 g de alcohol. Por otro lado, algunos estudios son incluso más restrictivos que la OMS, como uno publicado el pasado año 2012 en le British Medical Journal, donde se aconsejaba no superar los 5 g de alcohol al día para evitar el riesgo de muerte prematura (el equivalente a media copa de vino).
Por otro lado, cabe destacar que estos limites tiene matices. Según la OMS, el consumo de 10 g de alcohol / día ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades cardíacas (independientemente del tipo de alcohol consumido), pero ingerir grandes cantidades de alcohol de forma diaria, e incluso de forma ocasional, aumenta el riesgo de estas mismas enfermedades.
Por su parte, en cuando al riesgo de muerte prematura, el alcohol solo ha demostrado beneficios en personas mayores de 65 años: consumir cualquier cantidad de alcohol con menos de 65 años no reduce el riesgo de muerte; sin embargo, el consumo de 5 g / día en mujeres o 10 g / día en hombres sí se ha asociado a un menor riesgo de muerte.
Finalmente, y aún teniendo en la mano dichos datos sobre los “beneficios” del consumo de pequeñas cantidades de alcohol, la OMS afirma que reducir el consumo de alcohol e incluso eliminarlo es mejor opción que consumir cualquier cantidad dados todos los riesgos conocidos asociados a esta sustancia.
Conclusión
Como conclusión, y con los datos en la mano, podemos decir que beber con moderación actualmente y según las guías clínicas de la Organización Mundial de la Salud es una cerveza al día para mujeres o dos cervezas al día para hombres. Aún así, los diversos estudios que han ido publicándose aconsejan disminuir ese nivel incluso al equivalente a media cerveza; y la misma OMS llega a asegurar que cualquier cantidad de alcohol entraña riesgos en menores de 65 años.
Por otro lado, en aquellas personas mayores de 65 años, pequeñas cantidades de alcohol se han ligado a un menor riesgo de muerte. Pero, si comparamos los beneficios sobre los riesgos, incluso la OMS recomienda reducir o eliminar totalmente el consumo de alcohol para mejorar la salud.