Un reconfortante bol de sopa

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Sopas y cremas

Ni atún ni salmón: esta es la cena que mejor me sienta cuando estoy muy resfriada, la hago en 10 minutos

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Invierno, frío, resfriado y tener que preparar algo de comer o cenar para no morir de inanición es una situación a la que casi todos nos enfrentamos cada año por estas fechas. Y, lo siento, no vengo a contar ninguna fórmula mágica que me cure el resfriado mientras duermo, solo es lo que más me apetece cenar cuando los virus me tienen por los suelos porque me ayuda a recuperar líquidos y me hace sentirme mejor.

Es una receta facilísima de hacer, saludable, con muy pocas calorías y fácil de digerir, hecha con alimentos que aportan proteínas, minerales, probióticos y vitaminas. Es una sopa típica de la cocina japonesa, infinitamente más rápida y fácil de preparar que el ramen, que no necesita de un caldo previo, pero que tiene muchísimo sabor, algo que es de agradecer cuando las papilas gustativas están mermadas por los efectos del catarro. 

Una sopa que hidrata y reconforta

La sopa de miso, que es mi comfort food cuando la congestión nasal se ha apoderado de mí, llegó a Occidente en la segunda mitad del siglo XX en pleno auge de la dieta macrobiótica. El ingrediente que le da nombre, el miso, es una pasta que se obtiene a partir de soja (sola o acompañada por algunos cereales como el arroz, la cebada o el centeno) fermentada con sal marina. 

Dependiendo del cereal, encontramos distintas variedades de miso: 

  • Kome miso (de soja y arroz blanco), el tipo de miso que más se consume en Japón en la actualidad. Es el de sabor más suave, con menos sal y el que mayor contenido de carbohidratos tiene. Es apto para celíacos.
  • Genmai miso (de soja y arroz integral), es una variedad de miso que se distingue por ser muy aromática. Es apto para celíacos.
  • Mugi miso (de soja y cebada), es una variedad que contiene pocos hidratos de carbono y un elevado porcentaje de proteínas (13 %). Tiene un sabor intenso y dulzón. No es apto para celíacos.
  • Hatcho miso (solo de soja, sin cereal), es la variedad con mayor contenido de proteína (21 %) y el más bajo en hidratos de carbono (12 %) y agua (40 %). Es apto para celíacos. También es la más salada.

Según el tiempo que haya durado la fermentación:

  • Shiro miso o miso blanco. Es el miso de sabor suave que solo ha fermentado semanas o pocos meses.
  • Aka miso o miso rojo. Es el miso de sabor fuerte que ha fermentado durante dos o tres años.

El miso, al ser un producto fermentado, es un probiótico rico en bacterias que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y contiene antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación y combatir el estrés oxidativo que se genera durante una infección. Ahora bien, aunque una sopa de miso es, sin duda, una cena maravillosa para un día en el que no te encuentras bien, no sustituye a las recomendaciones de nuestro médico o farmacéutico. 

Esta receta para lo que sirve es para llevar mejor los síntomas del constipado, pues, como cualquier sopa, nos ayuda a mantener la hidratación, algo que es muy necesario durante los catarros en los que se suelen perder más líquidos debido a la fiebre y a la mucosidad.

El caldo caliente y el jengibre pueden aliviar la congestión nasal y el dolor de garganta y, es fácil de digerir. Una ración de esta sopa puede aportar entre 150 y 300 kcal dependiendo de si le ponemos o no fideos.

Ingredientes para hacer una reconfortante sopa de miso

  • 200 g de tofu firme
  • 1 zanahoria
  • 100 g de espinacas frescas
  • 1 cebolleta china
  • 1 cucharada de jengibre fresco rallado
  • 2 cucharadas de pasta de miso
  • 1 cucharadita de aceite de sésamo
  • 1 litro de agua
  • 1 cucharada de salsa de soja
  • Alga wakame seca (opcional)
  • Fideos chinos tipo soba o udon (opcional)

Paso 1

Cortamos el tofu en dados pequeños. Pelamos y cortamos la zanahoria en cubitos de medio centímetro para que se hagan muy rápido. Lavamos bien las espinacas y cortamos la cebolleta en aros finos.

Paso 2

En una olla, calentamos el aceite de sésamo a fuego medio. Añadimos el jengibre rallado y lo sofreímos durante 1-2 minutos hasta que desprenda aroma.

Paso 3

Echamos el agua en la olla y la llevamos a ebullición. Cuando hierva, añadimos las zanahorias y el alga wakame (si la estamos usando), y dejamos cocinar a fuego medio durante unos 5-7 minutos hasta que las zanahorias estén tiernas.

Paso 4

Disolvemos la pasta de miso en un poco de caldo caliente en un recipiente pequeño aparte y luego la añadimos a la olla. Removemos bien para integrar. El miso sin pasteurizar no debe hervir ni calentarse a altas temperaturas para no matar a las bacterias buenas que contiene.

Paso 5

Incorporamos el tofu, las espinacas frescas y la salsa de soja. Dejamos que todo se cocine durante un par de minutos, lo justo para que las espinacas se ablanden y el tofu se caliente.

Paso 6

Si queremos añadir fideos soba o udon, los cocemos aparte siguiendo las instrucciones del paquete y los servimos en un bol para echar la sopa de miso sobre ellos.

Paso 7

Finalmente, decoramos con la cebolleta picada antes de servir.

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