Mucho hablamos estos días de la tan manida operación bikini, pero en lo más profundo de nosotros todos tenemos algo que nos dice que en un mes no se arregla lo que no hemos hecho bien durante el resto del año. Por eso, afortunadamente cada vez somos más los que intentamos comer más saludable de manera regular pero muchas veces no sabemos ni por donde empezar, o sí, pero necesitamos que alguien nos lo recuerde para darnos el empujoncito que necesitamos.
Aunque al principio puede parecer un rollo eso de comer más saludable, es por la creencia errónea de que comer sano es comer lechuga y poco más. Y no, si pretendiendo comer más saludable o quitarnos en tres días los kilos de todo el invierno nos dedicamos a comer solo 4 verduritas no solo no estaremos comiendo de manera saludable, es que podemos caer enfermos.
El rumbo a seguir para comer más saludable
- Cocinar más, pues es la mejor forma de saber realmente lo que uno come.
- Introducir poco a poco pequeños cambios, como cambiar las grasas animales (mantequilla) por otras vegetales más saludables como el aceite de oliva virgen extra.
- No agobiarse, no hay que pasarse el día contando calorías, sino en llevar una dieta variada en la que podemos comer casi de todo, simplemente procurar comer más alimentos frescos y evitar siempre que se puedan los alimentos procesados.
- Acostumbrarse a leer etiquetas cuando no nos quede más remedio que comprar algún alimento procesado. Creedme, se os quitarán las ganas de comer muchas cosas.
- Pararse a pensar en cómo se siente uno después de comer, en cuanto se empieza a “cambiar el chip” uno empieza a sentirse mucho más vital después de comer.
- Beber más agua, cada célula de nuestro cuerpo agradece cada sorbo.
Comer más saludable implica moderación, no privación
Otra creencia errónea sobre intentar llevar una alimentación más saludable es la de creer que hacerlo perjudica la vida social, que uno se convierte en el bicho raro de la pandilla. Volvemos a lo mismo, comer más sano no significa no volver a comer nunca más una onza de chocolate ni una hamburguesa, significa que si un día te apetece un trozo de chocolate, a la hora de comer intenta cambiar las patatas o el arroz por más verduras y si sales con amigos a tomar unas hamburguesas que no vayan acompañadas de la ración de patatas fritas extra grande, la bebida azucarada tamaño XXL y un superhelado de postre. La moderación es el primer pequeño paso para un gran cambio.
En definitiva,
- Poder darse un capricho de vez en cuando ayuda a mantenerse motivado, pero siempre con sentido común.
- Vigilar el tamaño del plato, el día que vayamos a comer algo más “contundente” mejor servirnos en plato de postre pues nuestro cerebro siempre se siente más feliz ante un plato lleno de algo que nos gusta, aunque el plato sea pequeño.
- Comer despacio, saboreando cada bocado una ración más pequeña nos dejará igualmente saciados.
- Comer en (buena) compañía, que hará nuestras comidas más amenas y nos resulten más placenteras. Comer viendo la tele o delante del ordenador nos hace comer más sin darnos ni cuenta.
- Evitar las comidas más fuertes antes de irnos a dormir, pues es mejor dejarlas para las horas en las que estamos más activos y, si después de un capricho, nos podemos dar un buen paseo, mejor que mejor.
Por la vista también se come, incluso la comida sana
He conocido a gente que decía que no le gustaban las verduras o la fruta, cuando no habían probado ni media docena en su vida. Hay que perderles el miedo, entre los cientos de frutas y verduras de todos los colores y sabores que tenemos a nuestra disposición, no será difícil encontrar algunas que nos gusten, eso sin tener en cuenta las mil y una formas de prepararlas. Luego no podremos vivir sin ellas, pues dan color a nuestros platos, los hacen más atractivos a la vista y más apetecibles.
- No es necesario vivir a base de verduras crudas o simplemente hervidas cuando se quiere comer más saludable, se pueden usar en revueltos, en salteados para acompañar arroces, pastas o platos de carne y de pescado. También se pueden usar para hacer snacks saludables.
La pasta y el arroz también pueden ser más saludables
Simplemente se trata de eliminar o reducir bastante los carbohidratos refinados como el azúcar blanco o las harinas blancas, no de eliminarlos. En su lugar podemos tomar carbohidratos de absorción lenta como pastas hechas con cereales integrales. Las legumbres también son una buena fuente de carbohidratos a tener en cuenta.
¿Eliminar todas las grasas de la dieta? Por supuesto que no
A pesar de la mala prensa que tienen las grasas que parece que si queremos comer más saludable debemos desterrarlas para siempre, la verdad es que necesitamos ingerir pequeñas cantidades de esta para que nuestro organismo funcione correctamente, incluso si lo que pretendemos es adelgazar, tenemos que ingerir una pequeña cantidad de grasa diaria, pero grasa de la buena.
- Las grasas buenas, que son las de origen vegetal sin refinar como el aceite de oliva virgen extra, las que contienen alimentos como el aguacate, los frutos secos (siempre que sean crudos o tostados sin sal en vez de fritos) o algunas semillas como las pipas de calabaza o el sésamo. También son importantes en la dieta las grasas ricas en omega-3 y omega-6 como las de los pescados azules (salmón, sardinas, caballas…)
- Las grasas chungas a evitar son las saturadas de origen animal como las de las carnes rojas o la mantequilla y las grasas trans que se encuentran principalmente en alimentos procesados como las margarinas, snacks industriales, bollería industrial, etc.
Comer más saludable, ¿significa comer comida insípida?
Es importante no consumir sal en exceso, pero eso no quiere decir que la comida saludable no sea sabrosa.
- La sal puede reducirse progresivamente y no se trata de llegar a comer sin sal. A veces basta con dejar de lado snacks industriales.
- Se puede sustituir por hierbas aromáticas y especias.
No olvidarse de las proteínas
Podemos pensar que comer más saludable significa tener que pensar en verde y renunciar a la “chicha” y como ya os he contado más arriba esto no es cierto. Nuestros músculos se “alimentan” de proteínas, son necesarias para mantener nuestro cuerpo tonificado y hay que ingerirlas en la cantidad adecuada que se estima en aproximadamente 1 g de proteína pura por kg de peso corporal al día. Es decir, una media de unos 75 g diarios para una persona de estatura media.
Pero comer más saludable, ¿no te deja con hambre?
Tampoco es cierto que comer más saludable nos deje hambrientos, los alimentos frescos contienen mayores cantidades de fibra que nos ayuda a sentirnos saciados y satisfechos después de haber comido y la sensación se mantiene durante horas, ya que su digestión es lenta.
Fuente | Help Guide