Cuando hablamos de ajo es inevitable que lo primero que se nos venga a la cabeza es su olor. Muchas veces no lo solemos usar en nuestras comidas principalmente por este motivo, pero hoy os daremos consejos para que no tengáis excusas para incluirlo en vuestra dieta.
Se desconoce el origen de esta hortaliza pero seguramente sea importada de Asia, en el Antiguo Imperio egipcio ya se recomendaba por sus cualidades medicinales para las enfermedades de las que se aquejaban los adultos.
El ajo es una hortaliza de la que consumimos el bulbo, éste está cubierto por una piel blanca que forma una cabeza dividida en gajos a los que nosotros llamados dientes. Cada cabeza puede contener de 6 a 12 dientes, cada uno de los cuales se encuentra envuelto en una fina capa de color blanco o rojizo. Cada uno de estos dientes sirve para crear una nueva planta.
Beneficios
Como dice el refrán “lo bueno viene en frascos pequeños” y esto se podría aplicar al ajo. A esta hortaliza se le atribuyen muchos beneficios en comparación a su pequeño tamaño, la mejor forma de aprovechar todas sus propiedades medicinales es consumirlo en forma cruda, ya que cocido pierde la mayor parte de sus componentes. Al ajo se le asocia con el sistema cardiovascular, parece ser que puede ayudar a aliviar la hipertensión arterial y podría reducir el colesterol. Este es el efecto más estudiado, sobre otros efectos hay pocos estudios realizados en humanos por lo que podrían no ser concluyentes.
En la cocina
Lo empleamos como saborizante natural en la cocina mediterránea principalmente, por eso su olor es característico en cuanto hablamos de cocina mediterránea. De los ajos también consumimos los brotes, que suelen cocinarse como los espárragos. Tenemos platos en los que son el ingrediente principal, como es el caso del ajo blanco o el pollo al ajillo.
Trucos para el olor
- Tomar zumo de limón, los cítricos ayudan a matar los olores fuertes.
- Beber té, gracias a sus polifenoles nos ayudará a eliminar los residuos del ajo que nos causa el mal sabor de boca.
- Tomar leche, sus grasas vegetales nos ayudan a disminuir los malos olores y sabores de la boca.
- Masticar chicle, granos de café, perejil, cardamomo, hinojo o clavo durante unos minutos nos ayudará a eliminar el olor.
- Y por supuesto una buena higiene bucal utilizando el cepillado, enjuague bucal e hilo dental.
Después de saber todos los benéficos que nos da el ajo ¿aún dudas en incluirlo en tus recetas?